El campamento @PlzaResistencia en el ciclo de protestas en Venezuela 2014

AutorIria Puyosa
CargoDirectora Maestría de Comunicación y Redes Sociales, Universidad de Las Américas (Ecuador)
Páginas73-93
IDP Número 21 (Diciembre, 2015) I ISSN 1699-8154 Revista de los Estudios de Derecho y Ciencia Política
www.uoc.edu/idp
Fecha de presentación: marzo de 2015
Fecha de aceptación: junio de 2015
Fecha de publicación: diciembre de 2015
Universitat Oberta de Catalunya
Resumen
El artículo analiza el caso del campamento estudiantil de protesta Plaza de la Resistencia, instalado
en Caracas durante los meses de abril y mayo de 2014, en el contexto del ciclo de protestas registrado
en Venezuela. Se revisan los factores contextuales antecedentes del ciclo de protestas y se explora la
aplicabilidad en este caso de diez dinámicas identificadas como fundamentales en los movimientos
sociales en red. Asimismo, se hace un análisis de redes del usuario Twitter @PlzaResistencia que sirvió
para la comunicación política autónoma y para la propagación de las consignas de los campistas.
Palabras clave
movimientos sociales en red, ciclo de protesta, campamentos de protesta, comunicación política autó-
noma, comunidades políticas en la web, movimiento estudiantil, Venezuela
Tema
ciencias sociales, comunicación política
ARTÍCULO
El campamento @PlzaResistencia
en el ciclo de protestas en
Venezuela 2014
Iria Puyosa
Directora Maestría de Comunicación y Redes Sociales
Universidad de Las Américas (Ecuador)
Iria Puyosa
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Este artículo forma parte de un proyecto de investigación
sobre el ciclo de protestas registrado en Venezuela entre
enero y mayo de 2014. Las protestas se inician a mediados
del mes de enero de 2014, pero solo alcanzan gran visibilidad
a partir del 12 de febrero, cuando el movimiento estudiantil
organiza dieciséis marchas simultáneas en todo el país. Los
primeros estudios sobre el ciclo de protestas registrado en
Venezuela entre enero y mayo de 2014 indican que la web
fue crucial para la difusión de consignas de rechazo a la
violencia en los campus universitarios, lo que fue el punto de
arranque de las protestas estudiantiles en el inicio de 2014
(Uzcátegui, 2014; Delgado y Arenas, 2014). Asimismo, el uso
de la web social ha sido identificado como factor clave para
el contagio de las protestas desde sus focos iniciales en las
universidades de San Cristóbal, Mérida y Caracas a otras
ciudades del país y a otros sectores sociales (Puyosa, 2014).
Este artículo analiza el caso del campamento Plaza de la
Resistencia, que es examinado en el contexto general del
ciclo de protestas, considerando las diez dinámicas funda-
mentales de los movimientos sociales en red: 1) arranque
emocional de la movilización y elaboración de marcos de
injusticia; 2) uso intensivo de la web y el teléfono móvil
para comunicación política autónoma; 3) construcción de
identidad colectiva a partir de marcos de valores y un len-
guaje propio del movimiento; 4) debates sobre valores en
enclaves deliberativos; 5) carácter difuso de la estructura
del movimiento y coaliciones fluidas de redes de activistas
conectadas con múltiples organizaciones; 6) dinámicas de
capital social que combinan vínculos fuertes y vínculos
débiles; 7) acción colectiva para la ocupación del espacio
público; 8) acción política de contra-públicos o contra-
hegemónica; 9) conformación de redes con estructura de
mundo pequeño; 10) propagación de ideas por difusión en
cascadas o contagio en redes (Puyosa, 2015).
Finalmente, en el artículo se reporta un análisis de la red
integrada por los seguidores del usuario Twitter @Plza-
Resistencia. El usuario @PlzaResistencia fue creado para
informar sobre las actividades desarrolladas por los mani-
festantes que participaban en el campamento estudiantil
de la plaza Alfredo Sadel (Caracas), entre abril y mayo de
2014. El corpus incluye las interacciones registradas entre
@PlzaResistencia y sus seguidores, así como el uso de
etiquetas asociadas al movimiento estudiantil #12F y a la
oposición venezolana durante ese período.
Factores contextuales en el ciclo
de protestas de Venezuela 2014
El ciclo de protestas registrado en Venezuela entre enero
y mayo de 2014 ocurre en una coyuntura de demandas de
democratización en el país, aquejado por una severa crisis
económica, así como por graves condiciones de violencia
criminal y parapolítica. Las protestas alcanzan gran visi-
The @PlzaResistencia camp in the 2014 cycle of protests
in Venezuela
Abstract
The article analyses the case of the Plaza de la Resistencia student protest camp set up in Caracas in April and
May 2014, in the context of the cycle of protests that occurred in Venezuela. Background contextual factors
of the cycle of protests are reviewed and the applicability, to this case, of 10 dynamics identified as central
to networked social movements are explored. An analysis of Twitter user @PlzaResistencia’s network, which
was used for autonomous political communications and for spreading campers’ slogans, is also included.
Keywords
networked social movements, cycle of protest, protest camps, autonomous political communications,
political communities on the web, student movement, Venezuela
Topic
social sciences, political communication
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bilidad a partir del 12 de febrero, cuando el movimiento
estudiantil organiza dieciséis marchas simultáneas en todo
el país, como manifestación de rechazo a la criminalidad que
afectaba a los campus universitarios, con frecuentes atra-
cos, así como varios incidentes de secuestros y violaciones,
lo que se agregaba al descontento por la represión en contra
del movimiento estudiantil, especialmente en las ciudades
andinas de Mérida y San Cristóbal (Uzcátegui, 2014). La
logística de las dieciséis marchas regionales fue posible
debido al aprendizaje organizativo y al liderazgo estudiantil
consolidado durante el paro nacional de universidades de
más tres meses, que se había registrado en 2013. A través
de sus grupos estudiantiles, los partidosVoluntad Popular y
Bandera Roja
1
tuvieron roles importantes en la organización
de las marchas del 12 de febrero.Es importante destacar
su rol puesto que fueron esos dos partidos los que desde
diciembre de 2013 comenzaron a promover la iniciativa
de#LaSalida, que proponía la activación de Asambleas de
Ciudadanos para la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente. #LaSalida fue calificada como estrategia
golpista por el gobierno y como electoralmente inconve-
niente por el resto de los partidos de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD).
Desde el inicio de febrero, el movimiento estudiantil actuó
en manifestaciones masivas no violentas, en algunos casos
con propuestas de protestas creativas como smartmobs.No
obstante, en el ciclo de protestas también se registraron
manifestaciones violentas, en ciertos casos motivadas por
reacción antela represión desproporcionada a protestas pa-
cíficas, como ocurrió el 12 de febrero cuando tres personas
fueron asesinadas.
2
Tanto en Caracas como en el resto del
país, se registraron protestas vecinales y otras protestas
masivas populares sin liderazgo del movimiento estudiantil.
Las protestas vecinales se caracterizan por el corte de vías
en zonas residenciales, lo que se ha denominado «guarim-
ba».
3
Durante el ciclo también se registraron protestas
violentas focalizadas, en algunos casos protagonizadas
por manifestantes radicalizados y en otros al parecer por
intervención de infiltrados parapoliciales.
4
Hubo protestas
populares masivas en el Distrito Capital y en los Estados
Táchira, Mérida, Miranda, Bolívar, Carabobo, Aragua, An-
zoátegui, Zulia y Lara (PROVEA, 2014).
En la literatura sobre movimientos sociales en red hemos
identificado como factores contextuales que anteceden a las
movilizaciones masivas de protesta: 1) elevadas expectativas
insatisfechas de cambio social o político; 2) persistencia de
graves problemas económicos para los cuales los grupos
en el poder no ofrecen solución; 3) visibles conflictos entre
las élites en el poder; 4) disfunción en los mecanismos de
integración social y política; y 5) apropiación social de inno-
vaciones tecnológicas para la comunicación política autóno-
ma (Goodwin y Jasper, 2009; Puyosa, 2014; Puyosa, 2015;
Retamozo, 2013). Asimismo, encontramos en la literatura
factores más específicos que entran en juego en procesos
de transición entre regímenes autocráticos y regímenes
democráticos, como son: a) emergencia o repliegue de redes
de confianza entre grupos dominantes y sectores populares
y/o excluidos del poder; b) fortalecimiento o eliminación de
centros de poder regionales; c) ampliación o disolución de
redes clientelares; d) expansión o restricción de mecanismos
institucionalizados de participación política ciudadana; e)
protagonismo o contención de fuerzas militares; y f) expan-
sión o represión de ciclos de movilización que buscan mejo-
rar los derechos ciudadanos (Tilly, 2010; Chaguaceda, 2015).
1. Voluntad Popular es un partido socialdemócrata en lo económico y liberal en lo político, mientras que Bandera Roja es un pequeño partido
marxista ortodoxo, con un pasado de lucha guerrillera, que tiene su fuerza en el movimiento estudiantil de la Universidad Central de
Venezuela y en algunos sindicatos de obreros.
