Una chapuza que deriva en un caos jurídico

LOS ESPAÑOLES ya están acostumbrados al rumbo errático, cuando no negligente, del Gobierno en la gestión de la pandemia. Sin embargo, la rectificación a cuenta del uso de las mascarillas al aire libre ya no hay que situarlo solo en el terreno de la chapuza sino en el de la inseguridad jurídica. No se puede calificar de otra forma el escenario provocado por el Ministerio de Sanidad al verse abocado a rectificar su propia legislación para dar marcha atrás en una medida que abona el descrédito institucional, ahonda en la fatiga pandémica y choca con la industria turística, ya suficientemente dañada por la parálisis de la movilidad a raíz del Covid. El BOE publicó el martes una normativa del Gobierno que contempla el uso de las mascarillas en todos los espacios públicos. Sin embargo, la presión de las CCAA forzó a Sanidad a cambiar de postura en 24 horas. Así, se da la surrealista paradoja de que el Ejecutivo busca ahora resquicios legales para burlar su propia normativa, en concreto, la "Ley 2/2021, de 29 de marzo, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19". Todo ello ha provocado una cadena de disparates que retrata la irresponsabilidad del Gobierno. En primer lugar, cabe subrayar la medida adoptada es absurda. Raya la burla que el mismo Ejecutivo que se mostró refractario a extender el uso de la mascarilla en la primera ola, no por dudas técnicas sino por la falta de suministros, ahora decida endurecer las restricciones que sufren los ciudadanos en la calle. No tiene ningún sentido sanitario obligar al uso de la mascarilla en la playa, en el monte o en cualquier otro lugar exterior en...

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