Calificación jurídica, conceptos básicos y formularios registrales, de J. M. Chico Ortiz.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas257-260

    CHICO ORTIZ, J. M.: Calificación jurídica, conceptos básicos y formularios registrales. Editorial Pons, Madrid.. 19S7. Un tomo de 692 págs.

Hace poco leí, no sé dónde, la malévola frase de que la segunda edición de un libro sólo sirve para aumentar dos cosas: el precio y los errores de la primera.

Sin embargo, esto no puede aplicarse al que me propongo presentar y comentar, entre otras cosas, porque no se trata realmente de una reedi-Page 258ción del libro que escribió José María Chico en 1977 con el título Teoría, práctica y fórmula de la calificación registral, sino que es una obra más completa y compleja. Hay una primera parte la de la calificación que se pone al día; la segunda parte, totalmente nueva, es la de los conceptos básicos, y el libro termina con una tercera parte, que es mitad vieja y mitad nueva. Después explicaremos este aparente jeroglífico.

Por tanto, si no hay verdadera segunda edición que valga, no podremos aplicarle la ponzoñosa sentencia de nuestro comienzo. Es algo parecido a aquel cuento que tenía por protagonistas al curita de una aldea y a su obispo: al llegar éste en visita pastoral, se sorprendió de que no le recibiesen con el litúrgico y preceptivo repique de campanas, y al preguntar el motivo, le dijo el cura que había cincuenta causas: la primera, que la humilde parroquia no tenía ni un mísero esquilón... «¡Pues no diga usted más!»

■ Pero yo' sí diré más, pues resulta, primero, que no puedo comparar los precios de los dos libros en cuestión, ya que me los regaló amablemente su autor, y segundo, que los posibles errores ya estaban corregidos, pero no aumentados. Y la corrección, para quien no lo sepa, ya la hizo el propio autor en una «Nota de colaboración» llena de donaire y ocurrencias, muy propias de José María, que se publicó en el Boletín del Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad (pág. 141, del año 1978). Cediendo a los requerimientos afectuosos de nuestro compañero Ignacio Martínez de Bedoya, tan imperativos como los del propio Kant, el autor en dicha nota, titulada «Fe de erratas y corrección de errores», recogía algunos que, más que materiales o de redacción, obedecían a la superación de algunos puntos concretos de la obra originaria, causada simplemente «por esa obsesiva publicación de normas que caracterizan a los tiempos modernos».

Desde 1977 hasta 1987 han pasado nada menos que diez años, lo que es un período enorme si se mira bajo el prisma de esa catarata normativa que ha invadido...

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