Conclusiones sobre el Leverage By Out

AutorEduardo Fondevilla Roca

La aplicación de las técnicas de LBO como sistema habitual de financiación para las operaciones más importantes perpetradas en los mercados de capitales norteamericanos, ha venido a ser un antídoto para solucionar ciertos problemas, como lo era el de la disociación entre el valor interno de las sociedades cotizadas en bolsa y el que se les reconocía en el mercado a través del precio de sus acciones. Sin embargo, durante el período de los años sesenta y noventa, las consecuencias de la utilización de las técnicas del LBO para financiar las OPAs entre muchas de las compañías norteamericanas cotizadas en bolsa, han sido negativas, pues fácilmente las convertía en vulnerables ante una eventual subida del tipo de interés a raíz de las abrumadoras cargas financieras y obligaciones de restitución de créditos que debían soportar.

En los mercados de valores internacionales, entre los años cincuenta y sesenta, la cotización de las sociedades bursátiles a veces se situaba muy por debajo de su valor, no sólo contable, sino real de sus activos. Esta disgresión entre el auténtico valor de una sociedad y el que se le atribuía a sus acciones en el corro bursátil, tentó la imaginación y audacia de ciertos personajes financieros que se dedicaron a comprar compañías cuyos activos inmobiliarios estaban contabilizados por debajo de su valor real en el mercado. Los años setenta y ochenta, fueron para la economía americana momentos de euforia, sobretodo para los profesionales que durante la década anterior habían asimilado a su manera las doctrinas financieras en auge, las cuales se divulgaban en las aulas de las universidades americanas más importantes, que eran impartidas por una élite de profesores de las MBA, algunos de los cuales merecieron el reconocimiento de su labor científica con sendos Premios Nobeles de Economía. Los promotores de esta nueva concepción del negocio de las finanzas que revolucionaron los mercados, fueron personajes tales como Modigliani, Miller, Markovich y tantos otros como Durand, Solomon, Sharp, etc. Estos fueron los maestros de una generación de jóvenes que se denominaron «juppies», los cuales se lanzaron de forma osada a aplicar las nuevas doctrinas a ultranza, convirtiendo en realidad gigantescas operaciones de alto riesgo, gracias a las cuales muchos de ellos se enriquecieron o se arruinaron en el entorno de Wall Street. En ciertos momentos, la sociedad financiera les admiró emplazándolos en un estrellato que resultó efímero, porque esta quimera no acabó bien para todos. En efecto, algunos de estos famosos, tales como Devine, Siegel, Milken y Boesky, fueron objeto de escandalosos procesos judiciales y aparte de tener que soportar el peso de multas millonarias del orden de decenas o centenas de millones de dólares, pocos se libraron de ir a parar con sus huesos a la cárcel por algún tiempo.

La cuestión es que este movimiento, que de hecho era el reflejo de la aplicación de los principios capitalistas a ultranza dando lugar a excesos inadmisibles, dejó si se mira desde un punto de vista positivo, una estela de experiencias muy aprovechables, como las que popularizaron el mercado bursátil permitiendo el acceso al mismo a sociedades que en otras circunstancias y épocas, sin el apoyo de los profesionales...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR