Los centros de protección de menores en tiempos de pandemia

AutorRocío Gallardo Parra
Páginas208-223
208
Rocío Gallardo Parra28
Este capítulo trata de poner de relieve cómo funcionan los centros de protección de menores,
centrándonos en concreto en un centro de conflicto social de 12 menores, durante la pandemia
de la Covid-19. Para tener un mayor conocimiento de las dificultades que durante esta
pandemia han tenido que superar tanto los menores de protección como los profesionales que
trabajamos con ellos, se han especificado los aspectos más importantes de la vida de los
menores. Poniendo de relieve durante todo el capítu lo las grandes dificultades y barreras que
con las que cuentan estos menores, los cuales ya han tenido una psicobiografía dura y
dolorosa, y no se mejora entrando a formar parte del sistema de protección de menores, ya
que éste cuenta con numerosas deficiencias e insuficiencias que hacen que se sigan
reproduciendo las grandes desigualdades que existen en sus hogares de procedencia.
Como recoge Fernández del Valle (2009), el acogimiento residencial, a diferencia del
acogimiento familiar, es una medida que ha estado siempre presente en la historia de la
protección a la infancia en nuestro país (con denominaciones como Casa de Expósitos, de
Misericordia, Casas Cuna u Hospicios). Estas medidas eran llevadas a cabo por instituciones
religiosas y estaban basadas en la caridad. Se trataba de una respuesta única y universal
consistente en la colocación del niño en una institución que pudiera cubrir sus necesidades
más elementales en sustitución del ambiente familiar del que carecía o que era deficitario.

28 Licenciada en Pedagogía. Graduada en Psicología. Terapeuta familiar sistémica.
209
Según este mismo autor se pueden discernir tres fases en la evolución del acogimiento
residencial en España que se corresponden con tres modelos de actuación diferentes:
El modelo institucionalizador, correspondiente a las macroinstituciones que pretendían
cubrir todas las necesidades básicas dentro de la misma institución y que dominaron el
panorama de la protección infantil hasta entrados los años 80. Éstas eran sobre todo llevadas
a cabo por instituciones religiosas, bajo el modelo caritativo y de mentalidad judeocristiana
que caracteriza nuestra sociedad.
El modelo familiar, que comienza poco a poco a principios de los 80 y que se basa en unidades
residenciales más pequeñas y cercanas a un modelo familiar. Este modelo, si bien sentó las
bases de un cambio muy necesario, partía de un objetivo de la protección consistente en dar
una crianza alternativa a niños sin familia o con familias inadecuadas. Se trata de crear
entornos sustitutivos de las familias para educar en ellos a estos niños durante el tiempo que
lo necesitaran, en muchos casos desde la más temprana infancia hasta la mayoría de edad.
En este modelo comenzaron a entrar a formar parte entidades sin ánimo de lucro que su fin
era la protección a la infancia. No obstante, sigue siendo en mayor medida las instituciones
religiosas las que se siguen encargando de la protección y cuidado de estos menores.
El modelo especializado. A partir de los años 90 se producen importantes cambios en el
sistema de protección que afectan directamente al modelo de acogimiento residencial. En la
línea seguida por otros países la introducción del concepto de “permanency planning”
(Maluccio y cols., 1986) apuesta por las medidas preventivas y de intervención en el entorno
familiar antes de cualquier separación. En el caso de que ésta se produzca, orienta toda la
intervención a garantizar el retorno del menor a su familia en el menor tiempo posible o, en
su defecto, a su integración en una familia acogedora o adoptiva. Esta nueva concepción de
la intervención va a producir cambios significativos en la regulación legal y en las políticas
dirigidas a la infancia y, como consecuencia de ello, modificaciones importantes en los perfiles
de los menores que se atenderán en los centros, que pasarán a ser mayoritariamente
adolescentes, muchos de ellos procedentes de la inmigración, otros de adopciones truncadas
o con graves conflictos sociales, familiares y personales. A pesar de tener un modelo más
especializado, las instituciones religiosas siguen estando presentes en la gestión de los
centros de protección, con algunos cambios, por ejemplo, incorporando personal técnico y
cualificado a sus equipos técnicos y educativos. Actualmente, son numerosos los centros que
los gestionan entidades religiosas, y a pesar de tener presentes estos cambios, la ideología
judeocristiana y de la caridad sigue presente en la acción educativa y es el eje que marca la
intervención.
La realidad actual de las políticas dirigidas a la protección de la infancia, a pesar del último
cambio hacia un modelo más especializado, es que los recursos y medios que se destinan son
insuficientes. Nos seguimos encontrando en un sistema que se basa en el déficit en vez de en

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR