Conclusiones de la Conferencia: Hacia una nueva alianza entre la ciencia, los ciudadanos y la sociedad

El profundo impacto de la ciencia y la tecnología en todas las áreas de la política ha hecho que el debate sobre esta materia sea oportuno y necesario, de modo que se puedan compartir las experiencias entre los países y que se obtenga un mejor conocimiento del cambio de paradigma que está teniendo lugar.

La conferencia sobre ciencia y gobierno puso de relieve la importancia y la oportunidad del debate sobre Ciencia y Gobierno, especialmente a la vista del impacto cada vez mayor de la ciencia y de la tecnología en todas las áreas de la política. Las formas de hacer participar a todos los interesados ¿ responsables de las decisiones, científicos, ciudadanos, industria y medios de comunicación ¿ en un diálogo estructurado ocupó una gran parte de la discusión.

Los países de todo el mundo se enfrentan a los mismos problemas y pueden aprender unos de otros. Algunos países están notablemente más avanzados en lo que se refiere a su reflexión sobre estas materias y en lo que se refiere a los sistemas que han implantado para garantizar una participación lo más amplia posible. Por ejemplo, el Reino Unido y Canadá han desarrollado directrices para el uso de asesoramiento científico por parte de los departamentos del gobierno. Otros (por ejemplo, China o la Federación Rusa) están emprendiendo una serie de reformas dirigidas a poner en línea la relación entre la ciencia y la toma de decisiones con la práctica democrática moderna.

Entramos en una nueva fase que marca un "cambio de paradigma" en nuestra forma de concebir "el riesgo y la incertidumbre". Están surgiendo nuevos riesgos reales y perceptibles, acompañados por nuevas incertidumbres.

Sesión 1: La ciencia, los ciudadanos y el proceso de toma de decisiones

Actualmente estamos saliendo de un largo periodo dominado por el doble mito del determinismo tecnológico y del control científico. Un mejor conocimiento del proceso científico y de la incertidumbre está reemplazando a la creencia de que la ciencia es puramente objetiva y libre de la influencia o de la responsabilidad humanas. Las fuerzas complejas que configuran la innovación científica incluyen las visiones y los valores humanos, que pueden y deben adquirir mayor importancia en un proceso democrático más amplio.

Igualmente, la creencia de que han sido identificados todos los riesgos relevantes ya no resulta creíble como determinante de una política racional; existe una amplia experiencia pública sobre efectos inesperados y sobre la incapacidad para predecir resultados. A pesar de ello, este nuevo contexto de dudas por parte del público (no de desconfianza absoluta) debería considerarse como un giro positivo para la sociedad y para la ciencia. Proporciona nuevas oportunidades, pero también nuevas formas de responsabilidad que requieren negociación. La UE está bien situada para ser pionera de estas nuevas condiciones y para beneficiarse de ellas.

La "desconfianza" pública respecto a la ciencia es muy discriminatoria. No se trata propiamente de "miedo", ni surge del desacuerdo observado entre los expertos. En general, las diferentes categorías de científicos - gubernamentales, universitarios, comerciales ¿ tienen diferentes "tasas de desconfianza". Ha aumentado la propiedad privada del conocimiento; incluso las universidades, depositarias tradicionales del "conocimiento público", tienen posiciones que defender, lo que podría influir sobre los resultados de sus estudios.

Permitir una participación más amplia en el proceso científico ¿ por parte de los directamente interesados o del público ¿ no debe considerarse como una sustitución de las instituciones democráticas existentes, sino más bien como un enriquecimiento de las mismas.

La relación entre ciencia y sociedad debe llegar a ser más de doble sentido, haciendo que las instituciones científicas escuchen las preocupaciones y las evaluaciones del público y aprendan a comprenderlas, y no busquen solamente educar al público. Desde luego es importante mejorar la educación científica del público, pero éste ha demostrado con frecuencia su capacidad para asimilar la ciencia, cuando ve su relevancia y su utilidad. Un mayor grado de educación no reducirá la desconfianza pública respecto a la ciencia, puesto que los estudios han indicado que los sectores bien instruidos de la sociedad muestran con frecuencia el mayor grado de desconfianza. La capacidad de los ciudadanos para contribuir a una democracia científicamente informada ha sido subestimada con frecuencia por parte de los organismos de política científica.