2. Dos manifestantes (un estudiante y un carpintero) y un miembro de un colectivo chavista infiltrado en la manifestación fueron asesinados el 12 de
febrero. Hay evidencia (videos y testigos) que indica que el joven carpintero fue asesinado por funcionarios de la policía política SEBIN; la acusación
a los funcionarios fue presentada por la Fiscalía, pero no han sido juzgados. Las otras dos víctimas se adjudican a miembros de colectivos chavistas.
Véase vídeo y reportaje ganador del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en
.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/10/141002_premio_garcia_marquez_muertes_caracas_ch>.
3. Originalmente, guarimba significa «sitio seguro» y es un juego infantil tradicional venezolano. Mas desde las protestas de febrero de 2003,
se ha utilizado la palabra guarimba para referirse a manifestaciones con cierre de vía en las urbanizaciones venezolanas.
4. «Durante los meses de febrero y marzo de 2014, se calculó que en16 estados del país se habían desplegado por lo menos 20 modalidades
diferentes de protestas, las cuales contaron con la participación de800.000 personas.
Según una muestra tomada en 7 estados del país (Distrito Capital, Lara, Táchira, Bolívar, Mérida, Carabobo y Zulia) entre los meses de
febrero y abril de 2014, el93,35% de las manifestaciones fueron de carácter pacífico y el 34,05% fueron reprimidas.» PROVEA.
Véase el informe en:
http://www.derechos.org.ve/2014/06/10/organizaciones-de-ddhh-presentaron-el-informe-venezuela-2014-protestas-y-derechos-humanos/>.
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1. Elevadas expectativas insatisfechas de cambio
social o político
Un estudio realizado por el Centro Gumilla en 2011 indicaba
que en la población venezolana existían elevadas expectati-
vas de progreso social y cambio político que se expresaban
en demandas de bienestar social, inclusión civil y participa-
ción política (Alvarez y Virtuoso, 2012). Las altas expectati-
vas de la población venezolana habían sido alimentadas por
la promesa simbólica de la «refundación» de la República
(Conaghan y De la Torre, 2008) y en procesos redistributivos
de la renta petrolera envueltos en una retórica populista. No
obstante, desde el 2009, se observa en Venezuela un declive
en el disfrute de los derechos políticos y los derechos civiles
individuales, con débiles o inexistentes procedimientos de
rendición de cuentas y contraloría, consecuentes con un
proceso de debilitamiento del respeto al Estado de derecho
que se hace evidente desde la puesta en vigencia formal
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(Alvarez y Virtuoso, 2012).
La expansión del Estado venezolano durante la primera
década del siglo XXI fue totalmente insuficiente para sa-
tisfacer las expectativas de los ciudadanos con respecto
a la democracia como régimen que puede proporcionar
bienestar social y progreso económico. La conjunción de las
demandas insatisfechas y el deterioro de la institucionalidad
del Estado venezolano terminan siendo acumuladores de
tensión para la protesta social masiva, en un contexto en el
cual Estado tiene baja capacidad para procesar conflictos
democráticamente (Calderón Gutiérrez, 2012).
2. Persistencia de graves problemas económicos
para los cuales los grupos en el poder
no ofrecen solución
Las políticas de expropiaciones y el restrictivo control de
cambios implantado por el gobiernode Chávez, aunado al
declive de la renta petrolera, lleva a una de las peores crisis
de la historia de Venezuela, que comienza a ser evidente a fi-
nales de 2012. Ya desde 2008 se registra desabastecimiento
de leche, azúcar, papel para imprenta, harina de trigo, aceite
de maíz, artículos de higiene personal y medicamentos para
tratamiento de enfermedades crónicas. Los apagones co-
mienzan a ser comunes a partir de 2009 y el racionamiento
de la electricidad entra en efecto a partir de 2010. A me-
diados de 2013, Venezuela estaba importando 65% de los
productos manufacturados que se consumían en el país,
de acuerdo con los reportes de CONINDUSTRIA. En 2013 se
registra la tasa de inflación anualizada de 56,2%, la más
alta de Latinoamérica en ese año y la más alta registrada en
Venezuela desde 1996. En enero de 2014, el tipo de cambio
en el mercado paralelo alcanza Bs. 79 por US$, mientras
que el cambio implícito
5
se ubica en Bs. 58 por US$, frente
a la tasa de cambio oficial de Bs. 6,30, que solo reciben
algunos privilegiados del gobierno (Guerra, 2013). Al inicio
de 2014, Venezuela estaba entrando en una de las peores
crisis económicas de su historia y el gobierno no mostraba
ninguna disposición para cambiar las políticas que habían
llevado a la total postración del aparato productivo del país.
3. Visibles conflictos entre las élites en el poder
La coalición chavista en el poder incluye al menos siete
grupos diferenciables: a) militares participantes en los
intentos de golpes de Estado de 1992; b) ex militantes de
partidos de extrema izquierda; c) boliburguesía importadora;
d) boliburguesía financiera; e) jefes de grupos parapoliciales
urbanos y otros grupos irregulares armados; f) la familia
Chávez, heredera del legado simbólico; g) directivos y
contratistas de PDVSA. En el inicio de 2013, estos grupos
lograron mantenerse cohesionados para asegurar el poder
a la muerte de Hugo Chávez. En los primeros meses de la
ausencia física de Chávez se observó una especie de lide-
razgo colegiado (Jácome, 2013), que involucraba a todos los
sectores y minimizaba las luchas internas. Mas las tensiones
por diferencias con respecto a las políticas económicas y
al control de la población no han dejado de aflorar desde
finales de 2013.
A pesar de ser Nicolás Maduro un civil, que no estuvo invo-
lucrado directamente en los intentos de golpes de Estado
de 1992, una vez que él asume la presidencia crece el poder
de la Fuerza Armada Bolivariana. Vale recordar que pocas
horas antes de anunciar la muerte de Hugo Chávez, Maduro
salió en cadena nacional declarando la unidad de lo que
llamó el Comando Político-Militar de la Revolución. Con ese
mismo Comando Político-Militar se reunió antes de anunciar
su primer gabinete oficial, luego de ser proclamado presi-
dente por el Consejo Nacional Electoral en abril de 2014.
Jácome (2013) señala tres factores que ponen en evidencia
el predominio de poder militar: a) participación creciente
5. Calculado al dividir la liquidez monetaria (M2) entre las reservas internacionales, según las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela.
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de militares en las estructuras gubernamentales; b) mayor
partidización explícita de los altos mandos; y c) avance en
la militarización de la sociedad. Con respecto a este último
punto, es necesario destacar la creciente presencia militar
en el control de las protestas sociales y políticas a partir
de 2013.
4. Disfunción en los mecanismos de integración
social y política
Una década de polarización política con altibajos y de
conflictividad social, con un creciente número de protes-
tas populares en los años 2012 y 2013, precede al ciclo de
protestas de 2014 (López Maya, 2014). Los esfuerzos del
chavismo por subsumir la participación ciudadana en estruc-
turas dependientes directamente del PSUV y del gobierno
central, con la implantación del Poder Comunal, han sido
contestados por la resistencia del movimiento estudiantil,
de organizaciones comunitarias y de las organizaciones
sindicales que aún se mantienen activas en el país (López
Maya, 2011; Chaguaceda, 2015).
En el período que va de 2007 a 2013, se debilitan las redes
de confianza entre los sectores políticamente dominantes y
los sectores excluidos del poder. Esto se hace evidente en el
aumento de las denuncias de discriminación política para el
acceso a los servicios del Estado y de falta de independencia
del poder judicial (Panzarelli, 2012; Chaguaceda, 2015). Por
el contrario, se amplían las redes clientelares para el acceso
a los beneficios de la renta petrolera, sea a través de las
misiones sociales o de la asignación de divisas a cambio
oficial (Álvarez, 2008; Panzarelli, 2012; López Maya, 2014;
Chaguaceda, 2015). Se debilitan los poderes regionales
con el establecimiento de instancias gubernamentales no
electas, directamente dependientes de la presidencia de la
República (López Maya, 2011, 2014; Panzarelli, 2012; Chagua-
ceda, 2015). Si bien se mantiene una elevada participación
política a través de procesos electorales, se ven limitadas
otras formas de participación, como es el caso de la libre
asociación a gremios y sindicatos, o el derecho a manifestar
(Álvarez, 2008; Panzarelli, 2012; Chaguaceda, 2015). El sec-
tor castrense alcanza mayor protagonismo, siendo militares
la mayoría de los candidatos a gobernadores presentados
por el PSUV en las elecciones regionales de diciembre 2013
(12 de los 20 actuales gobernadores chavistas son milita-
res), aumenta el número de viceministros y ministros con
carrera militar y la seguridad ciudadana pasa a estar bajo
un ministro militar. El crecimiento de la violencia criminal,
la impunidad (91% de los homicidios no está penalizado),
la violencia carcelaria (en promedio, un reo es asesinado
cada día) y el abuso policial (uno de cada cuatro homicidios
es atribuido a un funcionario policial o militar), sumados a
la penetración del crimen organizado en los aparatos del
Estado produce una creciente anomia (López Maya, 2014).
Todos estos elementos caracterizan un proceso de disfun-
ción en los mecanismos de integración social y política.
Configuran así el contexto para la emergencia del ciclo de
movilización de protesta y defensa de los derechos ciuda-
danos.
