Comparación de la taxonomía de Bloom con otras teorías del aprendizaje
| Autor | Isidoro Hernán-Losada |
| Cargo del Autor | Universidad Rey Juan Carlos, Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos I |
| Páginas | 203-213 |
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La RAE define el aprendizaje, en su acepción psicológica, como: "adquisición por la práctica de una conducta duradera" es decir, como un cambio relativo y permanente del comportamiento o conducta como resultado de la práctica.
Las teorías pedagógicas y psicológicas del aprendizaje proporcionan explicaciones e incluso, descripciones, sensiblemente diferentes y a veces contrapuestas del qué y el cómo de los procesos de construcción. Y no solamente esto, sino que, además son teorías parciales que centran la atención en determinados aspectos o factores del desarrollo y del aprendizaje, en detrimento de otras. Algunos ejemplos bien conocidos dentro de las explicaciones del desarrollo y el aprendizaje se pueden mencionar a los siguientes autores: Watson, Vigostky, Pavlov, Skinner, Piaget, Ausubel, etc.
Las teorías de aprendizaje han estado asociadas a la realización del método pedagógico y su aplicación en la educación. En concreto, nuestro grupo ha usado la taxonomía de Bloom para desarrollar herramientas educativas para la enseñanza de la programación orientada a objetos.
En el siguiente apartado se describen las teorías del aprendizaje más importantes para contextualizar la taxonomía de Bloom. En el tercer apartado, se describe la taxonomía de Bloom. En el cuarto se comparan las teorías cognitivas con la jerarquía de Bloom. En el último apartado se presentan las conclusiones.
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Las teorías del aprendizaje se pueden clasificar dependiendo de cómo se interpreta al aprendiz y su entorno en:
· Paradigma conductista
· Paradigma humanista
· Paradigma cognitivo
· Paradigma sociocultural
· Paradigma constructivista
El conductismo surge como una teoría psicológica y posteriormente se adapta su uso en la educación. Esta fue la primera teoría del aprendizaje ampliamente aceptada. Antes de ella el aprendizaje era concebido como un proceso interno y era analizado mediante un método llamado "introspección", que consistía en preguntar al discente que describiera qué era lo que estaban pensando. A partir de las respuestas, se infería la forma de aprender. El conductismo surge como una propuesta que da enfoque externo a este proceso, en la que las mediciones se realizan a través de fenómenos observables.
Sus inicios se remontan a las primeras décadas del siglo XX, su fundador fue J.B. Watson [13]. En 1919 publicó "La psicología tal como la ve un conductista" que marco el punto de partida de esta teoría. De acuerdo con Watson "para que la psicología lograra un estatus verdaderamente científico, tenía que olvidarse del estudio de la conciencia y los procesos mentales (procesos inobservables) y, en consecuencia, nombrar a la conducta (los procesos observables) su objeto de estudio".
Las bases del conductismo watsoniano se encuentran en las obras de autores como Pavlov y Thorndike. En los años 20 el conductismo watsoniano tuvo gran aceptación entre los estudiosos de la materia y rápidamente se asocio a otras escuelas con principios similares, tal fue el caso de B.F. Skinner[11] con el conductismo operante, cuyas ideas llegaron a convertirse en la principal corriente del conductismo.
Para los conductistas existe una metáfora: el aprendiz es una máquina, por lo que es posible predecir su comportamiento si es posible conocer el estado de la máquina y las fuerzas (conductas) que interactúan con ella en cada momento. Este tipo de aprendizaje se le asocia con aprendizaje de tipo memorístico, mecánico y repetitivo.
Los objetivos pedagógicos se jerarquizan y secuencian en generales, específicos y operativos, donde lo importante es llegar a identificar conductas observables, medibles y cuantificables. La evaluación ha de centrarse en un producto que sea evaluable (medible y cuantificable). El criterio de evaluación radica en los objetivos operativos. Si no hay cambio observable no hay aprendizaje.
En este tipo de paradigma se entiende el proceso de enseñanza aprendizaje como la transmisión de contenidos desde alguien que "sabe" sobre el tema que se esta tratando hacia alguien que "no sabe", pues el aprendizaje se produce cuando el docente le transmite la información al alumno que desconoce sobre el tema. El profesor está dotado de competencias aprendidas, que pone en práctica según las necesidades. Un buen método de enseñanza garantiza un buen aprendizaje. El alumno debe ser un buen receptor de contenidos y cuya única pretensión es aprender lo que se enseña. La enseñanza se centra en los contenidos como
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conductas a aprender y almacenar para aprobar. La motivación es externa o extrínseca y se apoya en premios o castigos como reforzadores del aprendizaje.
El humanismo se relaciona con las concepciones filosóficas que colocan al ser humano como centro de su interés. Aunque existen varias formas de interpretarlo (cristiano, socialista, existencialista, científico, etc), en general desarrolla una nueva perspectiva que ofrece un planteamiento antireduccionista en las explicaciones de los procesos psicológicos atribuidos a procesos externos (conductismo) o a concepciones biológicas de carácter innato (psicoanálisis) y que al mismo tiempo, se postula el estudio de los seres humanos como totalidades dinámicas y autoactualizantes en relación con un contexto interpersonal.
El movimiento humanista creció aceleradamente desde finales de los años cincuenta y durante toda la década de los sesentas; influyó no sólo en el ámbito académico de la disciplina sino en otras esferas del saber humano. En esos años, algunos de los principales promotores y divulgadores fueron A. Maslow [7] (padre del movimiento), L. Bingswanger, G. W. Allport, R. May, C. Roger, entre otros.
Se basa en unos postulados básicos sobre el ser humano:
· es más que la suma de sus partes.
· lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
· es consciente de sí mismo y de su existencia.
· tiene capacidad de elección.
El ser humano es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y la comprensión de significados.
En el caso del humanismo, la metáfora es que el ser humano es un organismo único y diferente a los demás que tiende hacia su desarrollo, en relación continua con su contexto.
Los objetivos pedagógicos contribuyen al desarrollo humano, de potencialidades, individualidad y autoreconocimiento personal. La evaluación se centra en la autoevaluación, ya que no tiene sentido otro tipo de evaluación dado el enfoque autodirigido de la enseñanza humanista.
El profesor debe comprender a sus alumnos poniéndose en su lugar (empatía) y ser sensible a sus percepciones y sentimientos, así como rechazar el autoritarismo. El alumno es diferente de los demás, posee afectos, intereses y valores particulares y se le debe considerar en su totalidad. La enseñanza se centra en ayudar a los alumnos para que decidan lo que son y lo que quieren llegar a ser.
Los estudios de enfoque cognitivo surgen a comienzos de los años sesenta y se presentan como la teoría que ha de sustituir a las perspectivas conductistas que había dirigido hasta entonces la psicología. Todas sus ideas fueron aportadas y enriquecidas por diferentes investigadores y teóricos, que han influido en la conformación de este paradigma, tales como: Piaget y la psicología genética [10], Ausubel [1] y el aprendizaje significativo, la teoría de la Gestalt, Bruner y el aprendizaje por descubrimiento [4]. Por lo tanto se puede afirmar, que en la actualidad ya no es un paradigma con una aproximación monolítica, ya que existen diversas corrientes desarrolladas dentro de este enfoque. Las ideas de estos autores tienen en común el haberse enfocado en una o más de las dimensiones de lo cognitivo (atención, percepción,
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memoria, inteligencia...
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