Las aportaciones del público a los debates políticos no son solamente "opiniones", sino que podrían ser conocimientos relevantes, valores o preguntas que han omitido los científicos. Es necesario que exista un proceso a largo plazo de aprendizaje mutuo entre el público y la ciencia, lo que implicará necesariamente nuevas relaciones y formas institucionales. Ello exigirá estudiar experimentos de diseño de nuevas instituciones y funciones híbridas. Deberán explorarse herramientas para acercar al público a los debates sobre ciencia y tecnología y sus repercusiones (por ejemplo, conferencias de consenso, grupos, etcétera). Deberá aceptarse la diversificación general de las fuentes y de los actores del conocimiento en la sociedad moderna y utilizarlos como plataforma para el futuro desarrollo de culturas del conocimiento democráticas, incluyendo también las culturas de la innovación.

Sesión 2: Previsión de riesgos: Previsión e investigación sobre el principio de precaución

La ciencia y la tecnología avanzan con rapidez. Con respecto a la ciencia, la necesidad de tratar con relaciones más complejas, incluyendo la acción recíproca de los fenómenos en diferentes escalas temporales y espaciales, requiere nuevas alianzas entre los campos del conocimiento. El cambio de los límites de los sistemas y la necesidad de tener en cuenta los efectos indirectos, resultantes de relaciones causales no advertidas anteriormente, impulsa la necesidad de cambiar la práctica de la ciencia.

Deben fomentarse los estudios de prospectiva para ayudar a identificar, o prever, los posibles riesgos, para alertar a los políticos, facilitar la formulación correspondiente de las políticas y contribuir a mejorar el diálogo entre los actores relevantes.

En términos más generales, el desarrollo futuro de la investigación de tipo precautorio se beneficiará con la creación de estructuras de incentivos adecuadas (que proporcionan nuevos mecanismos de premios o de reconocimientos, que destacan la interdisciplinariedad, que subrayan el estudio de la incertidumbre, etcétera). La financiación de la ciencia y la tecnología habrá de reflejar estos cambios en lo que se refiere al diseño de las instituciones así como en lo que se refiere a la fijación de prioridades.

La necesidad de implicar consideraciones normativas al tratar con los temas científicos orientados hacia el principio de precaución es también un elemento con capacidad de transformación. Muchos de estos temas requieren diversas formas de procesos de participación en los que la implicación de las partes interesadas es importante, tanto para la formulación de conceptos y de preguntas como para la ejecución.

La ampliación del concepto de lo que significa realmente un producto tecnológico, incluyendo la tendencia a la provisión de servicios, cambia el carácter de la innovación. Los diseños necesitan explotar los posibles beneficios al tiempo que pretenden evitar los posibles riesgos. En las primeras fases del proceso de diseño deberán incorporarse consideraciones éticas. La percepción y la evaluación de los riesgos y de las incertidumbres deberán reconocer su naturaleza fundamentalmente contextual.

Sesión 3: Cómo hacer frente a las crisis: Alerta precoz y respuesta rápida

En la gestión de las crisis es necesario aplicar un planteamiento científico, no sólo su sustancia. La complejidad de las crisis actuales significa que muchas organizaciones y muchos individuos están implicados en su resolución, planteando problemas de armonización y de coordinación. La moderna gestión de crisis necesita desplazarse desde los métodos tradicionales jerárquicos de "mando y control" hacia un planteamiento más colectivo en el que las tareas y la información se compartan abiertamente. Ello implica un cambio significativo de la cultura del trabajo por parte de los participantes.

También la prevención de las crisis es un área que precisa más investigación y más actuaciones. Deberá prestarse atención a la formulación de un planteamiento estratégico, que analice las consecuencias de las crisis antes de que ocurran, y desarrolle métodos organizativos y tácticos para abordarlas. Un planteamiento de este tipo pretendería introducir la cultura colectiva de la gestión de crisis mencionada anteriormente, a través de programas de formación y de concienciación aplicados en todos los niveles. Éstos deben basarse en escenarios reales de crisis y aprovechar la experiencia de los acontecimientos recientes, pues de otro modo existe un riesgo considerable de repetir los errores del pasado. A este respecto es esencial evitar una fase inicial de desmentidos políticos.

