Conclusiones
| Autor | Alberto Moreno de Tejada Clemente de Diego |
| Páginas | 205-211 |
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El primer Foro de Ética Mundial (2006), organizado por el Banco Mundial, concluyó diciendo que la corrupción y el mal gobierno en el mundo entero solo se podrán superar si se hace mucho más hincapié en el liderazgo basado en la ética y la integridad. Sin embargo, en el mismo foro se reconoce que «la comunidad internacional no ha analizado lo suficiente ni aprecia debidamente la diná-mica del liderazgo ético, ni tampoco hace en ella el hincapié que esta merece» (Sanjay Pradhan, director de Gestión del Sector Público de la Vicepresidencia para Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Banco Mundial). Con este trabajo hemos pretendido analizar la dinámica del liderazgo ético y la ejemplaridad que este produce en la Administración Pública.
Efectivamente, han sido pocas las investigaciones que han explorado esta trascendental cuestión para los Gobiernos y las Administraciones Públicas. Por tanto, tuvimos que crear nuestro propio modelo que, por un lado, posibilita analizar el liderazgo ético como un proceso dinámico, y por el otro, permite estudiar el carácter y la virtud de los administradores públicos ejemplares. Nuestro primer paso fue identificar los elementos esenciales que condicionan el ejercicio del liderazgo ético en una organización pública. Estos son: a) el contexto social, político y económico en el que tiene lugar; b) la cultura de la organización; c) el marco de la discrecionalidad; d) el carácter personal del líder. De todos ellos, es el carácter personal el elemento más determinante sobre el que gira toda la noción de liderazgo ético. Alasdair MacIntyre define la virtud en el contexto de las organizaciones como una cualidad humana adquirida cuya posesión y ejercicio tiende a permitirnos alcanzar esos bienes que son internos a la práctica, y cuya ausencia impide la consecución de estos bienes (Cooper, 1992). Un líder ético se orienta hacia la virtud, se preocupa de su crecimiento moral, reflexiona sobre valores, creencias y actitudes ante la vida, mantiene una línea coherente de actuación que se refleja en una unicidad en las diferentes dimensiones de su vida, y, finalmente, tiene una vocación de servicio a los demás. Pero de poco sirve la posesión de un carácter moral si la organización no atribuye a estas personas capacidades directivas. El liderazgo ético es un proce-
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so dinámico que tiene lugar en las organizaciones públicas cuando confluyen a un tiempo el ser y el poder hacer. Por eso, nuestro modelo toma en consideración los factores relevantes que permiten el desarrollo de un liderazgo ético en la Administración Pública. Es así como podemos analizar la dinámica del proceso y el posible valor que dicha actividad genera en las organizaciones públicas.
La construcción de este modelo tenía como finalidad aplicarlo al estudio de la Administración Pública española contemporánea. Para ello, elegimos cuatro casos de liderazgo ético en la Administración democrática española. Hasta este momento, no se habían realizado trabajos de esta naturaleza en España. La figura del administrador público ejemplar permanecía de alguna forma oculta en nuestra sociedad. Un primer objetivo de este trabajo ha sido sacarla a luz con el propósito de identificar las características que le distinguen, los factores determinantes en la configuración de su carácter, los valores que atesora, las motivaciones que le mueven y la vocación que persigue. Igualmente, carecíamos de estudios empíricos sobre el proceso de liderazgo ético en la Administración española. Un segundo objetivo ha sido analizar dicho proceso, sus condicionantes, modos y forma de ejercicio en la Administración española. Como último objetivo nos planteamos identificar los hitos alcanzados por estos servidores públicos ejemplares en la Administración española. Podemos extraer algunas conclusiones comunes a los cuatro casos de ejemplaridad estudiados sin pretender construir teoría para la que se...
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