El Derecho Canónico ante las patolo gías y carencias en la formación de la personalidad

AutorRosa María López
Cargo del AutorPsicóloga
Páginas69-90

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* «Cuando un niño destroza un juguete, pareciera como si anduviera buscando su alma» (víctor hugo, en Les travailleurs de la mer, 1,20).

Esta fina observación de víctor hugo evoca fondos radicales del hombre y ese instinto tan natural en él por allegar el desarrollo necesario para ser persona.

** «El amor es un arpa eolia que suena espontáneamente. El matrimonio, en cambio, es un armonio que no suena sino a fuerza de pedalear» (p. masson, Les pensées d’un yoghi).

Este dicho de perry masson apunta de lleno a la diferencia que va del amor a secas al amor conyugal; del amor platónico y de pura epidermis al amor comprometido y responsable propio del matrimonio.

1. Introducción

Al recibir el honor de ser parte en estas jornadas anuales de derecho de la Iglesia, noté que tomaban cuerpo en mí dos sentimientos encontrados, de una cierta inquietud el uno y de un cierto enardecimiento el otro.

Primero, inquietud ante las primeras palabras del enunciado del tema: derecho canónico.

Debo confesar que no soy experta en derecho canónico, aunque mis muchos años de presencia y actuaciones técnico-forenses en cuestiones de familia y en causas matrimoniales canónicas de nulidad fundada en fondos psíquicos anómalos me han ido familiarizando con estas materias jurídicas y «pegado» briznas al menos del espíritu de

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la normatividad canónica, más comprensiva y abierta, por tratarse del derecho de una institución espiritual como la Iglesia, que el de una estricta y pura legalidad positiva. esta misma inquietud me llevó también a poner límites al tema ante la generalidad del mismo. la amplitud de las que pueden ser «patologías» o «carencias» me impuso la necesidad metodológica de particularizarlo centrándolo en puntos concretos del proceso de formación de la personalidad humana: dentro del campo del «aprendizaje» -constructivo de deficitario- del niño en los escenarios naturales de su desarrollo psíquico, la familia y la escuela principalmente, en esos años plásticos de la formación de la personalidad que van desde la salida de la infancia al final de la adolescencia y el inicio de la edad adulta, cuando la persona habría de «suponerse» ya en condiciones de «valerse» autónomamente ante las «opciones fundamentales de vida humana», como es la conyugal.

La inquietud que se alimenta de la duda me hizo preguntarme si seré lo bastante hábil para cubrir adecuadamente la responsabilidad que los organizadores de las jornadas han puesto en mis manos.

En cuanto al segundo sentimiento, el del «enardecimiento» -palabra a la que doy en este momento significado de «estímulo apasionante»-, debo confesar así mismo que este honroso encargo ha despertado en mí un deseo muy vivo de poner un granito de arena -solo un granito- en esa tarea humana como pocas de «alertar» sobre los peligros -tal vez retos mejor- que acechan hoy al desarrollo humano a causa de las realidades sociológicas actuales, con frecuencia negativas e incluso contraindicadas para una sana, correcta y normal evolución de la persona. he pensado -al reflexionar sobre esta cuestión- que el tema bien pudiera ser parte de la materia propia de la preparación remota de los contrayentes al matrimonio y, al decir esto, recuerdo de una de las ironías de chesterton respecto de la poca estatura humana de bastantes de los que deciden contraer matrimonio.

Superadas las inquietudes y con el estímulo del vivo enardecimiento, el tema lo voy a intentar desarrollar con datos extraídos de mi larga experiencia profesional, a la vez que con su contraste con los propios del estado actual de la psicología evolutiva, esa rama de la ciencia psicológica moderna que analiza y valora los factores del desarrollo humano en lo que va del nacimiento de la flor a la sazón del fruto; desde el hombre en ciernes que es el hombre impúber -el niño psicológicamente hablando- se va pasando progresivamente a su entrada en el estado adulto o de persona hecha capaz de «valerse» con esa mínima autonomía personal que diferencia al hombre del animal o la planta, seres vivos ellos, pero no humanos.

Espero que estas dos fuentes de apoyo e información presten a mis humildes aportaciones el valor, la solidez y el interés que ustedes se merecen y esperan sin duda. cierro esta prolusión con las ideas-comentario que rubrican las frases de los dos lemas iniciales:

Quiero resaltar, por un lado, ese fondo insobornable que hay en cada hombre y que, guiado por la razón e incluso movido por el instinto, aspira a irse haciendo paso a paso con las riendas de sí mismo y con el desarrollo necesario y suficiente para ser persona.