Es necesaria una función de vigilancia a largo plazo para detectar las primeras señales de alerta, por débiles que sean. El tipo de trabajo de vigilancia puede variar de acuerdo con el tema y los objetivos, y también según que la actividad se centre en satisfacer necesidades sociales, en recoger evidencias científicas o en verificar el cumplimiento de las reglamentaciones. El análisis histórico muestra que las señales de alerta se producen mucho antes de que aparezcan las crisis. En los pocos casos en los que se detectaron, el principio de precaución se aplicó de forma implícita y universal. Un reto particular es la detección precoz de sucesos cuyos efectos adversos tardan muchos años en manifestarse. Los retrasos en la introducción de medidas correctoras pueden agravarse también por la exigencia de un análisis científico super-riguroso.

Los mecanismos institucionales para la alerta precoz deben reunir la predicción y la vigilancia en un marco conceptual general. El proceso de evaluación no debe estar limitado a los expertos; los mecanismos institucionales deben garantizar un planteamiento multidisciplinar, la participación de los profanos, la independencia y la libertad frente a los reglamentos. La evaluación de las posibles amenazas deberá tener en cuenta todos los costes y los beneficios ¿ directos e indirectos, sociales y económicos. Aparte de los costes sociales implicados, ignorar las externalidades negativas podría mostrar erróneamente alternativas innovadoras de riesgo más bajo desde un punto de vista equivocado. En todo este trabajo tendrá que recalcarse el equilibrio adecuado entre riesgo e innovación.

La apertura y la transparencia deberán ser los principios por los que se guíe la gestión de crisis, donde la evaluación, la gestión y la comunicación de los riesgos se traten como un todo. Los ciudadanos necesitan estar más familiarizados con el concepto de riesgo y con las etapas necesarias para una gestión de crisis adecuada, a fin de evitar en lo posible reacciones irracionales o emocionales. Ello tendría también el efecto de reforzar la obligación del gobierno de tener en cuenta los puntos de vista de un público informado. Por supuesto, los expertos tienden a considerar que su percepción del riesgo es más válida que la del público; mientras que, de hecho, las preocupaciones de los ciudadanos son frecuentemente una respuesta racional a las muchas incertidumbres. Estas incertidumbres se exacerban con el mercado único y la globalización, que distribuye la cadena de suministro por diferentes países, complicando enormemente cualquier rastreo de comprobación. Las múltiples dimensiones de un problema también complican las incertidumbres, ya que sólo algunas de ellas podrían resultar manifiestas al principio. Por ello, el peligro es que las medidas correctoras basadas en una evaluación rápida puedan errar el blanco. Aunque las autoridades públicas necesitan ciertamente estar habilitadas para actuar rápidamente, los mecanismos de revisión deben permitir hacer ajustes en aquellos casos donde se ponga en duda la efectividad o la proporcionalidad de las decisiones iniciales. Para garantizar que en el futuro exista una respuesta más adecuada y holística en Europa, se requerirá un planteamiento más amplio y coherente de la gestión de crisis en el que, por ejemplo, se consideren conjuntamente aspectos relativos a la alimentación y al medio ambiente.

Existe una conciencia cada vez mayor de la necesidad de una respuesta común europea, o incluso mundial, a las crisis que afectan a nuestra seguridad (por ejemplo, las que afectan a la seguridad regional o nacional, las armas de destrucción masiva, la desactivación humanitaria de minas, etcétera). Pero un concepto más amplio de seguridad debería centrarse sobre los efectos socioeconómicos y sobre los individuos, y no sólo en los estados-nación. La gestión de las crisis que amenazan a la seguridad económica y humana (los delitos cibernéticos, por ejemplo) requiere una coherencia similar en su planteamiento. En este ámbito se están dando algunos pasos iniciales, pero será necesario apoyarlos con conocimientos e infraestructuras científicos y tecnológicos adecuados.

Es necesaria una decisión política al más alto nivel para garantizar que la gestión de las crisis se inscriba en la agenda política europea. Ello debería ir seguido por la creación de un grupo de trabajo cuya principal misión sería aumentar la concienciación en todas las instituciones europeas y en sus políticos. Este grupo de trabajo estaría apoyado idealmente por una red de expertos en gestión de crisis, para informar del desarrollo de la política en este ámbito y para proporcionar asesoramiento en situaciones de crisis concretas. Esta tarea incluiría el establecimiento de una lista de centros de excelencia, que puedan identificar y llevar a cabo investigaciones relevantes sobre la gestión de crisis.

