Circunstancia y estrategia literaria: Comunistas, masones y gente de demás ralea de Pío Baroja en la perspectiva histórica
| Autor | Dolores Thion Soriano-Mollá |
| Cargo | Université De Pau |
| Páginas | 183-210 |
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Circunstancia y estrategia literaria:
Comunistas, masones y gente de demás ralea
de Pío Baroja en la perspectiva histórica
DOLORES THION SORIANO-MOLLÁ
UNIVERSITÉ DE PAU
Todo lo artístico que depende del Estado es mediocre.
Lo ha sido siempre.1
Sólo por el hecho de compartir su constituyente fundamental, el verbo, y por su
contribución al saber humano, es importante que en nuestro presente se vuelvan
a replantear las relaciones que la literatura mantiene con la historia. El que la
palabra sea considerada como reflejo o como creadora de realidad condiciona
cualquier perspectiva de estudio y las relaciones que se han instaurado y se ins-
tauran entre ambas disciplinas, pero ello no es óbice para que se adopten aptitu-
des abiertas y en nada jerarquizadoras.
El verbo, hay que admitirlo, como clave de humanidad, seguirá indefectible-
mente suscitando interrogantes, abriendo perspectivas y modificando el signo de
las relaciones que la historia mantiene con la literatura —o viceversa—, en tanto
que discursos, representaciones e interpretaciones, como gnoseologías y ontolo-
gías. Dada la relevancia que a este debate ha adquirido para la historiografía, proba-
blemente por la inherente necesidad de renovar sus metodologías y sus fuentes de
estudio, es importante que la literatura, durante mucho tiempo rezagada entre in-
manencias textuales y disquisiciones filosóficas, tome posiciones y reaccione ante
el desprestigio o el descrédito en el que ha ido cayendo en las últimas décadas.
Puesto que en el ser humano no todo se ajusta a la lógica racional y a una supuesta
asepsia científica, valórese también la importancia de la subjetividad, de la emoción
y de la imaginación, como también las circunstancias que dan vida a un texto litera-
rio y los múltiples entramados espaciotemporales en los que éste puede llegar a
cobrar sentido para dinamizar plurisignificaciones, capaces de crear y de compren-
der realidades tan válidas como las que emanan del análisis de los hechos. Sin verbo
no hay relato y, se admita o no, su mera selección y combinación es ya realidad
intencional voluntaria o inconsciente. Aceptemos pues limitaciones, paradojas, eclec-
ticismos y multiperspectivas, ya que éstas también forman parte de la conciencia y
de la realidad humana en su presente y en su devenir histórico.
1. Baroja, Pío, «La ganancia lícita» (Rapsodias), Comunistas, masones y demás ralea, Vall ad ol i d, R ec on qu is -
ta, 1938, p. 234.
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Desde estas perspectivas, por inestables que se las pueda considerar, nos propo-
nemos hoy estudiar las relaciones que la obra literaria mantiene con el presente y el
devenir histórico, no tanto en el momento de su creación como en el de su propia
existencia, puesto que una obra literaria también puede evolucionar y servir a fines
históricos distintos de aquellos que se supusieron en el momento de su orto. La obra
literaria no es por lo tanto tan cerrada y acabada como se ha afirmado al considerar
el acto no tanto de lectura, sino el de creación, porque nuevas razones de ser pueden
conducir a unos textos a ser o funcionar como otros, a adquirir nuevas temporali-
dades y a cumplir nuevos designios, personales o colectivos, en la historia.
Es una obviedad afirmar, aunque a veces se olvide, que todo texto nace en su
circunstancia, de modo que cada obra podría llevar como inscripción, imitando
la célebre frase orteguiana de Meditaciones del Quijote, «yo soy yo y mi circuns-
tancia y si no la salvo a ella no me salvo yo». El papel que la literatura como crisol
del tiempo y de la historia, como fresco vivo de ideas, valores y sentimientos de
presentes vividos, de pasados evocados e imaginados, de utopías soñadas puede
ubicarse en los paradigmas de larga duración temporal de Bourdieu. En estas
perspectivas predominan visiones generalizantes y globalizadoras que nos per-
miten estudiar las relaciones entre historia y literatura como movimientos estéti-
cos y reflejos de actitudes de época. Ahora bien, bajo el concepto de circunstancia,
o de circunstancias que constituyen un contexto —microhistóricas declararían
los historiadores—, la obra literaria ha de ser considerada como agente activo que
establece relaciones dialécticas con todos aquellos factores de su presente históri-
co que repercuten en él o en los que ella repercute, y en con los que ella puede
crear nu evos hechos y nuevas rea lidades. De este modo, la obra literaria supera su
propio presente, se inserta en el tiempo de la historia, se convierte en objeto histó-
rico y, lo que fue su vida individual pasa a ser, al hilo del pensamiento orteguiano,
realidad radical, con circunstancia y perspectiva. Y no es que con ello se esté limi-
tando el estudio de la obra literaria a una mera perspectiva sincrónica a modo de
baúl de recuerdos y representaciones, ni que se descarte su capacidad creadora de
esquemas mentales con influencia social —defendidos por Foucault en su Ar-
queología d el saber—; la obra literaria cuánto más apegada a su circunstancia sue-
le fenecer con su tiempo histórico, pero aquella que sabiamente conjuga ficción y
circunstancia, supera al hecho histórico e incluso a la historia porque su vida, como
creadora y desentrañadora de significados, puede llegar a ser ácrona y universal.
En el espacio que aquí disponemos centraremos nuestro estudio en un texto
literario que nació ya muerto por la circunstancia, pero al que la perspectiva histó-
rica dio nueva vida no tanto por la calidad intrínseca de la obra, sino precisamente
por su significación. En tanto que objeto histórico, Comunistas, masones y demás
ralea de Pío Baroja ha generado lecturas muy diversas en relación con la trayectoria
del escritor, como personalidad con resonancia pública cuyo comportamiento se ha
ido utilizando y juzgando al socaire de las rupturas, de los cambios históricos y de
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