Cambios en las ideas sobre las finanzas

AutorAntonio Torrero Mañas
Páginas25-113
1 CAMBIOS EN LAS IDEAS
SOBRE LAS FINANZAS
SUMARIO: 1. LA EVOLUCIÓN DESDE 1980.—1.1. Los objetivos de la empresa y
el control de la gestión.—1.2. La incidencia de la globalización en la reducción
de las peculiaridades nacionales.—1.3. El triunfo del modelo de finanzas
americano.—2. CARACTERÍSTICAS DE LAS NUEVAS FINANZAS.—3. CAMBIOS
EN LAS IDEAS SOBRE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS.—3.1. Admiración
por la banca universal, el banco principal y el ke iretsu hasta la década de los
noventa.—3.1.1. La banca universal en Alemania.—3.1.2. El banco principal y
el keiretsu en Japón.—3.2. Revisión de estas instituciones.—3.2.1. La banca
universal en Alemania.—3.2.2. El banco principal y del keiretsu en Japón.—
3.3. Cambios en las opiniones sobre las instituciones financieras.—4. LA
IMPLICACIÓN DEL SECTOR PÚBLICO EN LA ASIGNACIÓN DE LOS
RECURSOS FINANCIEROS.—5. CORTOPLACISMO.—5.1. Planteamiento de la
cuestión.—5.2. Cambios en las opiniones sobre el cortoplacismo en los distintos
países.—6. ESTABILIDAD ECONÓMICA E INESTABILIDAD FINANCIERA.—
6.1. Disociación entre estabilidad financiera y económica.—6.2. Efectos del
mayor grado de integración financiera internacional.—6.3. La preocupación por
las consecuencias de los desequilibrios financieros
1. LA EVOLUCIÓN DESDE 1980
Los asuntos relacionados con las finanzas han sido los grandes pro-
tagonistas de las dos últimas décadas del pasado siglo en el ámbito de la
economía, y continúan siéndolo en el decenio actual. Todos los aspec-
tos relacionados con las finanzas: volumen de activos y de transaccio-
nes, innovaciones, liberalización, internacionalización, han tenido un
desarrollo extraordinario. Al mismo tiempo, la literatura sobre finanzas
ha aumentado hasta erigirse, seguramente, en el área económica más
fértil en aportaciones y también en reconocimiento profesional. En los
Estados Unidos más de la mitad de los aspirantes a un máster en Admi-
nistración de negocios desean especializarse en finanzas (THOMPSON et
al., 2006, p. 4).
Este esfuerzo investigador no supone que haya aumentado en pro-
porción nuestro conocimiento de lo financiero. La complejidad y las
rápidas mutaciones del campo abierto son de tal magnitud que los estu-
diosos vamos a remolque de los acontecimientos, y los cambios en los
1. CAMBIOS EN LAS IDEAS SOBRE LAS FINANZAS
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paradigmas aceptados siguen con retardo las alteraciones que se produ-
cen en mercados, activos e instituciones. DE BONDT (2003, p. 205) ha
señalado, con razón, que ha quedado en evidencia en los últimos años
que los inversores —individuales e institucionales— así como los ges-
tores, académicos y autoridades sabíamos mucho menos del funciona-
miento de los mercados financieros y de la valoración de los activos de
lo que pensábamos.
Lo anterior implica que el estudioso de las finanzas se mueve en
una realidad cambiante y de convicciones impulsadas por los aconteci-
mientos más recientes, lo cual debería conllevar modestia y aceptación
de la temporalidad de los planteamientos. Es, pues, esencial la dimen-
sión temporal para intentar comprender la dirección y el alcance de las
modificaciones que se están produciendo tanto en las finanzas como
en nuestras ideas sobre el fenómeno financiero. El tiempo es importan-
te en dos aspectos: primero, para situar el objeto, vigencia, y perspectiva
de los análisis de las finanzas; segundo, para plantear el posible carácter
evolutivo que pueda tener el desarrollo de mercados e instituciones. Es
fundamental, por tanto, tener muy en cuenta las fechas de publicación
de las aportaciones, así como el país que sirve como referencia implíci-
ta o explicíta de los análisis.
