Caos y orden combinatorio en la economía (El caos y la energía de un sistema son términos similares)

AutorJosé Villacís González
CargoUniversidad San Pablo-CEU Madrid
Páginas553-579

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I Introducción

Este artículo se inicia con la teoría combinatoria aplicada a las áreas microeconómicas del consumo y de la producción. Es un campo nuevo en la ciencia económica que cambia de raíz los trabajos en microeconomía y de la teoría de la decisión. Posteriormente trabajamos con la teoría del aprendizaje y, por último, con los conceptos de entropía y de caos. La base de la investigación en teoría combinatoria procede de dos trabajos. El primero se tituló La Teoría Combinatoria Aplicada a la Teoría del Consumo (1993/ El segundo se tituló La Teoría Combinatoria Aplicada a la Teoría de la Producción (1995).

La combinación entre los bienes que constituyen el lote de los bienes que se quieren consumir aumenta fabulosamente la elección en el sujeto consumidor y en el productor, y, por tanto, abre las puertas a la teoría de la elección. En otras palabras, el sujeto no consume un lote de bienes indiferenciado, sino que puede ordenarlos de muchas formas posibles, y, entre ellos, elige una combinación especial que le reporta la mayor utilidad. En ningún momento intentamos medir la utilidad pero sí compararla en secuencias ordinales. Una vez que el sujeto consumidor o productor racionaliza las combinaciones posibles, elige, como hemos indicado la mejor combinación, lo que trae directamente el problema de la elección.

De los dos artículos de la teoría combinatoria citado vienen otros de la misma estirpe. Los títulos son, por si solos, demostrativos: El año 2001 apareció Las Combinaciones en las Actividades Públicas, el año 2002 Elección Social, Valores Sociales y Teoría Combinatoria, y por último, Asimetría y Riesgo Moral en Leviathan Indiferente, que se publicó el año 2003 1. No hay antecedentes directos que permitan elaborar una teoría del caos que aquí exponemos. Page 554

Tres son las consideraciones sobre las que trabajamos en este artículo. Primero y fundamentalmente, la teoría combinatoria en los bienes de consumo y en la teoría de la producción. Segundo es el aprendizaje tanto en el consumidor como en el productor, y en tercer lugar, es la teoría del caos.

Básicamente, estos puntos se pueden trabar de la siguiente forma: lo que importa es el orden o posición de los bienes en la secuencia del consumo. Lo mismo importa en la teoría de la producción. Esto, que parece obvio en la producción, no ha sido tratado en el consumo.

Se entiende que el sujeto es racional y hedonista, pero ninguna de estas dos cualidades implica necesariamente, que el sujeto sea sabio como consumidor y como productor. Que sea sabio en este trabajo y en la realidad, quiere decir que el sujeto conoce todos los ordenamientos en el consumo y todos los ordenamientos como productor. Estos ordenamientos o combinaciones se van conociendo paulatinamente. A este proceso de conocimiento le llamamos aprendizaje. El conocimiento es un proceso de internalización psíquica de las combinaciones de bienes según vayan apareciendo, y en modo alguno podemos dar por supuesto que viene impuesto.

El sujeto como consumidor, por ejemplo, consumirá un conjunto de bienes, como son sopa, pescado, postre y café, pero no tiene necesariamente que consumirlo en este orden ni podemos suponer que ese esquema le sea impuesto por la costumbre, que es una forma de dictadura eficaz. Sencillamente, el sujeto va aprendiendo conforme van apareciendo los bienes y según los vaya consumiendo. En el caso del productor, el aprendizaje se manifiesta evidente, pues la naturaleza misma del proceso productivo y la técnica le impone un ordenamiento especial o determinado. No obstante, puede haber un margen de combinación especial. Sobre esto puede, con el tiempo, aprender. El ejemplo de un cocinero se manifiesta como el ejemplo más evidente.

Si el sujeto va aprendiendo sobre los bienes y sobre las ordenaciones como consumidor, continuamente va alterando sus preferencias relativas y el sujeto altera su posicionamiento en el mercado y varía sus demandas parciales. Crea, inevitablemente, un desorden en el sistema. Lo vuelve caótico durante un período de tiempo. El productor aprende sobre la técnica y sobre el posible cambio en el orden de determinados insumos. Este aprendizaje trastorna inicialmente el Page 555 mercado de los factores de producción y lo desordena. Este desorden se ve aumentado por los cambios violentos que emanan desde los consumidores.

El mercado, en general, revienta como una explosión. Pero, frente a esa explosión se produce una fuerza que lo retorna hacia el equilibrio. Dicha fuerza nace del propio mercado: del de bienes finales o de consumo y del de los factores de producción. Un subastador universal provoca la coincidencia de voluntades entre los consumidores y los productores aminorando el desorden.