5. Apropiación social de innovaciones
tecnológicas para la comunicación
política autónoma
Entre todos los factores contextuales antecedentes del
surgimiento de movimientos sociales en red en un ciclo
de protestas el más específico es la apropiación de las
TICs para la comunicación política autónoma. Venezuela
ofrece un contexto propicio, como veremos en detalle a
continuación. Más de la mitad de los adultos venezolanos
(54,5%) afirmaba conectarse regularmente a internet en
2011 y justo 50% afirmaba ser usuario frecuente de alguna
plataforma de la web social (Facebook, Twitter o YouTube,
principalmente) (Puyosa, 2012). Al inicio de 2014, justo cuan-
do arranca el ciclo de protestas, Twitter tenía 6.900.000
usuarios en Venezuela, mientras que Facebook alcanzaba
11.100.000 usuarios, en una población total de 29.786.263
6
(Delgado y Arenas, 2014).
Con un análisis de conglomerados realizado a partir de
una encuesta nacional (Puyosa, 2012), clasificamos a los
potenciales electores venezolanos (en el Registro electoral)
en cuatro grupos: Conectados & Despolitizados (32%), Me-
diáticos & Despolitizados (30%), Conectados & Politizados
(18%) y Mediáticos & Politizados (15%). Los Conectados
& Politizados constituían el grupo más interesado en la
política; usaban a diario diversas fuentes de información,
preferiblemente a través de la web; usaban para debatir
foros políticos, Twitter, Facebook y blogs sobre política;
consideraban que el gobierno censuraba la información
en los medios masivos y consistentemente confiaban más
6. Cifra de población proyectada por el Instituto Nacional de Estadísticas al mes de diciembre de 2013.
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en internet como medio de acceso a la información; y se
conectaban a internet desde el móvil, la casa y el trabajo.
En lo que corresponde a posiciones políticas, entre los
Conectados & Politizados predominaban personas que se
autodefinían como opositores o independientes.
Es importante resaltar que en Venezuela existe una brecha
en el acceso a internet por regiones. El país de los conectados
es un país predominantemente urbano, con una economía
centrada en industria, servicios y comercios. Mientras que
el país desconectado es predominante rural y dependiente
de la actividad económica del sector público. En 2013, las
entidades conectadas eran: Miranda (93% de penetración
de internet), Distrito Capital (93%), Nueva Esparta (62%),
Anzoátegui (43%), Carabobo (43%), Vargas (39%), Aragua
(38%), Bolívar (35%), Táchira (34%) y Lara (33%). Las en-
tidades desconectadas eran: Apure (15%), Delta Amacuro
(16%), Amazonas (16%), Yaracuy (16%), Barinas (20%),
Guárico (20%), Portuguesa (21%), Trujillo (21%), Sucre
(22%), Cojedes (22%), Falcón (27%), Zulia (30%), Mérida
(31%) y Monagas (31%). Miranda, Distrito Capital, Nueva Es-
parta, Anzoátegui, Carabobo, Bolívar y Táchira concentran
dos tercios de los conectados. Con la excepción de Zulia
(en donde hubo protestas en las ciudades de Maracaibo y
Cabimas) y Mérida (en donde hubo protestas masivas en la
ciudad universitaria del mismo nombre), las manifestaciones
de 2014 se concentraron en estados conectados. Y de los
estados conectados, solo en Nueva Esparta y en Vargas no
se registraron protestas masivas.
El campamento de protesta
Plaza La Resistencia, activismo
estudiantil y redes
A partir de mediados de abril, luego de la represión que dejó
más de cuarenta muertos y más de un centenar de personas
presas por manifestar, las protestas populares se fueron
diluyendo. El descontento estudiantil quedó circunscrito a
los campamentos de protesta. Entre abril y mayo de 2014,
se produjeron ocupaciones del espacio público con el esta-
blecimiento de campamentos de protesta en las ciudades de
Caracas, Valencia, Maracaibo, Mérida y Puerto Ordaz. Entre
estos campamentos se encontraban Plaza de la Resistencia
y Conciencia (frente a la sede del PNUD, organismo del siste-
ma de Naciones Unidas), ambos en Caracas. El campamento
Plaza de la Resistencia, fue instalado el 4 de abril en la plaza
Alfredo Sadel (Caracas) y permaneció ocupado por un grupo
de estudiantes universitarios y de secundaria, que osciló
entre 150 y 350 personas por noche.
7
El campamento fue
desmantelado en la madrugada del 8 de mayo, mediante un
operativo militar-policial encabezado por la Guardia Nacio-
nal. En el desalojo de este campamento se registraron 298
estudiantes detenidos, que fueron trasladados a cuarteles
del Ejército, de la Guardia Nacional o a la sede principal de
la policía política SEBIN (El Helicoide).
8
Desde 2011, los campamentos han venido emergiendo como
una táctica dominante en los repertorios de protesta de los
movimientos sociales, aunque ya existían antecedentes en
los movimientos altermundistas de los primeros años del
siglo xxi. Los campamentos de protesta fueron centrales en
los movimientos Indignados (España) y Occupy (USA), mas
también han estado presentes en otros movimientos en red
de los últimos cinco años. Los campamentos de protesta
pueden ser comprendidos dentro del marco de los reper-
torios de contestación (Tilly, 2006), que son usados para
la acción colectiva. Tanto los campamentos en sí mismos
como el uso de Twitter, YouTube y Facebook para informar
a públicos no participantes en el movimiento sobre las
actividades de protesta son repertorios modulares, en el
sentido de que son transferidos de una situación y de una
localidad a otra (Tarrow, 1998).
La ocupación colectiva del espacio público ha sido desta-
cada como una de las características más visibles de los
movimientos sociales en red (Castells, 2012). La ocupación
del espacio público por activistas de movimientos en red
no se orienta al logro de objetivos políticos tácticos, sino
al fortalecimiento de la comunidad de valores entre los
activistas y a la consolidación de vínculos emocionales
7. En la misma fecha se instaló otro campamento de protesta en otra zona de Caracas, específicamente frente a la sede del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la céntrica avenida Francisco de Miranda, en Chacao. Este campamento también fue
desmantelado por la Guardia Nacional en la madrugada del 9 de mayo.
8. Véase «Gobierno desacata petición de la ONU y desaloja violentamente campamentos estudiantiles en Caracas» (PROVEA,Mayo 8, 2014) 
http://www.derechos.org.ve/2014/05/08/gobierno-desacata-peticion-de-la-onu-y-desaloja-violentamente-campamentos-estudiantiles-en-
caracas/>.
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entre los miembros del movimiento (Puyosa, 2015). Frenzel,
Feigenbaum y McCurdy (2014) destacan el valor organiza-
cional y simbólico de los campamentos de protesta para
los movimientos sociales. El valor simbólico del sitio que
se ocupa con el campamento condiciona la manera como
los medios enmarcarán la protesta y cómo serán vistos los
manifestantes por los públicos. Asimismo, el sitio del cam-
pamento tiene importancia organizacional porque afecta al
rango de reacciones de las autoridades gubernamentales
y de la policía. En el caso del campamento Plaza de la Re-
sistencia, el sitio de ocupación fue la plaza Sadel, en una
zona comercial de clase media caraqueña. En una primera
lectura, el sitio del campamento Plaza de la Resistencia
es simbólicamente contraproducente dado que asociaba
la ocupación con la clase media, a pesar de que la mayoría
de los campistas eran estudiantes de clases populares,
muchos provenientes de ciudades dormitorios aledañas a
Caracas y algunos de poblaciones del interior del país. Mas
organizacionalmente, el sitio tenía las ventajas de ofrecer
alta visibilidad y de estar bajo la jurisdicción de un alcalde
de oposición y de una policía sin antecedentes de represión
de manifestaciones pacíficas. La visibilidad es un elemento
crucial para el establecimiento de los campamentos, puesto
que su éxito simbólico depende de que constituyan una
disrupción en la vida cotidiana y las normas del status quo
(Frenzel, Feigenbaum y McCurdy, 2014).
En la literatura sobre los movimientos sociales, los cam-
pamentos de protesta son vistos como espacios de con-
vergencia de ideas (Frenzel, Feigenbaum y McCurdy, 2014;
Routledge, 2000). Los campistas tienden a compartir
intereses y objetivos, aun cuando provengan de distintas
organizaciones sociales y políticas (Routledge, 2000). Mas
el espacio del campamento permite compartir información
y facilita convergencia en estrategias y tácticas (Castells,
2012), a la vez que permite la comunicación directa entre ac-
tivistas y la construcción de un tejido de solidaridad (Frenzel,
Feigenbaum y McCurdy, 2014). En esa línea de convergencia
de ideas, durante los cuarenta días de ocupación del cam-
pamento Plaza de la Resistencia se realizaron asambleas
vecinales, instalaciones de globos con consignas de paz,
estampado de franelas con consignas pro-democratización,
carteleras con fotos de la represión durante el ciclo de pro-
testas, performances, pinta de pancartas, clases magistrales
con profesores universitarios invitados, concentraciones
con despliegue de banderas de Venezuela, proyección de
documentales sobre luchas políticas en Venezuela y otras
partes del mundo, ceremonias religiosas en Semana Santa,
obras teatrales, ejercicio aeróbicos, bailoterapia, Quema
de Judas, cine-foros, foros con sindicalistas y gremialistas,
debates estudiantiles sobre libertad de expresión y dere-
cho a la protesta.
