Caminos del Nuevo Mundo

AutorDámaso de Lario
Páginas278-304
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CAMINOS DEL NUEVO MUNDO
Estaba gobernada por jueces profesionales y ociales res-
ponsables únicamente ante la Corona española. Estaba se-
parada de España por tres mil millas de mar océana, brecha
sólo colmada por el paso lento de convoyes infrecuentes […].
Los galeones eran incómodos, estaban sobrecargados y satu-
rados de pasajeros. Los capitanes de los buques eran a me-
nudo incompetentes y estaban normalmente a las órdenes de
soldados que sabían poco del mar. Los corredores marítimos
estaban acosados por corsarios y piratas […]1.
Esas eran las condiciones de la América española descritas por John Parry
en su estudio de mediados del siglo XX sobre la Audiencia de Nueva Galicia.
El reto en ese continente era, sin duda, la “tiranía de la distancia”, si se me
permite utilizar la gráca expresión, popularizada por Geoffrey Blainey para
explicar la identidad histórica de la Australia contemporánea2. No fueron
muchos los colegiales con el coraje y la ambición para afrontarlo. Menos, des-
de luego, que los que se aventuraron a salir a las Italias: 78 [6,6%] vs. 109
[9,5%] con una presencia mayoritaria de colegiales salmantinos (48)3. Y ello,
a pesar de las oportunidades profesionales que las provincias de Nueva Es-
paña y el Perú ofrecían, con 11 Audiencias y 39 obispados4. De aquellos 78
1 Parry, p. 167.
2 Geoffrey Blainey, The Tyranny of Distance: How Distance Shaped Australia’s
History, Melbourne, Sun Books, 1966.
3 Durante los reinados de Felipe III y Felipe IV los graduados por Salamanca repre-
sentaron casi el 25% de los letrados asignados a las Audiencias de Indias. Vid. Barrientos
Grandón, p. 658.
4 Excluyo la Audiencia de Buenos Aires (de tardía fundación –1661– y suprimida
una década después –1672–), así como la abadía de Jamaica. El número y porcentaje de
colegiales mayores de Salamanca y Valladolid en las burocracias civil y eclesiástica de In-
dias, en los siglos XVI y XVII, excluyendo virreyes, fue de 173 [10,3%], del que 143 [8,5]
corresponde a los de Salamanca. Si proyectamos el porcentaje cierto de participación de
los colegiales de Alcalá y Bolonia (15) en el total de colegiales (78) de nuestro período
(1560-1650) [19%], para incrementar el número total de colegiales en Indias, a partir de la
cifra conocida de 173, tendríamos una cifra total de 206 (173+33), lo que, descontando un
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colegiales, encontramos 44 en el primer territorio y 34 en el segundo, con un
10% que sirvieron en ambos.
Sin embargo, los destinos en los reinos de América no gozaban de mucha
consideración en los colegios mayores; aunque se tratara de las Audiencias
que presidía el propio virrey –las más importantes– y aunque el ejercicio del
poder en esas Audiencias tuviera menos condicionantes que en los tribunales
de Italia. Allá no había patricios o barones con los que hubiera que buscar
equilibrios. Pero debían afrontarse los riesgos de un viaje incierto y habér-
selas también con la poderosa Iglesia del Nuevo Mundo. En cambio, a dife-
rencia de Milán y Nápoles, no había ocios bienales en los reinos de Indias,
como tampoco los había en los tribunales peninsulares, cuyo acceso era más
proceloso, y frecuentemente más largo, que en la “Castilla exterior”; no po-
demos olvidar que los reinos americanos estaban incorporados a la Corona
de Castilla y que, en denitiva, lo que hemos dado en llamar Leyes de Indias,
por las que se regían, eran una traslación de las leyes castellanas más o menos
adaptadas a la realidad espacial, social y económica del nuevo mundo5. De
todos modos, los colegios mayores preferían que, en la medida de lo posible,
sus “hijos” encontraran acomodo en el Viejo Mundo.
Así, el nombramiento del sevillano Pedro Farfán (BT 1569) como oidor en
México, sin apurar los 8 años de estancia en el colegio y sin pasar siquiera por
los escalones inferiores de scal y alcalde del crimen, “se tubo por prouision
desgraciada” en el San Bartolomé6; unos años después se llegó incluso a hacer
un Acuerdo para que “ningún Colegial pudiesse pretender Plaza en Indias, ni
pasar à ellas sin licencia del Colegio”, al considerar que demasiados “entra-
10% de repeticiones de un mismo colegial en puestos distintos, nos daría una cifra aproxi-
mada (e insisto en el término aproximación) de 180 colegiales en esos dos siglos, es decir,
un 10,7%. Vid. para las cifras base las tablas I y II de A. M. Carabias Torres, “El ‘poder’ de
las Letras. Colegiales mayores salmantinos en la Administración americana” y cuadro II
de M. A. Sobaler Seco, “Los colegiales mayores de Santa Cruz de Valladolid (1484-1670)
en la Administración americana de la época de los Austrias”, en Primeras Jornadas sobre
la presencia universitaria española en la América de los Austrias (1535-1700), Alcalá de
Henares, 14-15 mayo 1987, reproducción fotostática s. p.
5 Sobre el derecho de Indias y su construcción histórica, puede verse el sugerente
e intelectualmente provocador trabajo de Carlos Garriga (a).
6 BNE, Ms. 7122, f. 15r. Nombrado oidor el 11.3.1567, Farfán permaneció en México,
donde se casó ricamente, hasta 1588, año en que viaja a España con licencia. En enero de
1594 le nombran oidor de la Audiencia de Lima, pero no llega a tomar posesión. Muere en
Madrid el 8.4.1594. Vid. Ruiz de Vergara, p. 387 y Schäfer, II, pp. 452 y 481.

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