El cambio más claro que se ha producido en la posición de las finanzas
en el ámbito socioeconómico ha sido el paso desde una posición secun-
daria, que llegaba a considerarlas como coste, servidumbre, disfunción e
incluso obstáculo para el desarrollo económico, hasta erigirse lo financie-
ro en el sector esencial cuya adecuación condiciona el crecimiento eco-
nómico, no sólo de los países industriales, sino de los emergentes.
La organización financiera que se impuso después de la Gran
Depresión estaba concebida para reducir la incertidumbre, la volatili-
dad, el riesgo y las crisis financieras. Las intervenciones de los gobier-
nos en las finanzas iban en esa dirección (BERNSTEIN, 1996, p. 11). La
institución clave del sistema financiero era la banca privada y la fe en
la capacidad de su regulación para promover la estabilidad se vio refor-
zada por la excepcional tranquilidad financiera del periodo 1934-1980
(CALOMIRIS, 2000, p. 1).
A partir de la segunda mitad de la década de los setenta del pasa-
do siglo se va imponiendo la idea de que las finanzas son importan-
tes. El final de la organización gestada en Bretton Woods, la aparición
de tensiones inflacionistas y la reasignación de recursos forzada por la
crisis energética fueron demoliendo la doble concepción de las finan-
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zas como irrelevantes y generadoras de inestabilidad. Como exponen
CAPRIO y SUMMERS:
«En este siglo, con la notable excepción de SCHUMPETER, el pensa-
miento ortodoxo es que el dinero y las finanzas no eran importantes en
el proceso de desarrollo. Sin embargo, mediada la década de los seten-
ta, la ortodoxia sostenía que la represión financiera tenía que detenerse
a toda costa, y que la liberalización del sector financiero abría el cami-
no para la aceptación general de que la confianza en el mercado libre
debería ser completa» (1999, p. 400).
En 1984 TOBIN publicó un análisis de las finanzas, actividad que ya
mostraba un gran vigor, cuestionando si era razonable destinar tantos
recursos al sector: «... las finanzas es el destino favorito de los graduados a
los que enseño en Yale [...] Todos los educadores universitarios saben que
se está dedicando a las finanzas una proporción grande y creciente de los
hombres y mujeres mejor preparados del país [...] la teoría financiera es
una actividad creciente en el mercado universitario ocupando cada vez
más espacio físico, créditos en los programas, páginas en los diarios y en
las impresoras informáticas tanto en las escuelas de negocios como en los
departamentos de economía» (pp. 282 y 283). El análisis de TOBIN con-
cluía con una mirada escéptica, de inspiración keynesiana, acerca de los
efectos de la liquidez y del volumen de transacciones en los mercados
financieros: «Sospecho que KEYNES tenía razón al sugerir que deberíamos
desanimar la tenencia transitoria de los instrumentos financieros y recom-
pensar en mayor medida al inversor a largo plazo» (ibid., p. 295).
La inquietud de Tobin se centraba en la cantidad de recursos dedi-
cados a las finanzas y en los efectos distorsionadores para la economía
que podían derivarse de estos excesos; de ahí su confesado prejuicio
fisiocrático. Cuando escribía el profesor de Yale, empezaban a manifes-
tarse los primeros avances de lo que sería una riada cada vez más cau-
dalosa. En la actualidad los recursos —humanos y económicos— des-
tinados a las finanzas son muchísimo mayores y no se observan signos
apreciables de inquietud respecto a posibles disfunciones sobre la eco-
nomía real de la preeminencia financiera.
En 1986 un trabajo de ELLSWORTH publicado en la Harvard Business
Review denunciaba con claridad los efectos perniciosos de la atención
excesiva de los empresarios hacia las reacciones de Wall Street. El subtí-
tulo del artículo es expresivo: «Las estrategias financieras que hacen las
delicias de Wall Street reducen la competitividad de las empresas en el
mercado internacional» (p. 71). Según el autor, la excesiva atención de

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