El caso de la policía local
| Autor | Xavier Ballart |
| Páginas | 205-255 |
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La presentación del caso de la Guardia Urbana de l'Hospitalet de LLobregat constituye una primera aproximación al tema de la evaluación de los servicios de Policía Local, partiendo de datos recogidos por la misma Administración.
Además de demostrar cómo la información recogida de una forma rutinaria y continuada puede ser utilizada de forma efectiva para la gestión del servicio, el caso pone de relieve diversas posibilidades de análisis en función de los datos disponibles, utilizando en este caso, métodos cuantitativos y recurriendo a la concepción clásica de indicadores generales tanto de la forma en que se presta el servicio como de su eficacia global.
La evaluación de los servicios de Policía Local ha de permitirnos conocer mejor qué hace la Policía, y los efectos que tiene su actividad en la comunidad local.
Ambas cuestiones presentan algunas dificultades que han sido objeto de discusión por la literatura especializada. En este estudio se hace un repaso de esta literatura, básicamente norteamericana, y se pretende mostrar cómo partiendo de los datos objetivos de archivo recogidos día a día por la sala de mando de la GUH se puede obtener:
Primero, información sobre las demandas que experimenta el servicio, lo que nos dará una imagen más adecuada de la realidad de la actividad desarrollada por las Policías Locales.
Segundo, información sobre la racionalidad, en términos de carga de trabajo, con que se distribuyen los recursos policiales a lo largo del día yen diferentes zonas de la ciudad.
Tercero, información sobre la eficacia policial a partir de dos indicadores generales de servicio: el tiempo que tarda la Policía en responder a una demanda individual y el tiempo que pasa con el servicio que aquélla origina.
Cuarto, información sobre la distribución de los servicios, en términos de equidad, a distintos grupos de población o zonas de la ciudad.
El análisis de la eficacia de la Policía como servicio podría verse grave-mente distorsionado si se limitara a determinar lo alcanzado en relación con
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hipotéticos objetivos ---de reducción de la tasa de criminalidad, de disminución del número de accidentes o de aumento del valor total de la propiedad recuperada de hurtos o robos, por poner algunos ejemplos- precisamente por la complejidad y la variedad de actividades que realizan las Policías Locales en ámbitos tan dispares como la ordenación del tráfico, la investigación de hechos criminales, la asistencia social a personas necesitadas o la intermediación en los conflictos entre vecinos o familiares. Es decir, el servicio de Policía Local hace demasiadas cosas como para poder resumir su eficacia en unos pocos indicadores.
Además, e independientemente de la dificultad propia de nuestras latitudes de identificar y operacionalizar los objetivos de una política específica en relación con el tráfico, la seguridad ciudadana o la violación de las ordenanzas locales, la experiencia de la gestión por objetivos en el campo policial durante los años 70 en EEUU, nos muestra como la selección inicial de un conjunto de objetivos determina aquellos aspectos de la actividad policial que después serán objeto de medida, de forma que las actividades policiales no contempladas por los objetivos son excluidas del análisis en base al que se sacan conclusiones sobre la eficacia general del servicio (Whitaker et el., 1982:10-18).
Ello ha llevado a centrar una atención excesiva en tan sólo una parte de la actividad policial, generalmente aquélla relacionada con la seguridad ciudadana y la criminalidad, cuando en realidad, las conclusiones de diferentes estudios (Bercal, 1970; Webster, 1970) apuntan a que ésta no es la principal actividad de las Policías Locales en EEUU. Tampoco lo es en nuestro país como confirma el análisis de los servicios solicitados y prestados por las unidades operativas de la GUH.
A la distorsión que resulta de centrar el análisis en unos pocos objetivos, hay que añadir la derivada del hecho que el análisis se haga a partir de datos recogidos por el mismo servicio. Dado que recoger información sobre aquello que valora la ciudadanía en relación con los diferentes aspectos de la función policial puede resultar caro y difícil, generalmente, aquello que se estudia viene determinado por la información de la que se dispone.
Esta es una limitación que comparte nuestro estudio de caso y que no nos permite entrar en algunas cuestiones importantes como la de las percepciones subjetivas de los ciudadanos. A pesar de ello, creemos que existe un amplio campo de investigación en el análisis de la información que recogen las Policías Locales, con el propósito de sugerir recomendaciones que tengan algún sentido para sus responsables en la línea de obtener un mejor conocimiento de su actividad y de mejorar la eficacia de su gestión a través de la utilización de los datos de que disponen.
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Si examinamos la literatura sobre medida de servicios urbanos, veremos que la mayor parte de las investigaciones en materia policial se refieren a tres principales (Maxfield, 1979: 18-66):
la distribución de los recursos en el tiempo y en el espacio; la distribución equitativa de los servicios entre la población; y la discrecionalidad que ejercen los agentes en el proceso de toma de decisiones.
La mayoría de los estudios examinan variables que reflejan la distribución de los recursos policiales en una ciudad, como por ejemplo, el número de unidades (a pie o motorizadas) por sector policial, el número y área geográfica de los mismos sectores policiales o la parte del gasto que les corresponde.
Como afirma Maxfield (1979:67-69), la distribución de los recursos policiales no nos informa sobre las diferencias en la calidad del servicio en distintas partes de la ciudad, ni tampoco aporta ninguna información sobre la mane-ra como se ejercen estos servicios, dada la enorme discrecionalidad de que disponen los miembros de la Policía al interpretar qué incidentes merecen una respuesta policial.
Efectivamente, los indicadores de la distribución de los recursos policiales tienen poco que ver con el nivel de servicio realmente prestado a la población. A pesar de ello, la investigación operativa en materia policial ha contribuido a desarrollar criterios y métodos de distribución de los recursos en el espacio y el tiempo que plantean la necesidad de un tipo de información de carácter evaluativo.
La distribución de los recursos policiales entre las diversas áreas o sectores de la ciudad puede responder a diferentes criterios. Generalmente, la división en sectores tiene en cuenta los distritos y los barrios municipales, así como las características topográficas de la ciudad.
A parte de tener en cuenta los barrios y las barreras naturales que puedan dificultar la movilidad de las unidades operativas, si los sectores
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policiales se establecieran siguiendo un criterio de equidad, de forma que cualquier demanda que se produjera tuviera una respuesta igual de rápida por parte de la Policía, probablemente se obtendría una distribución desigual respecto a la problematica social, contribuyendo por tanto a debilitar el servicio en zonas de alta densidad de población respecto a zonas menos pobladas (Langbein, 1980: 13). Dado que generalmente las zonas de menor densidad de población tienen un nivel de renta más elevado, incluso desde una perspectiva política, se podría cuestionar esta distribución.
Por ello, parece que la distribución más eficiente de los recursos sería la que se hiciera en función del volumen de servicos que genera cada zona (Wilson, 1977: 357 y ss.). En todas la ciudades, hay áreas que requieren un mayor número de intervenciones, ya sea por razones de tráfico, porque allí es donde se concentran los locales nocturnos o porque la tasa de criminalidad es más elevada. La distribución de los recursos policiales en función dle la demanda obligaría a destinar un mayor número de policías en estas áreas, o bien a dividir su superficie en sectores más pequeños, de forma que se equilibrara el número de policías por servicios demandados para todos los sectores.
El mismo tipo de razonamiento se podría aplicar a la distribución de los efectivos en el tiempo. La...
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