Y, por otro lado, desde ahora les invito a pensar y reflexionar en la diferencia que hay entre el amor a secas y el amor calificado como conyugal; entre el amor que se

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consuma solo en la unión de dos epidermis y el amor responsable y serio que necesita del matrimonio para ser tal.

Deseo que, entre estas dos coordenadas de reflexión, se muevan mis aportaciones a estas jornadas.

2. Psicología del «aprendizaje» del niño adolescente y del joven

Voy a comenzar relatando y exponiendo una serie de experiencias personales y profesionales de fondo y alcance psicológico en ese campo del «aprendizaje» del niño adolescente y joven que acabo de indicar; y me propongo completarlas con referencias y aplicación a las situaciones propias del mundo del derecho matrimonial canónico, en especial a las propias y conexas de alguna manera con el canon 1.095 del código de derecho canónico.

El niño vive en un mundo regido por adultos, a los cuales observa desde abajo, en una relación de dependencia material y también psíquica; todo un universo de relaciones a través de las cuales el niño va internalizando pautas decisivas de conducta. y una ventana a veces peligrosamente abierta a un mundo de fantasías e ilusiones: esa pantalla pequeña ante la cual enmudecen hasta las reyertas más ásperas de papá y mamá, sin que, por supuesto, ello implique el adiós a las tensiones y a los conflictos de la casa...

¿cómo hacer para que el niño crezca física y moralmente sano y robusto?

El actual modelo de sociedad deposita en manos de la familia el rol de formar al niño en sus etapas más decisivas. pero, a la vez, contradictoriamente somete a la familia a situaciones económicas y sociales que resquebrajan sus cimientos.

Otra importante realidad social para el desarrollo de la personalidad del niño es la escuela, tanto por su función pedagógica como de relación.

El niño tiene más futuro que los adultos, pero tal afirmación puede ser solo un eufemismo si no se traduce dicha perspectiva en un presente económico, social y educativo que garantice una evolución positiva de la niñez.

A medida que el niño va creciendo, se va ensanchando el mundo de sus relaciones. desde el primer trato, casi simbiótico con la madre, el pequeño pasa a descubrir que existe el padre, los hermanos, los abuelos, los maestros y compañeros del colegio.

En ocasiones, el niño lamentablemente vive una gran contradicción entre lo que suelen decirle los adultos que se debe hacer y lo que ellos hacen, entre lo que éstos plantean como deseo y lo que prácticamente demuestran en la vida diaria.

Cuando la madre trabaja debe plantearse a los tres meses del parto la alternativa de llevar a su hijo a la guardería, llevarlo a casa de los abuelos, si ello es posible, o contratar a una persona que cuide del hijo durante su ausencia.

La función paterna tiene una gran importancia para el desarrollo de la personalidad del niño y por lo tanto, los padres son necesarios a todo lo largo de dicho proceso. a pesar de ello, las investigaciones efectuadas hasta la fecha permiten deducir que la importancia de la relación paterno-filial está en proporción inversa a la edad.

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hasta la pubertad, el juego es la mejor manera de relación entre los niños. lúdicamente los pequeños practican diversas formas de acercarse y comunicarse. en el juego los niños dan forma a las pautas de comportamiento que los adultos que les rodean les transmiten y manifiestan también el conflicto que les supone adaptar su propia espontaneidad a las normas de convivencia internalizadas.

Para el niño, el mundo es una realidad que tiene que ir desvelando poco a poco, y no sin esfuerzo; así, una situación interna de estabilidad afectiva y emocional le hará más fácil la tarea; cuantos menos miedos y conflictos psíquicos le acosen, con más soltura encarará los problemas que en forma objetiva plantea la realidad.

En el medio rural, sobre todo en los núcleos más pequeños, es frecuente la convivencia cotidiana, ya sea bajo un mismo techo o en una vecindad muy próxima, de las diversas generaciones que componen la familia; por eso, en medios así la tradición es más firme.

La conducta de cualquier ser humano es compleja y los padres como seres humanos no son una excepción. de ese modo, la respuesta de un hijo va a depender de multitud de aspectos de esa conducta de los padres, de su personalidad, de aspectos de la combinación de estos factores. podríamos seleccionar algunos datos de esa combinación entre conducta y personalidad de los padres, que influyen en los hijos: la ansiedad, la agresividad, la estabilidad emocional, la identidad personal, el conservadurismo o el radicalismo, la autoestima, etc. por ejemplo, padres con una identidad personal débil, ofrecerán un medio inconsistente y empobrecido que prácticamente imposibilitará la formulación de la identidad personal de los hijos. también la ansiedad de los padres tiende a generar un ambiente familiar...

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