Resolución del conflicto entre Pedro IV y el infante Fernando. Los Acuerdos de Albarracín de 1357

AutorJosé Vicente Cabezuelo Pliego
Páginas737-774

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Ver Nota1

1. Orígenes del conflicto fraterno

La relación de pedro iV con sus medio hermanos Fernando y Juan no fue nunca fraternal. de eso se encargó la madre de los segundos, leonor de castilla, cuya ambición por procurar hacienda y nombradía a sus hijos –el título de marqués de tortosa al neonato Fernando–, limando real patrimonio con objeto de debilitar al primogénito pedro2, enfrentó a los hermanos desde la niñez. la

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acelerada enfermedad de alfonso iV de aragón provocó unos meses antes de su muerte la huida de su todavía esposa a la corte castellana de su hermano alfonso Xi, acompañada de dos niños de corta edad, en el temor de que el adolescente que se coronaría en los reinos orientales peninsulares procediese contra ellos. desde ese instante, primeros de 1336, la relación entre los hermanos fue encontrada. con el paso del tiempo, y desde el exilio castellano –donde contaba con el apoyo de su tío el rey alfonso3–, Fernando de aragón se convertiría en enemigo político de pedro iV, abanderando el proyecto unionista en la segunda mitad de la década de 1340 tras la muerte del infante Jaime y obteniendo bajo presión militar la primogenitura de los reinos y la procuración general de la corona de manos su antagónico hermano el rey de aragón. la derrota de la unión aragonesa y valenciana en épila y Mislata trajo consigo al infante rebel-de la pérdida de esos derechos, subrayada en disposiciones forales que vedaban expresamente su presencia al frente de tales dignidades, activándose entonces una nueva fase del enfrentamiento entre los hermanos ya con pedro i como rey en castilla4. la tensión entre pedro iV y Fernando de aragón en la primera mitad de la década de 1350 se manifiesta en las constantes amenazas de invasión desde la meseta por parte del infante de no obtener ciertos reconocimientos de su hermanastro, que más allá de las seguridades personales, familiares y patrimoniales dentro de la corona de aragón referían a honores políticos tales como la recuperación de la procuración de los reinos5, y culmina en 1355 cuando para ganarse la confianza de su primo el rey castellano Fernando le hace entrega en rehenes de distintas plazas en la frontera valenciana con Murcia pertenecientes a su señorío6, poniendo en peligro la estabilidad del reino de Valencia al dejar la procuración de orihuela bajo el control de castilla7.

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La situación que se vivía en la península ibérica a mediados de la década de 1350 era extraordinariamente compleja. Bajo el influjo de la gran depresión económica y demográfica8, y recibiendo el álito de la crisis bélica que se acababa de abrir en los campos de Francia9, las cuestiones nacionales tampoco invitaban al optimismo, con una castilla rota por un conflicto político interno de mucho calado y una corona de aragón que cerraba por entonces ese mismo frente interior para abrir otro de cariz mediterráneo10. ello sin referir el enfrentamiento a que llegarían ambas potencias, conocido como guerra de los dos Pedros11.

La presencia de tropas castellanas en plazas tan emblemáticas desde un punto de vista estratégico como orihuela o alicante inducían a pensar que en caso de conflicto una parte importante del reino de Valencia se podía ver en serio peligro, así como que tal presencia equivalía a anunciar que ese conflicto era inminente, como así ocurrió, y que lo que pretendía era reactivar el debate sobre las fronteras entre ambos reinos, oficialmente cerrado tras el acuerdo de torrellas de 130412.

En ese tiempo, mediados de 1355, se produjo uno más de los intentos de acercamiento entre pedro iV y sus hermanos Fernando y Juan, que de un

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lado habían ofrecido sus posesiones a castilla pero de otro intentaban acercarse a aragón con el fin de regresar a su señorío. resulta muy difícil conocer el interés real de los infante de aragón en este asunto. lo cierto es que desde los territorios orientales pedro de ribagorza, tío del rey y de los infantes díscolos, era quien en calidad de lugarteniente general por razón del viaje de pedro iV a cerdeña, se ocupa personalmente de la cuestión, preocupado más que en la relación con sus sobrinos en la recuperación de las importantes plazas que habían sido ocupadas militarmente por castellanos. el enfoque de un posible acuerdo con los hijos de leonor de castilla pasaba por el establecimiento de una paz perpetua e final avinença con todos aquellos vasallos del rey de aragón con quien tuvieran alguna cues-tión y bajo la forma que el rey dictase; por no ocupar ni mantener ningún pueblo, villa o ciudad bajo dominio del rey de aragón sin el expreso consentimiento de éste13; así como por el retorno de todas las posesiones ofrecidas en rehén al rey de castilla, habiendo el infante Fernando de dejar de utilizar cualquier oficio u honor concedido anteriormente que no le volviese a ser encomendado por pedro iV –en clara alusión a la primogenitura y a la procuración general14–. pedro de ribagorza apuntaba a pedro Fernández de híjar, mediador en el acercamiento entre los hermanos, la necesidad de mantener en secreto esos contactos y que en caso de que fuesen por buen camino recibiría la ayuda de Blasco de alagón, per ço com aquests affers son tals e tan grans que és de necessitat que notables persones hi càpien en los tractaments15.