9
Varias de estas actividades apuntan al
establecimiento de redes de comunicación autónoma y
mediactivismo, dinámicas que son características en los
movimientos sociales en red (Puyosa, 2015).
Investigaciones sobre los campamentos de protesta indican
que las actividades de convergencia como las señaladas
permiten construir identidad colectiva (Melucci, 1996),
sustentada por relaciones afectivas (Flam, 2005; Frenzel,
Feigenbaum y McCurdy, 2014). Esta proposición coincide
con la teoría planteada por Jaspers (1998) de que las emo-
ciones son el cimiento de la solidaridad entre activistas y la
precondición para la movilización efectiva. En un relevante
estudio sobre el 15M (Toret, 2013), se verifica cómo la carga
emocional fue instrumental para el mantenimiento de las
acampadas en Madrid y Barcelona, así como para la orga-
nización de las movilizaciones masivas de los indignados.
Otro elemento importante de la ocupación del espacio pú-
blico por parte de los movimientos sociales es que facilita
que se pase de los sentimientos de ultraje e indignación
a sentimientos de empoderamiento, solidaridad y euforia
(Gravante y Poma, 2013).
@PlzaResistencia como caso
para el estudio de movimientos
sociales en red
En este estudio, exploramos la hipótesis de que en el ciclo
de protesta registrado en Venezuela entre enero y mayo de
2014 se dieran dinámicas características de los movimientos
sociales en red. Las dinámicas que hemos identificado como
características de estos movimientos son las siguientes: 1)
arranque emocional de la movilización y elaboración de
marcos de injusticia; 2) uso intensivo de la web y el teléfono
móvil para comunicación política autónoma; 3) construcción
9. Las imágenes de las actividades desarrolladas en el campamento de la plaza Sadel pueden verse en el perfil en Twitter de @PlzaResistencia
.com/PlzaResistencia>.
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de identidad colectiva a partir de marcos de valores y un
lenguaje propio del movimiento; 4) debates sobre valores en
enclaves deliberativos; 5) carácter difuso de la estructura
del movimiento y coaliciones fluidas de redes de activistas
conectadas con múltiples organizaciones; 6) dinámicas de
capital social que combinan vínculos fuertes y vínculos
débiles; 7) acción colectiva para la ocupación del espacio
público; 8) acción política de contra-públicos o contra-
hegemónica; 9) conformación de redes con estructura de
mundo-pequeño; 10) propagación de ideas por difusión en
cascadas o contagio en redes (Puyosa, 2015). En esta sección
exploraremos cómo estas dinámicas pueden o no observarse
en el caso específico del campamento Plaza La Resistencia.
1. Arranque emocional de la movilización
y elaboración de marcos de injusticia
Los estudios de caso tienden a ubicar el inicio de la mo-
vilización de un movimiento social en red en un choque
emocional, que se enmarca como una injusticia, para revelar
un conflicto de valores entre las élites en el poder y las víc-
timas de su injusticia (Castells, 2012; Gravante y Poma, 2013;
Puyosa, 2014). El choque moral ocurre cuando un evento o
la revelación de una información genera un sentimiento de
ultraje intolerable, o de indignación, que obliga a las perso-
nas a reflexionar sobre la divergencia entre sus valores y la
sociedad en que viven (Jasper, 1998; Gravante y Poma, 2013).
Sentimientos de ultraje, la indignación y la esperanza de un
mundo nuevo han sido identificados como las emociones más
relevantes en los procesos de activación y movilización de
los movimientos sociales (Goodwin, Jasper y Polletta, 2000).
No obstante, el choque moral no es suficiente para que se ac-
tive un movimiento social. El proceso que permite construir
el sentimiento de indignación ante la injusticia como una for-
ma de expresión de protesta política ha sido conceptualizado
en la literatura sobre movimientos sociales como injustice
framing (Gamson, 1992; Gravante y Poma, 2013). El proceso
sigue los siguientes pasos: 1) experiencia del choque moral,
2) reconocimiento de la amenaza contra la forma de vida de
la comunidad de pertenencia, 3) identificación precisa de
los responsables del ultraje, 4) enmarcado cognitivo como
una injusticia, 5) revisión de los valores en conflicto entre
las creencias propias y el sistema de creencias de la élite en
el poder (Puyosa, 2015; cf. Gravante y Poma, 2013).
El ciclo de protestas de 2014 se inicia con manifestaciones
por un caso de violación en el campus de la Universidad
Nacional del Táchira y el posterior encarcelamiento de los
dirigentes estudiantes que reclamaban ante la gobernación
del Estado Táchira el cese a la impunidad de los crímenes
contra estudiantes. Las protestas se acentúan luego del
asesinato de tres personas en Caracas, al finalizar la marcha
contra la violencia convocada por el movimiento estudiantil,
y se expanden por las principales ciudades del país en reac-
ción a la represión desproporcionada que dejó centenares
de detenidos, torturados, y más de cuarenta fallecidos.
10
En el ciclo de protestas de 2014, el evento que generó mayor
indignación y produjo un choque moral que pudo haber sido
disparador de una movilización de protesta masiva fue la
vejación sufrida por un joven que fue desnudado totalmente y
pateado por un grupo pro-gubernamental frente a la Escuela
de Trabajo Social de la UCV.
11
Ese hecho ocurrió el día 3 de
abril, justo un día antes de la instalación del campamento
Plaza de la Resistencia. No obstante, ni los campistas ni
otros sectores de la oposición venezolana lograron articular
un marco de injusticia que diera significado a ese ultraje
como una amenaza a la dignidad y a la forma de vida del
colectivo social. Tampoco lograron comunicar con precisión
las responsabilidades por el ultraje. Esta incapacidad para
articular un marco de injustica (Gamson, 1992; Snow y
Benford, 2000) produce un sentimiento de resignación
y lleva a que la protesta se diluya porque el choque
moral no es interpretado políticamente (Puyosa, 2015).
2. Uso intensivo de la web y el teléfono móvil
para comunicación política autónoma
Los procesos de comunicación autónoma son cruciales para la
acción política colectiva de los movimientos sociales en red (Pu-
yosa, 2015). Los activistas en red desconfían de los medios; por
eso, tienden a invertir mucho esfuerzo en procesos de comuni-
cación autónoma de valores y símbolos de identidad, usando
preferentemente la web, el teléfono móvil, la conversación cara
a cara y la intervención del espacio urbano (Puyosa, 2014).
10. Véase «Venezuela: los rostros de la impunidad». Informe de Amnistía Internacional (2015), en:
g/es/documents/amr53/1239/2015/es/>.
11. Véase imagen: www.el-nacional.com/politica/Escuela-Trabajo-Social-Foto-AP_NACIMA20140403_0208_6.jpg>.
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Dadas las condiciones de hegemonía comunicacional impe-
rantes en Venezuela (Bisbal et al., 2009; Cañizalez, 2012;
Canelón-Silva, 2014; Chirinos, 2014), las protestas tuvieron
relativamente poca cobertura en medios masivos naciona-
les. Hasta la fecha del desmantelamiento del campamento
Plaza de la Resistencia fueron escasas las referencias a este
en los medios masivos de información. Las actividades de
los campamentos de protesta solo se conocieron dentro
del país por procesos de comunicación autónoma, vía web,
teléfono móvil, conversaciones cara a cara e intervención del
espacio urbano (Puyosa, 2014). Toda la información sobre
las actividades del campamento Plaza La Resistencia se
divulgó a través del usuario en Twitter @PlzaResistencia y
otros usuarios de campistas miembros de su comunidad,
así como mensajes por WhatsApp. El usuario Twitter @Plza-
Resistencia fue creado para informar sobre las actividades
desarrolladas por los manifestantes que participaban en
el campamento estudiantil de la plaza Alfredo Sadel (Ca-
racas), denominado Plaza de la Resistencia. La cuenta era
administrada de manera compartida por varios activistas
que lideraban el campamento.
El dataset para este estudio fue capturado el 22 de diciembre
de 2014, utilizando las capacidades de extracción de redes
de usuarios en Twitter proporcionadas por NodeXL12 (Smith
et al., 2009). La cuenta @PlzaResistencia había dejado de
ser actualizada el 10 de diciembre de 2014, así que los da-
tos capturados corresponden a sus últimas interacciones.
Para esta extracción de datos solicitamos la red básica de
@PlzaResistencia más sus seguidos y seguidores, inclu-
yendo menciones en los 200 tuits más recientes de cada
usuario. La red de @PlzaResistencia capturada es un gráfico
con 2.226 nodos, que son seguidores de nuestro usuario de
interés. Las bio de los usuarios seguidores de @PlzaResis-
tencia tienen como palabras clave más frecuentes: mis hijos,
mi país, familia, libertad, Venezuela, buena música, nuestro
país, derechos humanos, información veraz, mejor futuro.
En la toma de datos se registraron interacciones
13
con la
cuenta de 1.699 de los seguidores de @PlzaResistencia
localizados en Venezuela. Las interacciones registradas se
concentraron en los seguidores ubicados en la Gran Caracas
(87,6%) (municipios del Distrito Capital, Estado Miranda y
12. NodeXL es una plantilla de código abierto para Microsoft® Excel® desarrollada por Social Media Research Foundation. Permite capturar
y explorar datos de grafos de plataformas de la web social, tales como Twitter, YouTube y Flickr.
