Capítulo IX

AutorCarlos Elbert
Páginas399-430
399
CAPÍTULO IX
1).-La Prmera Guerra Mundial, el n del parlamentarismo y
de la reforma penal.
2).-Parlamentarios y académicos ante el inicio de la guerra.
3).-Liszt ante la política colonial, la expansión externa del
Reich, la guerra y otros temas internacionales controverti-
dos.
4).-El desastre nal.
1).-La Primera Guerra Mundial, el n del
parlamentarismo y de la reforma penal
En el capítulo I señalamos que la Segunda Guerra Mun-
dial congeló por muchas décadas el debate sobre la respon-
sabilidad de Alemania en el desencadenamiento de la pri-
mera, —y hasta entonces mayor— conagración bélica de
la historia. En 2014, transcurridos 100 años desde el inicio
de la contienda, la historiografía europea (en especial la ale-
mana) retomó el debate, ya legitimada en el concierto inter-
nacional, por darse en una república reunicada, democrá-
tica, soberana y con un prestigio recompuesto en Europa y
el mundo. En otras palabras, los alemanes recuperaron el
derecho de juzgarse a sí mismos, revisando los hechos his-
tóricos del siglo XX.
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Trazar una síntesis de los prolegómenos de la Primera
Guerra Mundial en pocas páginas impone una selección de
sucesos, y las líneas principales que aquí se expondrán de-
jan de lado —forzosamente— gran cantidad de incidencias,
aunque algunas sean de importancia secundaria y otras
anecdóticas, pese a que hayan inuido también en la mar-
cha de los acontecimientos. Por otra parte, deberemos con-
formarnos con remitir muchos detalles al viejo dilema de
Blas Pascal sobre la nariz de Cleopatra, esto es, sin negarles
valor, pero reconociendo la imposibilidad de reconstruir he-
chos a partir de hipótesis cuyo carácter decisivo no puede
ser probado346.
En cuanto a la responsabilidad alemana en el inicio de
la guerra, suele invocarse al militarismo prusiano como un
factor predominante. Muchos historiadores hablan del mi-
litarismo como aspecto casi genético del poder prusiano,
mientras otros opinan que al comienzo de la guerra de 1914
el poderío militar alemán era “sobreestimado” por propios
y extraños, bajo la impresión de los despliegues de la nue-
va y poderosa ota, y la presencia militar en el escenario
social y político; para ellos, la importancia bélica prusiana
habría consistido más en una apariencia que en una reali-
dad. Pero cabe reconocer que, aún partiendo de tal hipóte-
sis complaciente, resulta forzoso admitir que el militarismo
se transformó en hegemónico desde el inicio de la guerra,
y especialmente con el enorme poder dictatorial concedido
a Hindenburg y Ludendorff, cuando los desarrollos milita-
res asumieron el control total de la vida social. Resulta ob-
vio que en la preparación, conducción y nalización de la
guerra, los militares de rancia estirpe prusiana tuvieron un
papel fundamental. También nos sumamos al parecer de
346- Enestesendo,resultaasombrosoqueelchoferdelherederodelacoronaaustríaca
hayaequivocadoelcaminoenSarajevo,optandoporlacalledondejustamentese
encontrabaGavriloPrincip,cuandoloscomplotadosparaelmagnicidioyalodaban
porfracasado.
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autores que señalan que hubo una auténtica carrera ar-
mamentista alemana, por lo menos en la década previa a
la guerra, especialmente en el ámbito naval, pero también,
por ejemplo, en el desarrollo de la artillería y el aumento
de los efectivos mediante el servicio militar obligatorio347. Y
ciertamente, este es un punto de arduo debate en torno a
la cuestión de si el Reich se preparaba para una guerra
de conquista como agresor, o si tomaba recaudos para el
caso de ser agredido, según la evolución de los ejércitos ve-
cinos348. El problema es controversial, y directamente ligado
a la cuestión de la génesis de la contienda (sin duda resul-
tado de múltiples factores apasionantes, y en muchos casos
increíbles); como ya dijimos, en este lugar nos limitaremos
a señalar parte de los hechos que hoy gozan de aceptación
generalizada.
Un autor describe muy grácamente la situación geopo-
lítica previa a la guerra, con esta expresión: “antes de
1914 Europa era como un nido de avispas de nacionalismos
excitados”349. Ese sentimiento de época potenció el históri-
co temor alemán al encierro entre dos frentes de guerra si-
multáneos350. Ese riego tan temido imponía, racionalmente,
la concreción de pactos y alianzas que impidiesen el cerro-
jo que le podían imponer Francia por un lado, y Rusia por
347- YaBismarckhabíaaumentadonumerosasveceslacandad detropasenroladas,y
en1890los gastosmilitaresalcanzaronel90% delasnanzasreales. Ver:Wehler
H.U.,“DeutscheGesellsasgeschichte”,obracitada,T.3,Págs.877yss. Esteautor
señalatambiénqueentre 1880y1913 Alemaniaduplicósu ejército(Pág.884).Las
fasesdelprocesoarmamenstaenlosdos añospreviosalaguerrason expuestos
enPág.1109yss.
 Ver también, en el capítulo VIII (citas 324 y 325) el análisis sobre el “complejo
militar-industrial” alemán.
348- Ver eldebate desatadopor el librode FritzFischer en 1961(Alemaniano estuvo
obligadaa atacar),en Wehler,H.U.,Das Deutsche Kaiserreich,obra citada,Págs.
192-193yWee,W. obracitada,Págs.105.
349- Krumeich,Gerd,enWiekonnteesdazukommen?“enlaediciónespecialdelNeue
ZürcherZeitungdel26dejuniode2014,Pág.3.
350- Schultze,H.,KleinedetuscheGeschichte,obracitada,Págs.114-115.

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