El co-diseño como herramienta de participación de los ciudadanos en su derecho a la salud
| Autor | Raquel Pelta Resano |
| Páginas | 872-891 |
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PÉREZ ADROHER, A. , LÓPEZ DE LA VIEJA DE LA TORRE, MT., HERNÁNDEZ MARTÍNEZ E.
El co-diseño como herramienta de participación de los ciudadanos en
su derecho a la salud
Raquel Pelta Resan o
Universidad de Bar celona
raquelpeltaraquelpelta@ub.edu
Resumen
A mediados de la década de 1960, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
comenzó a desarrollar el concepto de participación comunitaria activa en los
sistemas de salud . Este enfoque se convirt ió en uno de los pilares del movimiento en
pro de la salud para todos y desembocó en la Carta de Otawa (1986), en la que se
identificaba el f ortalecimiento de la acción comu nitaria como una de las prioridades
para una promoción proactiva de la salu d.
Una de las «herramientas» emplead as para impulsar esa participación es el co -
diseño. Esta comunicación se centra en su ap licación en los procesos participativos
relacionados con el derecho a la salud, como una metodología basada, a su vez, en
los derechos humanos. Nos acerc aremos a sus definiciones, técnic as y herramientas
y presentaremos dos casos demostrativos tanto del proces o como de los resultados
obtenidos.
Palabras clave
Co-diseño, salud, participación, Derechos Humanos.
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DERECHOS HUMANOS ANTE LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA GLOBALIZACIÓN
1. Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Constitución, afirma que
«el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos
fundamentales d e todo ser humano sin d istinción de raza, religión, ideolo gía política
o condición económica o social» (OMS, 2006, p. 1) e indica en su página web que «el
derecho a la salu d incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de
atención de salud de calidad suficiente» (OMS , 2017, para. 2), estableciendo,
además, que todas las personas «deben poder ejercer el derecho a la salud, sin
discriminación por motivos de raza, edad, pertenencia a grupo étnico u otra
condición» (OMS, 2017, para. 5).
Bajo esos principios, desde mediados de la década de 1960, la Organización
Mundial de la Salud ha venido desarrollando el concepto de participación
comunitaria activa en los sistemas de salud. Este enfoque se convirtió en uno de los
pilares del movimiento en pro de la salud para todos y desembocó en la Carta de
Otawa (1986), en la que se identificaba el fortalecimiento de la acción comunitaria
como una de las priorid ades para una promoción proactiva de la salud. A partir de
entonces, se han experimentado avances y retrocesos, pero, desde el año 2005,
aproximadamente y en especial en algunos países occidentales, la demanda so cial
se está orientando hacia esa perspectiva.
Una de las «herramientas» empleadas con mayor éxito para impu lsar esa
participación activa es el co-diseño, un enfoque creativo y una metodología
emergentes propias de la disciplina del Diseño. En ese sentido , «es una herramienta
poderosa para lograr servicios de salud excepcio nales que satisfagan las
necesidades de los u suarios y proveedores » (Szebeco & Tan, 2010, p. 581). Su
impacto en los pro cesos participativos forma part e de una investigación más am plia,
que inicié en 2016, dedicada a indagar sobre las posibilidades que ofrece al Trabajo
Social con gru pos y con comuni dades, como herramienta que puede ser útil para los
trabajadores sociales, a la hora de fomentar el empoderamiento de las person as.
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