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Tal aproximación no fructificó, como tampoco lo hicieron las anteriores, pues aunque del lado aragonés se posibilitaba la reapertura de las dos cues-tiones que hasta la fecha con más énfasis habían defendido los hermanastros de pedro iV a través de sus apoyos castellanos, tal posibilidad era más estética que real en cuanto a la recuperación de la procuración general de los reinos, plataforma directa hacia la primogenitura, y el perdón a los partidarios de la unión en cuanto servidores del infante Fernando16. es así que cuando en el verano de 1356 castilla declara la guerra a la corona de aragón, el infante Fernando se halla posicionado del lado castellano invocando la bandera de la unión dentro del reino de Valencia, y con hueste propia y meseteña intenta tomar alguna población de esa frontera por la fuerza, caso de Biar, a cuyas puertas el infante renuncia de manera expresa a la fidelidad y naturaleza debida a su hermano en cuanto señor natural17. estas razones llevan al rey de aragón a ordenar la confiscación, por derecho de guerra, de todas las posesiones de Fernando dentro de sus dominios declarándole hosti nostro18, así como también las de aquellos que le apoyaban enarbolando la enseña de la unión19.

Durante los meses siguientes el frentismo entre los hermanos se manifestó en el terreno de lo militar. si en diciembre pedro iV ocupaba la plaza de alicante, Fernando damnificaba las fronteras valencianas e incluso arrebataba la

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importante villa de Jumilla al rey de aragón después de un largo asedio y justo cuando se cerraba la primera de las treguas entre castilla y aragón en mayo de 135720. ese débil acuerdo, tras mediación pontificia, se sustentaba en la entrega inmediata al mediador papal, cardenal Guillermo de la Jugee21, en calidad de rehén en tanto en cuanto se resolviese el desencuentro entre ambas potencias, de las plazas tomadas la una a la otra –siendo las principales tarazona y alicante– y el establecimiento de un plazo prudencial –más de un año– para alcanzar un acuerdo de paz22. el acuerdo general subsumía otros particulares. para el caso que nos ocupa refiere a la aceptación por parte de pedro iV de la devolución a sus hermanos y madrastra de todos los bienes incautados por sus actos de rebeldía23. del lado aragonés se dieron los primeros pasos referentes a la entrega de alicante al legado papal, cuando el 12 de junio castrum cum fortalicium et villam junto con el lugar de aguas fueron rendidos por García de loriz y Francesc de Bellcastell a los procuradores designados por el cardenal

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Guillermo24; pero no sucedió lo mismo del lado castellano, por lo que pedro i terminaría excomulgado25.

2. Intentos conciliadores para conseguir el acuerdo

Por entonces se habilitó un contacto entre pedro iV y el infante Fernando que apuntaba a un posible acuerdo entre ellos y cuya resultante había de ser el retorno de los hijos de leonor de castilla, junto con su madre, a la corona de aragón. el momento es impreciso, aunque parece que no antes del inicio de ese verano, porque si el 7 de junio se temía una ofensiva del infante sobre la villa de alicante26, una semana después el ceremonioso se lamentaba acerca de cómo había atacado Jumilla, calificando el hecho de crim contra nós al haber roto la tregua existente, aunque solicitara a García de loriz, el gobernador valenciano, que no procediese militarmente contra su hermano sino que antes le escribiese requiriéndole levantar el asedio27. sin embargo, en los primeros días de julio el rey ceremonioso se dirigía a diversos bailes valencianos para aclarar ciertas cuestiones sobre la integració de las rendas de las ditas ciutat e viles –Xàtiva, Morvedre y alzira– que havem manada ésser feta per vosaltres a la alta dona Elionor, reyna dAragon, muller del molt alt NAmfós, rei dAragó, pare nostre, de bona memòria relicta, que le habían sido confiscadas desde el inicio de la contienda con castilla28. este cambio de dirección en la relación con su madras-tra no fue casual. como tampoco lo fue que dos días después, el 5 de julio, el rey escribiese al justicia de la ciudad de teruel para señalarle que había dirigido una carta al infante...

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