13. Para efectos de este estudio, las menciones son consideradas interacciones.
Figura 1
Distribución de interacciones de seguidores con @PlzaResistencia en el territorio de Venezuela (mayo de 2014
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Estado Vargas) y más específicamente en los cinco munici-
pios metropolitanos de la ciudad de Caracas (84,5%), lo que
indica que la red de @PlzaResistencia era de naturaleza local
y no nacional, si bien tenía nodos activos en las entidades
Aragua, Carabobo, Zulia, Táchira y Lara (fig. 1).
Las etiquetas más utilizadas en la red de @PlzaResisten-
cia fueron #liberenalosestudiantes, #liberenaSairam y
#43duelentantocomo46 (que aludía a los 43 estudiantes
desaparecidos en Ayotzinapa y a los 46 asesinados duran-
te las protestas de 2014 en Venezuela). Los usuarios más
mencionados fueron @SairamRivas (dirigente estudiantil de
UCV detenida – mención en 1 de cada 3 tuits), @ManuelCotiz
(estudiante detenido – mención en 1 de cada 20 tuits), @Jo-
venesVzlanos (cuenta del campamento Conciencia Nacional,
ubicado frente a la sede del PNUD – mención en 1 de cada 20
tuits), @cristiantille(estudiante detenido – mención en 1 de
cada 20 tuits), @DouglasMorilloB (dirigente estudiantil UBA,
detenido – mención en 1 de cada 20 tuits), @porhumanidad
(cuenta del Foro Penal Venezolano, abogados voluntarios
para defender a presos políticos – mención en 1 de cada
30 tuits), @fefa_ve (estudiante detenida – mención en 1 de
cada 30 tuits), @skydelilibre (estudiante detenida – men-
ción en 1 de cada 40 tuits), @RenzoPrieto (coordinador
de movimiento JAVU, detenido – mención en 1 de cada 40
tuits) y el propio usuario @plzaresistencia (mención en 1
de cada 3 tuits).
En la sociedad de la información, el control sobre el lenguaje
ylos códigos de la cultura política dominante es factor de-
terminante para el éxito de un movimiento (Puyosa, 2015).
No obstante, la comunidad del campamento Plaza de la
Resistencia no exhibió competencias para la generación de
comunicación autónoma con capacidad para subvertir o re-
programar los códigos de la cultura política dominante. Los
mensajes divulgados a través de la cuenta tendieron a ser
autorreflexivos y a dirigirse a sus públicos ya convencidos de
la necesidad de la protesta. En su acción comunicativa no se
demostró habilidad para codificar discursos enmarcadores
de la acción social en redes, denominada network making
power (poder de hacer redes) por Castells (2009).
3. Construcción de identidad colectiva
a partir de marcos de valores y un lenguaje
propio del movimiento
La identidad colectiva es la delimitación del sujeto colectivo
con respecto a los otros (Puyosa, 2015). A partir del forta-
lecimiento de la habilidad de reconocerse y ser reconocido
(Melucci, 1996), los grupos emergentes pueden conformar
su identidad colectiva. La identidad colectiva está interre-
lacionada con la capacidad de producción de sentido del
movimiento social en red. El lenguaje del movimiento social
en red debe ser coherente con los marcos cognitivos de sus
valores (Lakoff, 2008, 2010) y permitir el establecimiento de
rituales de identidad. Las redes proporcionan un contexto de
socialización de los valores compartidos por el movimiento,
en un espacio cargado de emocionalidad.
Los campamentos de protesta son espacios propicios para
la construcción de identidad colectiva, puesto que permiten
la autodefinición en términos de rituales y prácticas comu-
nicativas (Melucci, 1996; Frenzel, Feigenbaum y McCurdy,
2014; Puyosa, 2015). Los campamentos de protesta (y el
campamento de Plaza La Resistencia no es la excepción)
son espacios propicios para la construcción de identidad
colectiva, puesto que permiten la autodefinición en términos
de rituales y prácticas comunicativas (Melucci, 1996; Frenzel,
Feigenbaum y McCurdy, 2014; Puyosa, 2015). Los campa-
mentos estudiantiles se establecieron en el mes de abril, ya
un poco tardíamente en el ciclo de protestas de 2014. En el
caso del campamento de Plaza de la Resistencia, las pintas
de pancartas, las asambleas, los foros y la Quema de Judas,
entre otras actividades, cumplieron la función identitaria.
No obstante, se observa en el caso poca capacidad de pro-
ducción de sentido que permita comunicar esa identidad al
resto de la sociedad y generar así las condiciones para la
propagación de un movimiento social en red.
4. Debates sobre valores
en enclaves deliberativos
La constitución de espacios de autorreflexión es un paso
crucial en emergencia de un movimiento social en red. Y este
paso suele darse en paralelo o con posterioridad a la ocu-
pación de las plazas. Los procesos de deliberación en redes
se producen en torno a valores y en espacios de enclave. La
deliberación de enclave involucra a un grupo de personas
que inicialmente tiene ideas afines. Los enclaves delibera-
tivos tienen como consecuencias positivas el quiebre de la
espiral del silencio y el refuerzo de la identidad de grupos
emergentes. Mas tienen como consecuencias negativas que
tienden a favorecer la polarización y a fomentar la adopción
de posiciones extremas (Sunstein, 2009; Puyosa, 2015). Si
a partir de la deliberación el grupo es capaz de construir
una identidad de proyecto y construir coaliciones con otros
sectores puede darse un movimiento social en red, mientras
que si el debate se mantiene dentro del enclave se conso-
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lidará un grupo con una fuerte identidad de resistencia,
14
que reforzará ideológicamente su antagonismo frente a
«los otros», asumiendo posiciones marcadamente polares
(Castells, 1999; Puyosa, 2015).
El campamento Plaza La Resistencia, en Caracas, se consti-
tuyó en un espacio de debates tácticos y en un espacio de
deliberación, con dos o tres foros o asambleas en cada una
de las cinco semanas de ocupación (Puyosa, 2015). Mas se
trató de un espacio de deliberación de enclave, que si bien
reforzó la identidad de la comunidad de campistas, tuvo el
efecto negativo de favorecer la polarización. No se logró
consolidar coaliciones con otros sectores indignados por
la injusticia; por el contrario, desde grupos de oposición se
cuestionaba la existencia de los campamentos asegurando
que daban excusas al gobierno para aumentar la represión.
Se verifica en el caso la hipótesis de que si el debate se
mantiene dentro del enclave se consolidará la identidad de
resistencia (Castells, 1999), se reforzará el antagonismo ideo-
lógico y se agudizarán las posiciones polares (Puyosa, 2015).
5. Carácter difuso de la estructura
del movimiento y coaliciones fluidas
de redes de activistas conectadas con múltiples
organizaciones de naturaleza híbrida
Los movimientos sociales en red tienden a configurarse
como movimientos híbridos, que poseen identidades com-
plejas y multidimensionales. Las organizaciones y colectivos
que constituyen un movimiento social en red se afectan
mutuamente al darle forma a la estructura de oportunida-
des políticas, competir por y compartir recursos, así como
generar alianzas y coaliciones (Heaney y Rojas, 2014). Los
vínculos sociales previos son bases para el reclutamiento de
activistas para un movimiento emergente (McAdam, 2003;
Passy, 2003). Las redes de relaciones personales están en el
origen de la decisión de los individuos de unirse al movimien-
to, puesto que facilitan los flujos de información y reducen
los costos de coordinación (McAdam, 2003; Melucci, 1996).
En general, la acción colectiva de los movimientos sociales
en red posee un carácter difuso, fragmentario, en donde
cada grupo se moviliza de acuerdo con las condiciones de
sus espacios locales específicos. En el ciclo de protestas de
enero-mayo de 2014, se registraron paralelamente protestas
estudiantiles y protestas protagonizadas por otros actores
sociales, principalmente vecinales (tanto de clase media
como de clases populares).Hubo diferencias de protago-
nismo en las distintas localidades. Inicialmente, no se trató
de un movimiento orgánico sino de una serie de grupos
diversos (socioeconómicamente e incluso políticamente,
dentro del espectro opositor) que usaban modos diferen-
tes de manifestar y tenían vocerías divergentes (Puyosa,
2014).No hay evidencia de que existiera un intercambio
de información fluido entre el movimiento estudiantil y el
resto de los grupos de manifestantes. El ciclo de protestas
de 2014 refleja un movimiento inconexo más que distribuido.
La gente autoconvocada tomó las calles para manifestar,
mientras que la dirigencia política no logró articular discur-
sos públicos que interpretaran esas acciones de protesta.
Dentro de los movimientos sociales en red, las organiza-
ciones con posiciones políticas más radicales resultan más
atractivas para los participantes que ya están movilizados.
Es este el caso de las organizaciones que establecieron los
campamentos de protestas en Caracas, durante los meses
de abril y mayo. En contraste, las organizaciones que rea-
lizan reuniones abiertas y tienen estilos de liderazgos más
democráticos, facilitan la incorporación al movimiento de
participantes sin mucha experiencia previa de movilización
política. Asimismo, las organizaciones con presencia activa
en espacios propios en la web pueden alcanzar audiencias
más amplias que las organizaciones sin presencia web. Por
otra parte, las organizaciones más proclives a trabajar en
coaliciones y a convocar a eventos de calle suelen tener
mayor centralidad en los movimientos (Puyosa, 2015).
