En busca de la calidad democrática: sus elementos esenciales

AutorSilvia Carmona Garias
Páginas32-52
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EN BUSCA DE LA CALIDAD
DEMOCRÁTICA: SUS ELEMENTOS
ESENCIALES
CAPÍTULO
Para John Stuart Mill19, la idea pura de democracia es el gobierno de todo el pueblo por
todo el pueblo igualmente representado. No obstante, la democracia tal como se concibe en
la actualidad, es el gobierno de todo el pueblo por una mayoría del pueblo, exclusivamente
representada. El autor continúa afirmando que en el primer sentido, la palabra democracia
es sinónima de igualdad para todos los ciudadanos; mientras que en el segundo, significa
un gobierno de privilegio a favor de una mayoría numérica, que, de hecho, es la única que
tiene voz y voto en el Estado. De tal modo que «la democracia así constituida no alcanza su
fin ostensible, el de dar siempre el poder a la mayoría numérica: hace algo muy diferente, lo
entrega a una mayoría de la mayoría que quizás no sea, y frecuentemente no es más que una
minoría en la colectividad».
La crisis ha puesto en evidencia los defectos de nuestro sistema democrático, ya no solo
en cuanto a despilfarro de recursos públicos y mala gestión, que también, sino por la incapa-
cidad de los administradores de administrar solos, sin legitimidad para hacerlo. Durante los
últimos años se ha consolidado entre la ciudadanía la percepción de que la degradación del
sistema democrático no hace sino aumentar con el paso del tiempo. La pérdida de confianza
del ciudadano respecto de las instituciones públicas es un hecho constatable, que se refleja
claramente en el resultado de múltiples estudios, destacando entre ellos las encuestas del
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)20. Y es importante advertir que ese desprestigio
no se detiene únicamente en la clase política, sino que se extiende a todo el ámbito del sector
público, y, por ende, a todos los servidores públicos.
19 Stuart M ill, J. El gobiern o representativo. Vert ido al castella no en vista de la últi ma edición inglesa
con notas y obser vaciones por D. Siro García del M azo. Administ ración de la Biblioteca Cient ífico-
Literar ia (Sevilla); Librería de Vict oriano Suárez (M adrid), 1878, p. 188-191.
20 Así puede deducirse del ba rómetro del CIS, que ya en junio de 2014, arroja ba como resultado que
los políticos en g eneral, los partidos y la p olítica suponían el ter cer problema para la ciudadan ía
española (subiendo un pue sto desde el barómetro de ma rzo del mismo año en el que ocupab a el
cuarto lug ar), siguiendo al p aro y a la corrupción, con u na evolución incremental pues el úl timo
barómetro public ado al cierre de este est udio ha sido el de mayo de 2017, que coloca los problemas
de corrupción e n segundo lugar, ocupando el pri mer puesto el paro, segu ido de los problemas de
índole económic a y los políticos en general, qu e ahora ocupa el cuarto pu esto. Resultados que n o
difieren de lo s obtenidos en 2015 y 2016.
Carmona Garias, S. Democracia y gobierno abierto. INAP-McGraw-Hill, Madrid, 2019.
Democracia y gobierno abierto: una nueva cultura administrativa14
Los ciudadanos no se sienten representados, ni consideran que se tomen en conside-
ración sus demandas ni sus intereses por parte de los que toman las decisiones que les
afectan, lo que, sumado a los múltiples escándalos de corrupción, acaba derivando en el
descrédito de las instituciones públicas y en una falta de legitimidad totalmente contrarias
a la esencia de la democracia.
Esto ha llevado a parte de la doctrina a teorizar acerca de la democracia participativa,
que supone un paso más en el ideal democrático, trascendiendo la idea de mera consulta.
Como pone de manifiesto Tur Ausina21, se trata de un tipo de democracia complementaria
—no alternativa— de la democracia representativa, que «otorga la capacidad decisional a
los poderes públicos, pero desde una óptica que ha de enfocarse prevalentemente hacia la
“bidireccionalidad”, es decir, del poder público a la ciudadanía, y de esta hacia el primero,
aunque pueda coexistir o sean necesarios instrumentos unidireccionales que coadyuven a la
bidireccionalidad citada (de la ciudadanía al poder público —audiencias, consultas, etc.—, y de
este hacia el primero —medidas de transparencia, portales informativos, por poner solo algunos
ejemplos—». De modo que se trataría de un modelo que busca la identidad entre poderes
públicos y ciudadanía, convirtiendo la representación en una suerte de diálogo entre todos los
actores, una «representación dialógica» sensible a los intereses de los representados22.
La regeneración democrática es un tema de candente actualidad, junto con la necesaria
modernización administrativa, y encontramos infinidad de propuestas para conseguirlas, pero
no debemos dejarnos llevar por las tendencias sin más. En una época de contradicciones e
incertezas, donde todo es inestable, revisable y cambiante continuamente, hay que volver a
las bases sólidas, a lo inmutable, los principios esenciales de la democracia. Compartiendo la
opinión del historiador Eric Hobsbawm23, es necesario recuperar los valores de la Ilustración
para afrontar el futuro y progresar a través de la razón, la educación y la acción colectiva.
Para ello, es necesario recuperar el contenido de conceptos que han ido sufriendo un pro-
gresivo vaciamiento, tales como la ética, el buen gobierno, la integridad, la transparencia y la
democracia en sí misma. Debemos retroceder hasta encontrar la esencia misma de esos con-
ceptos y empezar a construir de nuevo sin perder de vista el espíritu originario de los mismos
para que inspiren de veras todo el sistema.
1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL DE LA CALIDAD
DEMOCRÁTICA
Hablar de calidad democrática lleva irremediablemente a hablar de democracia. Un sistema
político que tiene su origen hace más de veinticinco siglos en las ciudades de la antigua Gre-
cia. Etimológicamente ya ofrece una definición del concepto como forma de gobierno en la
21 Tur Ausina , R. «Participación ciuda dana y evolución hacia la democrac ia identitaria. An álisis al
hilo de la últ ima oleada de reformas e statutari as», en Garrido Mayol, V. La solidar idad en el Estad o
autonó mico. Ed . Fundación Profesor Ma nuel Broseta, 2012, pp. 124-126.
22 Pos tulado que ya se encuentra en aut ores como Pitkin, H. F. en su clásica obr a El concepto de
representac ión. Centro de Estudio s Constitucionale s, Madrid, 1985.
23 Opinión manifes tada en una entrevis ta concedida a Josep Ma ria Sòria el 09-12- 2007 y publicada en
el blog del di ario El País, accesible desde ht tp://www.iceta.org/eh021207.pdf
Carmona Garias, S. Democracia y gobierno abierto. INAP-McGraw-Hill, Madrid, 2019.

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