Capítulo II

AutorCarlos Elbert
Páginas63-92
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CAPÍTULO II
1).- Berlín en 1899, once años tras la asunción del
Káiser Guillermo II
Von Liszt arriba a Berlín en 1899, al lo del n de siglo.
Se integra a la vida de una ciudad que atraviesa por una in-
tensa dinámica política, económica y social. Guillermo II ha
reinado ya nueve años sin Bismarck, lo que hace necesaria
una aproximación más detenida a ese momento histórico,
para apreciar con mayor exactitud la situación del Reich en
general y de Berlín en particular.
Tras el alejamiento de Bismarck, Guillermo II creyó te-
ner abierto el camino para pasar a la historia como “rey go-
bernante”, rodeado de un “regimiento personal” de adictos,
asumiendo el papel de representación viviente de todo su
pueblo73, aspiración que exteriorizó en los primeros veinte
años de su reinado, a través de enérgicos y explosivos dis-
cursos, opiniones vertidas con demasiada espontaneidad,
exhibiciones públicas de poder, pomposas paradas militares
a toda música, inauguraciones de monumentos y ceremo-
nias diversas, según meticulosas reglas protocolares, que
fueron rememoradas años más tarde como “tiempos esplén-
didos” según se señaló en el capítulo anterior 74. Eran en
suma, tiempos de orden y magnicencia pública, no obs-
73- Ver:Clark,Chr.,obracitada,Pág.124,yWee,W. , obracitada,Págs.56a58.
74- Fischer-Fabian,S.,Obracitada.
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tante que los méritos de esa intensa etapa terminarían
siendo atribuidos exclusivamente a Bismarck.
Pese a las ampulosas pretensiones de “gobernante supre-
mo” de Guillermo II, su gestión inicial se caracterizó, como
se dijo, por una seguidilla de importantes complicaciones
políticas75, que lo confrontaron con la dura realidad. En sus
primeros diez años se sucedieron varios cancilleres76, y los
asuntos de gobierno tomaron un rumbo errático, vacilante,
contradictorio, en claro contraste con la coherencia férrea
exhibida por el centralismo Bismarckiano.
La mayoría de los historiadores coincide en señalar que
el último Kaiser tenía una personalidad inestable, que com-
binaba rasgos de brillante memoria, capacidad intelectual,
interés por la evolución cientíca y tecnológica, energía y
buenos propósitos, con un carácter inseguro y ciclotímico,
que explotaba en accesos de pánico, ansiedad, manías per-
secutorias, depresiones o euforias, canalizadas generalmen-
te mediante la humillación y el desprecio hacia sus seme-
jantes, o bien procediendo con faltas de tacto, prudencia
y reserva, que complicaron reiteradamente sus relaciones
con la política, la administración y especialmente con los
asuntos internacionales, campo en el cual, posiblemente,
acumuló la mayor cantidad de errores de apreciación77. Se
señala que fue un monarca sin un plan propio de gobierno,
carente de ideas rectoras que guiaran su desempeño hacia
metas generales, que pudieran ser interpretadas como una
sucesión de actos coherentes dirigidos a un objetivo. Por
el contrario, fue una persona cambiante, inuenciable por
sus entornos cortesanos y militares, que apoyaba de mane-
ra caprichosa una u otra solución a los problemas que se
le consultaban, que, para colmo, podía variar en cualquier
75- VerClark,Chr.,obracitada,Págs.59,85,86,104.
76- VercapítuloI,cita52.
77- Ibídem,Págs.124-127

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