La posibilidad de coaliciones entre organizaciones durante
el ciclo de protestas se basaba principalmente en los vín-
culos entre los dirigentes estudiantiles universitarios y los
partidos políticos de la Mesa de la Unidad Democrática. Sin
embargo, estas relaciones fueron conflictivas e inestables.
A pesar de existir algunos nexos entre el movimiento estu-
diantil y la Unidad de Acción Sindical (conformada por los
organismos sindicales FADESS, c-Cura, ASI, Mosbase, CTV,
UNETE, CGT y CODESA y el gremio de profesores universi-
tarios FAPUV), prácticamente no hubo vinculación sindical
con las protestas. No hay evidencia de que se haya intentado
formar coaliciones con otro tipo de organizaciones sociales
(Puyosa, 2014).
14. Las nociones de identidad de resistencia e identidad de proyecto son explicadas en Castells (1999).
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La comunidad del campamento Plaza La Resistencia es
más homogénea de lo que se propone en la teoría sobre
movimientos sociales en red. En este caso, se trató bási-
camente de un conglomerado del movimiento estudiantil
y pareciera haber sobrerrepresentación de activistas de
la UJR (Unión de Jóvenes Revolucionarios, organización
estudiantil del partido Bandera Roja). Al tratarse de una
organización con posiciones políticas más radicales que el
resto de la oposición venezolana, es fácil de explicar que la
convocatoria a la ocupación del espacio público solo haya
sido atractiva para personas que ya estaban contagiadas
por la disposición a la protesta y a la movilización de calle.
6. Dinámicas de capital social que combinan
vínculos fuertes y vínculos débiles
La hipótesis de la homofilia en teoría de capital social postula
que a mayor similitud en los recursos mayor probabilidad de
interacción (Lin, 2001a, 2001b). A este postulado agregamos
dos hipótesis complementarias: a) a mayor interacción, más
emociones compartidas; y b) mientras más emociones se
compartan, mayor compromiso para la acción colectiva
(Puyosa, 2015). La fortaleza de los vínculos depende de
la intensidad de la relación, la frecuencia de contacto
(que genera confianza), la reciprocidad y la aceptación
de obligaciones mutuas (Bourdieu, 1986; Coleman, 1994;
Portes, 2000). Alternativamente, otra hipótesis de teoría de
capital social relevante para el estudio de los movimientos
sociales en red propone la fortaleza de los vínculos débiles
(Granovetter, 1973, 1978). Los vínculos débiles proporcionan
acceso a información que es crítica para la obtención de
nuevos recursos (Granovetter, 1973); y, en el ámbito de la
estructura de las oportunidades para la movilización colec-
tiva, la facilitación de acceso a nuevos recursos es crucial.
Los individuos más proclives a desarrollar vínculos débiles
tienden a ser relativamente periféricos en sus comunidades.
Este tipo de individuos son los que proporcionan a las redes
los llamados puentes sociales (social bridges), que conectan
dos clústeres en una red o dos comunidades de activismo.
La separación inicial de dos clústeres o comunidades de
activismo constituye un agujero estructural (structural
hole) (Burt, 2001), que debe ser cubierto por puentes que
permitan el flujo de información de una comunidad hacia
otra. Los actores que sirven de puentes (brokers) se ubican
en el paso de flujos de información y son gestores en el
intercambio de recursos (Puyosa, 2015).
No contamos con datos precisos para evaluar las dinámicas
de vínculos débiles y vínculos fuertes entre todos los grupos
que participaron en el ciclo de protestas de 2014. En ese
sentido, solo contamos con el análisis de la red de @Plza-
Resistencia. En el caso de @PlzaResistencia encontramos
una red con alto nivel de homofilia (predominan activistas
del movimiento estudiantil y del partido Bandera Roja), en
la cual los miembros comparten valores y consignas (temas
comunes y uso de las mismas etiquetas son indicadores de
esta característica), hay mucha reciprocidad (los miembros
de la red se siguen entre sí). Estos elementos sugieren que
se trata de una comunidad con closure, por lo tanto con
alta disposición para la acción colectiva conjunta. Por el
contrario, observamos que en la red hay poca interacción
y tiene muy pocos nodos con capacidad para propagar sus
ideas a otras comunidades de activistas. Esos pocos nodos
con alta betweenness
15
(como @sairamrivas) podrían facilitar
la difusión de información a otras comunidades, pero al no
existir refuerzo de otros nodos locales no se produce el con-
tagio para la activación de la protesta (Puyosa, 2015). Este
tipo de redes son efectivas para mantener recursos, pero
no para expandir la circulación de información y contagiar
la protesta a otros grupos (Puyosa, 2015). En esta red no
se observan suficientes puentes sociales (social bridges)
(Burt, 2001) que vinculen con comunidades de activismo
diferentes.
7. Acción colectiva para la ocupación
del espacio público
Los movimientos sociales en red generan acciones de ocu-
pación colectiva del espacio público, cuyo sentido principal
es el fortalecimiento de la comunidad de valores entre sus
activistas (Puyosa, 2015). Los activistas de los movimientos
sociales en red organizan campamentos o simplemente
ocupan las plazas para compartir actividades cotidianas,
producir materiales de propaganda, debatir y tomar deci-
siones juntos.
El campamento permite compartir información y facilita
convergencia en estrategias y tácticas (Castells, 2012), a
15. Betweenness es una medida de centralidad en redes que indica acceso rápido y control de flujo informativo en la mayor proporción de la
red (Freeman, 1979).
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la vez que permite la comunicación directa entre activis-
tas y la construcción de un tejido de solidaridad (Frenzel,
Feigenbaum y McCurdy, 2014). Investigaciones sobre los
campamentos de protesta indican que las actividades
de convergencia permiten construir identidad colectiva
(Melucci, 1996), sustentada por relaciones afectivas (Flam,
2005; Frenzel, Feigenbaum y McCurdy, 2014). Los campis-
tas tienden a compartir intereses y objetivos, aun cuando
provengan de distintas organizaciones sociales y políticas
(Routledge, 2000). En esa línea de convergencia de ideas,
durante los cuarenta días de ocupación del campamento Pla-
za La Resistencia se realizaron actividades de mediactivismo
y comunicación autónoma en redes (Puyosa, 2015). Efecti-
vamente, en el campamento Plaza La Resistencia se produjo
una acción de ocupación colectiva del espacio público, cuyo
sentido principal fue el fortalecimiento de la comunidad
de valores entre sus activistas, quienes ocuparon la plaza
Sadel para cantar, jugar, rezar, comer, producir materiales
de propaganda, debatir y tomar decisiones juntos.
8. Acción política de contra-públicos
o contra-hegemónica
En los procesos de acción política de los movimientos
sociales en red, la web es utilizada para la formación de
grupos para el activismo y para la protesta. La orientación
democratizadora de los movimientos sociales en red está
marcada por la exposición de vínculos de solidaridad entre
distintos grupos marginados. La democracia es asociada con
discursos de protesta que disputan las relaciones sociales
de inclusión/exclusión impuestas desde el poder político.
Concibiéndose como contra-públicos, los activistas de los
movimientos sociales en red construyen espacios de inte-
racción comunicativa que retan los discursos dominantes
y las prácticas hegemónicas. En sus enclaves deliberativos,
los activistas en red abordan los temas de debate político
desde posiciones subjetivas y afectivas (Puyosa, 2015).
Las comunidades vinculadas a los campamentos estudianti-
les claramente se expresaron como contra-públicos, que re-
taban los discursos dominantes (tanto del chavismo como de
la oposición) y las prácticas hegemónicas gubernamentales.
Se observó el constante cuestionamiento a las instituciones
de poder, el esfuerzo por marcar distancia con las formas
de acción política electoralistas y la expresión de demandas
políticas de baja negociabilidad. Ya para el mes de marzo, las
protestas se veían desvinculadas de los partidos de oposi-
ción, especialmente en el caso de las guarimbas. La MUD solo
mantenía nexos con la dirigencia del movimiento estudiantil,
pero no con los manifestantes de base, que no respondían
a ninguna línea partidista. En ese período, las demandas
concretas del movimiento estudiantil se centraron en el cese
de la represión, el desmantelamiento de los grupos armados
oficialistas, la apertura de procesos por violaciones de de-
rechos humanos a militares y policías, así como la apertura
de negociaciones para la renovación de los poderes públicos
(Consejo Nacional Electoral y Contraloría),
16
mientras que
la demandas de las protestas vecinales se centraban en
la renuncia del presidente Maduro y la liberación de los
manifestantes presos, así como de otros presos políticos.
En la comunidad de @PlzaResistencia en Twitter, estos acti-
vistas abordaban los temas de debate político desde posicio-
nes subjetivas y afectivas, más que desde la argumentación
racional. No obstante, no alcanzaron a fomentar el estable-
cimiento de vínculos entre los distintos grupos marginados
por el poder y fue poco lo que pudieron hacer para mover
las fronteras discursivas en la esfera pública dominante.