Un mundo ordenado es el del equilibrio walrasiano. Ese orden es un mundo donde los consumidores y los productores están satisfechos porque existe un mercado de competencia perfecta de bienes y de factores, y de información. En ese mundo el subastador ha cumplido su misión y los consumidores y los productores no aprenden. No existe aprendizaje ni se considera las combinaciones o las ordenaciones. Un diamante es un mundo hiperequilibrado y el vapor de agua en una olla de presión es un mundo en desorden. Al mundo con fuerza de desorden le llamamos un universo caótico o entrópico. En un sistema económico donde continuamente se va aprendiendo sobre nuevos y diversos bienes y sobre nuevas combinaciones en los bienes de consumo y en los de producción, es una economía caótica o entrópica.

Que sea caótico no quiere decir que no exista una eficaz asignación de los recursos. Es más, un universo entrópico implica una mejor asignación de los recursos y una mejora en el bienestar individual.

II La dinámica

Dos acontecimientos se producen en un mercado dinámico: uno de carácter explosivo y dinámico, que nace del aprendizaje de donde surge un nuevo consumidor con aptitudes y apetencias distintas. Igualmente brota un nuevo productor con capacidades y demandas diferentes. El mercado se alborota y se infla. El segundo acontecimiento tiende a equilibrar el mercado y lo vuelve ordenado y quieto debido a la actividad del subastador universal. Este proceso de revolución y de paz efímera es un fenómeno dialéctico, en el cual cada suceso nunca vuelve a repetirse. Page 556

Tanto en competencia perfecta como en la imperfecta el mercado tiende, en nuestro sentido, a equilibrarse. Equilibrio es un acuerdo en cantidad y precio que deja saciados a los consumidores demandantes y a los productores. Exige, entre otras cosas, un mercado previo de información acerca de la naturaleza del bien, de los precios, de su distancias y de cualquier consideración que afecte directamente a los demandantes y a los oferentes. Prácticamente, insistimos en nuestro sentido, se produce equilibrio cuando se encuentran la oferta y la demanda. Se dice en la cultura neoclásica, casi sin darle importancia, que el sujeto elige la combinación de bienes que reporta mayor utilidad. Creo que dicha cultura le daba el sentido de que el consumidor preferiría la langosta al tocino o el caviar a la goma de mascar. Por el contrario, le doy aquí a la palabra combinación, su auténtico significado. Combinación es equivalente a posición, ubicación u orden en una serie de bienes. Este sentido potencia la concepción de utilidad y de producción y multiplica el sentido numérico sus respectivas capacidades. Las posibilidades de ordenamiento de tres bienes (abc) o de tres factores son 6: (abc) (acb) (bac) (bca) (cab) (bca). Para la economía neoclásica habría solamente un nivel de combinación, y en consecuencia un nivel de utilidad. Argollado íntimamente a la idea de ordenación o de ordenaciones, configuraciones, posiciones, ubicación de las series, etc, se encuentra su conocimiento y, ese conocimiento exige la experiencia, idea que se hermana con la de aprendizaje. El aprendizaje tiene dos sentidos en nuestro discurso. Uno es el conocimiento de todos los bienes o de la serie de nuevos bienes que van apareciendo. Y, segundo, el conocimiento de todos las posibles combinaciones de esos bienes de esos insumos productivos. Fundamentalmente, aprendizaje, es plantearse de nuevo las necesidades, la sensación de lo que se carece, o en otras palabras, el mapa de preferencia del sujeto. Por tanto, si para cada combinación hay un aprendizaje, en cada combinación cambiará el mapa de preferencias del consumidor. Y en el productor cambiará el diseño de su estructura productiva.

Si solamente se alterara el mapa de preferencias del consumidor, el sistema económico tendería hacia el caos. Cambiaría la dirección y la intensidad de cada uno de los bienes, lo que alteraría la constelación de los bienes que se ofrecen. Puesto que cambian también la consideración acerca de los insumos productivos, el desorden se multiplica y el caos se explosiona en el sistema económico. Simultáneamente el subastador universal coordina a la oferta con la demanda para que el sistema retorne al equilibrio. Page 557

El hilo común que ata y desata a los agentes económicos es la información. Este bien invisible y veloz vuelve sabio a los consumidores y a los productores, los vuelve otros seres con otros gustos y preferencias, y provoca el caos o la entropía en el sistema. Es este mismo bien, la información, subastada por el subastador universal, el que ata a los consumidores y a los productores en el mercado.

III ¿Qué combinación?

Consideramos todos los bienes que forman el conjunto de bienes que el sujeto va a consumir sin...

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