Sesión 4: Hacia un sistema europeo de referencia científica y técnica en un contexto mundial

Tal como se ha subrayado en la conferencia y se ha destacado en la Comunicación de la Comisión "Hacia un Espacio Europeo de Investigación" existe una gran necesidad de establecer un sistema común de referencia científica y técnica para el apoyo de la política en Europa. Debería desempeñar los papeles de traductor del conocimiento relevante a los políticos y a las partes interesadas, de comunicador del denominador común del acuerdo/ desacuerdo entre los puntos de vista, y de asesor de los riesgos implicados y de la incertidumbre relacionada con nuestra base de conocimientos que evoluciona dinámicamente.

El sistema de referencia perseguirá el establecimiento de redes con expertos y organizaciones de todo el mundo. A nivel mundial, el sistema proporcionará un interlocutor a nivel de la UE para enriquecer la base de conocimientos, y para abordar las diferencias en asuntos relacionados con la tecnología en una fase precoz, por ejemplo antes de que se conviertan en disputas espinosas de comercio internacional.

Para que funcione de forma efectiva, el sistema deberá tener un conjunto de principios directores establecidos a nivel europeo. Sin embargo, un factor clave para el éxito de este sistema deberá ser la flexibilidad operativa para permitir que las redes funcionen de modo efectivo y se pueda recurrir a la experiencia relevante cuando sea necesario.

El sistema deberá proporcionar apoyo y consejo continuos y revisión de las decisiones basadas en la ciencia, a la luz de los avances más recientes del conocimiento. Deberá abarcar actividades de prospectiva para anticipar las principales tendencias científicas y tecnológicas y sus consecuencias relevantes para la política. Deberá incluir puntos de vista alternativos sin comprometer su rigor científico. El sistema deberá ser "dinámico" y capaz de evaluar sus propios modos de operación y de efectividad a lo largo del tiempo.

El sistema deberá estar anclado institucionalmente a nivel de la UE, y por lo tanto no estará ligado a colores nacionales o privados. Su anclaje institucional deberá incluir servicios de la Comisión con credenciales de investigación respetadas, capaces de actuar efectivamente como interfaz con los centros de excelencia participantes.

En Europa ya existe una gran riqueza de conocimientos y de experiencia. El objetivo del sistema será conducir este conocimiento conectándolo con las estructuras y experiencias relevantes existentes.

Espacio Europeo de Investigación y Gobierno ¿ Seguimiento de la Conferencia

Deberá formarse un equipo de seguimiento para garantizar la traducción a la práctica de estas conclusiones, su difusión entre los políticos, la actualización periódica de los desarrollos y la alerta a las instituciones europeas en caso oportuno.

En términos de estructura, es necesario lanzar un sistema de referencia de C&T de la UE, basado en redes de centros de excelencia, que proporcionen una base común de conocimiento para la referencia de C&T, y que faciliten el diálogo entre las partes interesadas, los científicos y los políticos. El estudio comparativo ayudará a identificar las diferentes prácticas de los países. La primera etapa de este proceso, la formación de redes, será facilitada por la iniciativa del Espacio Europeo de Investigación de la Comisión y puede ser, desde luego, una muestra de lo que puede proporcionar esta iniciativa.

El papel de los medios de comunicación es esencial para la integración de la ciencia y el gobierno. Con demasiada frecuencia la información de referencia o "chequeo de los hechos" por los medios de comunicación se basa en fuentes que no son necesariamente imparciales o no son ampliamente representativas de los diferentes puntos de vista. Las revistas internacionales y europeas de alto nivel que tratan de estos asuntos podrían ser de gran ayuda. La referencia europea de C&T podría proporcionar apoyo a la información pública.

Los ciudadanos europeos, y los propios científicos, están cada vez más preocupados por las implicaciones éticas que se presentan con el uso de nuevas tecnologías así como por los riesgos y las incertidumbres asociados a ellas. Aunque los ciudadanos europeos compartan ampliamente valores comunes y principios éticos, los factores culturales provocan con frecuencia diferentes modos de entender los asuntos de principal importancia que se relacionan con la ética. Los debates recientes sobre la clonación terapéutica ponen de relieve la urgente necesidad de mantener un diálogo paneuropeo sobre ética, y ello aún más a la vista del futuro acceso de los países candidatos a la ampliación de la UE y de la integración de sus comunidades científicas en los procesos de toma de decisiones en la UE.

La interacción entre el gobierno y la ciencia puede aportar una nueva dimensión a la iniciativa del Presidente de la Comisión sobre Gobierno general y al Libro Blanco sobre esta materia.

The IPTS Report, is the refereed techno-economic journal of the IPTS,

edited by D. Kyriakou, published monthly in English, French, German and

Spanish.

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