9. Conformación de redes con estructura
de mundo-pequeño
La existencia de redes de mundo pequeño se ha hipotetizado
como relevante para el contagio político (Watts, 1999). Para
explorar si se generaron redes con estructura de mundo-
pequeño en torno a las protestas de 2014, usé la captura de
datos
17
de la comunidad asociada en Twitter con la etiqueta
#liberenaalosestudiantes,
18
la más utilizada en la comuni-
dad de seguidores de @PlzaResistencia. La comunidad de
usuarios de la etiqueta #liberenalosestudiantes capturada
16. El contralor había fallecido tres años antes y la Asamblea Nacional estaba en mora con el nombramiento de su sustituto. Tres de los rectores
del organismo electoral tenían sus períodos vencidos y la AN no había iniciado el proceso de postulaciones para su sustitución.
17. La captura de datos se realizó con NodeXL.
18. La selección de esta etiqueta se debió a que fue la más utilizada en la comunidad vinculada al campamento @PlzaResistencia, que era
foco de estudio. No obstante, hay que considerar que esta etiqueta se hace popular a partir del mes de abril. En los meses de febrero y
marzo, cuando las manifestantes fueron más intensas y distribuidas las etiquetas más usadas por los partidarios de las protestas fueron:
#ElQueSeCansaPierde, #NoTeCallesTomaLaCalle, #LaSalida, #LeopoldoNoEstaSolo.
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es un gráfico con 5.917 nodos y 9.095 vínculos. Los temas
más asociados a la etiqueta #liberenalosestudiantes fueron:
encarcelados-detenidos-presos, torturas, #LiberenALeopol-
do, Maduro, dictadura y derechos. Las palabras clave más
mencionadas en la conversación usando la etiqueta #libe-
renalosestudiantes fueron: justicia, joven, RT, revolución,
dictador, compromiso, derechos.
En esta comunidad se observan algunas de las característi-
cas de las redes de mundo-pequeño: a) alto grado de cluste-
rización entre los activistas; b) no se produce desconexión
en el movimiento a pesar de la dispersión de los cliqués
de activistas, porque hay varios contactos que conectan
entre múltiples clústeres; c) pocos «atajos» o nodos que
facilitan vínculos de larga distancia son responsables de la
alta conectividad nacional e incluso global de movimientos
que actúan localmente, como es el caso del usuario oficial
del partido @voluntadpopular. Mas estos datos no se pueden
extrapolar a los participantes efectivos en las manifesta-
ciones, sino que se refieren a personas que apoyaron las
protestas vía web.
10. Propagación de ideas por difusión
en cascadas o contagio en redes
Una de las hipótesis de trabajo en esta investigación es
que la activación de los movimientos sociales en red ocurre
cuando suficientes nodos vecinos (amigos, colegas, pares,
referentes) se han «contagiado» con determinada idea
(Puyosa, 2015). En estudios que modelan la propagación
de ideas se observa que deben darse dos condiciones:
grupos densamente conectados y alto nivel de confianza
entre miembros de esos grupos (Paranyushkin, 2012).
El umbral de conversión de los potenciales activistas se
excede más rápidamente cuando las comunidades están
densamente conectadas; es posible que esta sea una de las
variables que explique que las protestas se expandan más
rápidamente en las ciudades con alta densidad poblacional.
Existe mayor probabilidad de contagio entre individuos
que interactúan frecuentemente, dado que pueden alinear
sus intereses fácilmente (Bakshy et al., 2012). Para los
problemas de acción colectiva y movilización política en
redes que nos interesan en nuestra línea de investigación,
los modelos más apropiados son modelos de contagio
social con umbrales de propensidad, que permiten clasi-
ficar los nodos como susceptibles o latentes, resistentes
o inmunizados, contagiados o activos (Paranyushkin,
2012; Cozzo et al., 2013) (Figura 2: Modelos de contagio
en redes). Simulaciones y experimentos publicados en años
recientes han verificado la validez de modelos de contagio
complejo en la propagación de información en Twitter y en
la adopción de prácticas de protesta en la web (Centola,
2010; Romero, Meeder y Kleinberg, 2011; González-Bailón
et al., 2011).
Figura 2 Modelos de contagio en redes
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La hipótesis de la fortaleza de los vínculos débiles (Grano-
vetter, 1973) es consistente con estructura de red en la cual
un pequeño número de nodos posee vínculos que conectan
con nodos que están bastante alejados del centro del clús-
ter, lo que genera la topología de red de mundo-pequeño
(Watts, 1999; Newman, Barabasi y Watts, 2006; Centola,
2010). Siguiendo esa hipótesis, esos nodos con largo alcance
serían los responsables de propagar ideas a toda la red y
generar el contagio para que se produzcan movilizaciones
masivas (Granovetter, 1978; Watts y Strogatz, 1998; Watts,
1999; Centola y Macy, 2007; Rogers, 2010). Estudios en este
campo señalan que el contagio social es un proceso comple-
jo que requiere redundancia, es decir que una persona no es
convencida de una opinión y no es susceptible de adoptar
un comportamiento si no recibe refuerzo de varios nodos
vecinos (Centola, 2010; González-Bailón et al., 2011). De ser
así, redes con alto grado de clusterización, con vínculos
redundantes, ofrecen mayor refuerzo y por tanto serían
más eficientes para generar contagio social (Centola y Macy
2007; Centola, 2010).
En la práctica, los nodos de influyentes tienen que estar
conectados entre sí para que se alcance el punto crítico de
contagio; si los «influyentes» no actúan en una estructura
densa de conexiones, sino que simplemente son populares,
no se alcanzará ese punto crítico. Efectivamente, un influ-
yente debe poseer un alto grado de conexiones y un alto
coeficiente de clusterización, pero la variable más crítica es
la posición del actor en la topología de la red. Es por esto
por lo que al hacer el análisis de redes sociales de las co-
munidades políticas y las comunidades de activismo, no nos
interesan las métricas de grado de conexiones (in-degree y
out-degree) sino las métricas de centralidad del eigenvector
(alto estatus en la red) y centralidad de betweenness (alta
capacidad para intermediar entre comunidades diferentes)
(Freeman, 1979).
En el análisis de la comunidad, procedimos a identificar
a los usuarios con mayor centralidad de acuerdo con las
métricas de análisis de redes sociales (Kane et al., 2012).
La medida de centralidad del eigenvector, que establece el
estatus de un nodo en la red, identificó como usuarios de
mayor estatus a @voluntadpopular (cuenta oficial de dicho
partido político) con 0.030838; @rbaduel, cuenta de Raúl
Emilio Baduel, joven preso político, hijo del general Raúl
Isaías Baduel, ex ministro del gobierno de Hugo Chavez,
con eigenvector 0,006783; y, @elgatodearagua, cuenta
de Alexander Tirado, joven dirigente del partido Voluntad
Popular, también preso político, con eigenvector 0,006783.
Usando la medida de centralidad por betweenness (Freeman,
1979), que indica acceso rápido y control de flujo informativo
en la mayor proporción de la red, también resultó @volun-
tadpopular como el usuario más central, con betweenness
de 9652688.212805; el segundo usuario en centralidad
por betweenness fue @sairamrivas, dirigente estudiantil de
la Universidad Central de Venezuela y presa política, con
betweenness de 6105974.250927; @tativzla21, twitteracti-
vista, no identificada con ninguna organización política, con
betweenness de 3007931.178112; @dianacaroruiz, periodista,
con betweenness de 2684259.737, y @alcaldeledezma,
alcalde de Caracas y ahora también preso político, con
betweenness de 1834635.238384. Estos usuarios con alta
centralidad por betweenness son quienes poseen mayor ca-
pacidad para conectar comunidades diferentes en la red de
#liberenalosestudiantes. Si los usuarios con alta centralidad
por betweenness identificados en la red de #liberenaloses-
tudiantes coordinaran sus mensajes tendrían mayor posibi-
lidad de generar activación de la movilización por contagio.
Los modelos de umbrales para estudiar procesos de acción
colectiva (Granovetter, 1978; 1983) proponen que los actores
se activan cuando la influencia sobrepasa su umbral de
propensidad (Granovetter, 1978; Granovetter, 1983; Cozzo
et al., 2013). El umbral es el punto en el cual los beneficios
percibidos de la activación exceden los costos percibidos
(Granovetter, 1978). Los umbrales de activación de cada indi-
viduo interactúan con el tamaño de su red local o comunidad.
Es decir, que dos personas con igual nivel de propensidad
pueden activarse en distintos momentos dependiendo de la
extensión y de la densidad de su red. Asimismo, la exposi-
ción a información u opiniones activadoras provenientes de
múltiples fuentes en un período breve de tiempo contribuye
a bajar el umbral de activación de personas con propensidad
media (González-Bailón et al., 2011). Otro factor que baja el
umbral de activación es la cercanía emocional o la existencia
de un vínculo fuerte con nodos que están propagando la
nueva opinión o la nueva conducta (Granovetter, 1978). Fi-
nalmente, las personas pueden tener percepciones erradas
sobre la proporción de sus contactos que han adoptado la
nueva opinión o se han movilizado, lo cual ocurre debido a
barreras geográficas o sociodemográficas (fenómeno más
evidente bajo situaciones de censura en los medios) o por
características personales que los hacen más proclives a
sesgos de confirmación (Puyosa, 2015).
Por otra parte, para que exista la masa crítica necesaria
para que se produzca activación en cascadas pareciera
condición necesaria que existan clústeres con alta densi-
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dad, que conecten varias personas con baja propensidad
(González-Bailón et al., 2011). Usando el algoritmo Clauset-
Newman-Moore para identificar clústeres, se obtuvieron
604 grupos, pero solo 15 superaron el punto de corte (100
nodos): G1 720 nodos, G2 454 nodos, G3 271 nodos, G4 236
nodos, G5 233 nodos, G6 211 nodos, G7 200 nodos, G8 172
nodos, G9 156 nodos, G10 134 nodos, G11 122 nodos, G12
119 nodos, G13 116 nodos, G14 110 nodos y G15 100 nodos.
El usuario más influyente del G1 es @voluntadpopular, que
además mantiene conexiones con usuarios influyentes en
los otros grupos; también se encuentran en el G1 @rbaduel
y @elgatodearagua. En el G2, los usuarios más influyentes
son @sairamrivas y @alcaldeledezma. En el G3, el usuario
más influyente es @dianacaroruiz.
En el caso de la red de #liberenalosestudiantes observamos
al menos 5 clústeres con alta densidad, pero no se observó
en el período de estudio eventos de protesta activados por
cascadas informativas, como sí parecen haberse registrado
en los meses de marzo y abril de 2014. Es posible que este
tipo de cascadas se hayan producido en algunos momentos
del ciclo de protestas de 2014, por ejemplo, en la retoma de
la plaza Altamira el 17 de marzo, luego de la militarización de
la Av. Francisco de Miranda (Caracas). Mas, en todo caso, el
fenómeno de las cascadas informativas ocurre en muy raros
eventos; generalmente eventos con alta carga emocional.
Conclusiones
El estudio identifica en el ciclo de protestas de 2014 en Vene-
zuela la presencia de los factores contextuales antecedentes
del surgimiento de un movimiento social en red. Ya desde
2011, se registran en la ciudadanía (especialmente en los sec-
tores populares) elevadas expectativas de bienestar social y
progreso económico que el Estado venezolano no satisfacía.
Desde 2008 se observan signos de un declive vinculado al
esquema petrorrentista que rige las políticas económicas
venezolanas. Mas aunadas las políticas de expropiaciones
al restrictivo control de cambios implantado por el gobierno
de Chávez, se llega a una de las peores crisis económicas
de la historia de Venezuela, que comienza a ser evidente a
finales de 2012. Los conflictos entre los distintos grupos del
chavismo se mantuvieron soterrados durante los primeros
meses de 2013, cuando logran establecer una especie de
gobierno colegiado que les permitió mantenerse en el poder
a la muerte de Hugo Chávez. No obstante, las tensiones
por diferencias con respecto a las políticas económicas y
al control de la población afloran desde finales de 2013, a
la par de una creciente militarización del país y el auge de
la violencia parapolicial.
Quizás el factor contextual antecedente del ciclo de protes-
tas más importante sea la disfunción en los mecanismos de
integración social y política. Más de diez años de acentuada
polarización política y una conflictividad social creciente
conducen a una alta incidencia de protestas populares inco-
nexas en los años 2012 y 2013. Los esfuerzos del chavismo
por subsumir la participación ciudadana en estructuras
dependientes directamente del PSUV y del gobierno central,
con la implantación del Poder Comunal, generan resistencia
de los movimientos sociales tradicionales. La combinación
de las redes clientelares para el acceso a los beneficios
de la renta petrolera y la discriminación política debilita la
confianza en la democracia. El crecimiento de la violencia
criminal y parapolítica, la impunidad, el abuso policial y
militar, sumados a la penetración del crimen organizado
en los aparatos del Estado generan condiciones de anomia,
que configuran el contexto para la emergencia del ciclo
de movilización de protesta. Finalmente, la apropiación
social de innovaciones tecnológicas para la comunicación
política autónoma por al menos un tercio de la población,
conectada y politizada, facilita la expresión del descontento
y la convocatoria de manifestaciones, a pesar de la censura
en los medios masivos.
Con respecto a las dinámicas identificadas como funda-
mentales de los movimientos sociales en red encontramos
que se registran: el arranque emocional de la movilización
(aunque no se elabore el marco de injusticia), el uso in-
tensivo de la web y el teléfono móvil para comunicación
política autónoma, debates sobre valores en enclaves deli-
berativos y acción colectiva para la ocupación del espacio
público. Al inicio de 2014, los estudiantes experimentan el
choque moral ante la violencia criminal que los victimiza
y reconocen esa violencia como una amenaza contra la
sociedad venezolana en su conjunto. No obstante, en el
discurso de la protesta no se identifica con precisión a
los responsables de la violencia y no se hace explícito el
conflicto de valores entre la sociedad que reclama paz y el
sistema de creencias de la élite en el poder. Los miembros
del movimiento estudiantil y más específicamente los cam-
pistas usan intensivamente la web social (Twitter, Facebook
y YouTube) y la mensajería móvil (SMS y WhatsApp) para
difundir información sobre las manifestaciones (convocato-
rias, resultados de movilización, represión). No obstante, no
alcanzan a explotar con máxima eficacia el network making
power, la habilidad para codificar discursos que enmarquen
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su acción política. Durante el ciclo de protestas de 2014, se
dieron claramente las dinámicas de deliberación de enclave,
que permitieron reforzar la identidad de resistencia de los
movilizados y, paralelamente, favorecieron la polarización.
Consecuentemente, se produjeron acciones de ocupación
colectiva del espacio público, cuyo sentido principal fue
el fortalecimiento de la comunidad de valores entre los
activistas movilizados.
Por otra parte, se observan algunos aspectos relativos a
la acción política contra-hegemónica y a la construcción
de identidad colectiva a partir de marcos de valores y un
lenguaje propio del movimiento. Las comunidades políti-
cas movilizadas se expresaron como contra-públicos, que
retaban las prácticas hegemónicas gubernamentales y los
discursos dominantes en la oposición. Sin embargo, no
alcanzaron a quebrar las fronteras discursivas en la esfera
pública, que continuó estando marcada por discursos popu-
listas y electoralistas. Entre los movilizados, particularmente
en los campamentos, se dieron procesos de construcción
de identidad colectiva, pero no se contó con capacidades
de producción y difusión que permitieran comunicar esa
identidad al resto de la sociedad.
Con respecto a las dinámicas más específicas de las es-
tructuras y funciones de redes, en el marco de este estu-
dio no se logra obtener evidencias sólidas para verificar
o falsificar las hipótesis construidas en la teoría sobre
movimientos sociales en red. El ciclo de protestas de 2014
refleja un movimiento más inconexo que distribuido, con
grupos manifestando localmente, sin que existan flujos de
intercambio de información que permitan fortalecer coa-
liciones y aprovechar las ventajas de los distintos tipos de
organizaciones. Se observa homofilia en las comunidades
en torno a los campamentos de protesta y hay indicios del
predominio de vínculos fuertes, pero no se puede extra-
polar esas observaciones al resto de los participantes en
las protestas registradas en el país, entre enero y mayo de
2014. Asimismo, el análisis de las comunidades en torno
a algunas de las etiquetas utilizadas en Twitter revela la
existencia de redes de mundo-pequeño (que se han hipo-
tetizado como relevantes para el contagio político), pero no
se puede estimar si estas redes alcanzaron a la mayoría de
los participantes en las protestas. Es posible que se hayan
producido cascadas informativas en algunos momentos del
ciclo de protestas de 2014, pero no se expandieron con la
fuerza suficiente para llevar el contagio de la movilización
a un punto de no retorno.
Este artículo termina con el planteamiento de los próximos
pasos en una agenda de investigación sobre las comuni-
dades políticas en la web y los movimientos sociales en
red. La revisión de la literatura y su aplicación al caso del
campamento de @PlzaResistencia nos indica que los mode-
los más apropiados son los modelos de contagio social con
umbrales de propensidad, que permiten clasificar los nodos
como susceptibles o latentes, resistentes o inmunizados,
contagiados o activos. Esto hace necesario contar estima-
dores confiables de los umbrales de propensidad, así como
estimadores de clasificación de los nodos en susceptibles,
resistentes y activos.
Asimismo se requieren diseños de investigación que
permitan capturar las dinámicas de contagio longitudi-
nalmente, de manera de poder observar el paso de un
nodo susceptible de movilizarse a uno activo en la protesta.
Esta sería una condición previa para estimar los efectos
de las distintas variables señaladas en el análisis de redes,
tanto en lo que se refiere al nivel de la topología de la red
como en lo que se refiere al nivel de las interacciones y el
flujo de información entre los nodos de cada comunidad
de activismo.
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Cita recomendada
PUYOSA, Iria (2015). «El campamento @PlzaResistencia en el ciclo de protestas en Venezuela 2014». IDP.
Revista de Internet, Derecho y Política. Núm. 21, págs. 73-93. UOC. [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
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Sobre la autora
Iria Puyosa
iria.puyosa@udla.edu.ec
Directora Maestría en Comunicación y Redes Sociales
Universidad de Las Américas (Ecuador)
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Universidad de Las Américas – Ecuador
Sede Queri
José Queri, entre Granados y Eloy Alfaro
Bloque 7. Piso 1.

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