Argumentación jurídica y bioética. Examen teórico del método deliberativo de Diego Gracia

AutorJosé Antonio Seoane
CargoUniversidade da Coruña
Páginas489-510

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El cuidado de la vida y la salud no puede limitarse a los hechos clínicos, sino que debe atender también a los elementos axiológicos y normativos que lo enriquecen y, al tiempo, vuelven más complejo. Para facilitar el proceso de toma de decisiones biomédicas se han propuesto diversos métodos (Sugarman & Sulmasy: 2010), entre los que destacan el casuismo (Jonsen, Siegler & Winslade: 2010; Jonsen, Siegler & Winslade: 2005; Vergara: 2014) y, sobre todo, el principialismo (Beauchamp & Childress: 2013; Beauchamp & Childress: 1994; en sentido crítico, Atienza: 1996; de Lora y Gascón: 2008, 35-59; García Llerena: 2012; Rendtorff: 2002; Requena: 2008). Sin embargo, por su adecuada síntesis de los tres elementos indicados al comienzo se ha afirmado que el método de la ética clínica es la deliberación (Gracia: 2001a) y se ha desarrollado un procedimiento deliberativo para la toma de decisiones en el ámbito clínico (Gracia: 2011b; Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2014).

Los comités de bioética, esto es, los órganos colegiados e interdisciplinares que contribuyen a la toma de decisiones sobre cuestiones valorativas en el ámbito sanitario y social al servicio de los profesionales y usuarios, han adoptado la deliberación como guía metodológica de su actuación. No obstante, existen aspectos del método deliberativo explicados de forma insuficiente o mejorable que pueden ser comprendidos y completados con aportaciones de la ciencia jurídica y, principalmente, de las teorías de la argumentación jurídica.

Éste es el objetivo de estas páginas: refinar la comprensión y la justificación teóricas del método deliberativo empleado en el razonamiento bioético. Comenzaré con (1) la presentación de la estructura y los rasgos del modelo deliberativo más difundido, debido a Diego Gracia, y luego (2) detallaré las características de la deliberación en su relación con la bioética. A continuación (3) evaluaré críticamente dicho método y apuntaré propuestas de mejora, prestando especial atención a las denominadas pruebas de consistencia, y finalizaré con (4) una propuesta de revisión del procedimiento deliberativo. En razón de lo indicado, dejaré para otra ocasión el examen de su dimensión práctica o aplicada, para la que conviene dirigir la atención a versiones abreviadas o simplificadas (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2005, 2006, 2008, 2009, 2011, 2012, 2014).

1. El método deliberativo
1. 1 Rasgos generales

La deliberación impulsa el pensamiento bioético de Diego Gracia, si bien su procedimiento deliberativo aparece en un segundo momento metodológico, tras una primera etapa expresada en principios (Gracia: 1991), confiriendo ahora a los valores el lugar cen-

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tral que antes correspondía a los principios (Gracia: 2007; Gracia: 2013). Las primeras versiones del método deliberativo (Gracia: 2001a; Gracia: 2003; Gracia: 2004) aún emplean los dos lenguajes: valores, acompañado de los hechos, los deberes y las normas; y principios, acompañado de las consecuencias. Su versión simplificada (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2014) y su cuarta versión (Gracia: 2011b), en cambio, emplean únicamente el lenguaje de los valores. Además, esta última versión fundamenta el significado y los caracteres del método, ordena los pasos de la argumentación en cinco niveles e incluye una extensa reflexión teórica sobre la deliberación expuesta en tres órdenes: biológico o antropológico (el ser humano como animal deliberans), lógico (la deliberación como método del razonamiento dialéctico) y ético o moral (la deliberación en tres momentos internamente relacionados: hechos, valores y deberes) (Gracia: 2011b).

El método deliberativo supone un cambio de lenguaje bioético. El lenguaje originario de la ética no es el de los principios ni el de los derechos sino el de los valores, un lenguaje más complejo, rico, flexible y ecológico (Gracia: 2007, 7-8); y la deliberación como proceso no es solo el método de la bioética o de la ética sino de la racionalidad práctica en general, que es tanto como decir de la razón humana (Gracia: 2007, 8; Gracia 2011b, 120). Este método implica tanto el rechazo del fundamentalismo teórico y del pragmatismo del decisionismo (Gracia: 2007, 6) como el abandono de la teoría de los cuatro principios, que simplifica la riqueza de la realidad moral. Tomar decisiones no es una labor mecánica consistente en jerarquizar principios y determinar su orden de prioridad en cada situación concreta (Gracia: 2007, 7). Por consiguiente, el método deliberativo se distancia de una racionalidad y una jerarquización a priori que conduzcan a la futilidad del ejercicio de la prudencia.

1. 2 Estructura

He aquí la estructura del procedimiento deliberativo para la toma de decisiones biomédicas (Gracia 2011b, 125):

  1. Deliberación sobre los hechos.

    1. Presentación del caso.
    2. Deliberación sobre los hechos del caso:

    1. ¿Qué pasa? (Diagnóstico).
      b. ¿Cómo va a evolucionar? (Pronóstico).
      c. ¿Qué puede hacerse? (Tratamiento).

  2. Deliberación sobre los valores.

    3. Identificación de los problemas morales del caso.
    4. Elección del problema moral a discutir.
    5. Explicitación de los valores en conflicto en ese problema.

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  3. Deliberación sobre los deberes.

    6. Identificación de los cursos extremos de acción.
    7. Búsqueda de cursos intermedios.
    8. Elección del curso óptimo.

  4. Pruebas de consistencia de la decisión.

    9. Prueba de la legalidad.
    10. Prueba de la publicidad.
    11. Prueba del tiempo.

  5. Toma de decisión definitiva.

1. 3 Una versión simplificada

Esta presentación detallada puede completarse con la clarificadora explicación de la versión simplificada, que articula el método deliberativo en cuatro niveles sucesivos:

1. Los hechos. La base del proceso son los hechos clínicos. Sin una buena base fáctica lo demás sobra, entre otras razones porque los errores de esta fase se arrastrarán a los pasos ulteriores (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2006, 4; Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2012, 4).
2. Los valores. Valores son todas aquellas cosas importantes para un ser humano y que nos exigen respeto. La deliberación tiene por objeto identificar el curso óptimo ante un conflicto moral, que siempre y necesariamente es un conflicto de valores: cuando dos o más valores nos exigen respeto y se oponen entre sí, o cuando no es posible tomarlos en consideración a la vez (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2006, 4; Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2012, 4-5).
3. Los deberes. La ética tiene por objeto saber qué debemos hacer: realizar valores positivos o lesionarlos lo menos posible. Las salidas a los conflictos de valores se denominan «cursos de acción», que no deben reducirse a dos cursos extremos consistentes en realizar exclusivamente uno de los valores en conflicto y lesionar el otro. Como la solución más prudente está en el medio conviene identificar el mayor número posible de cursos intermedios para luego elegir el curso óptimo, que será el que mejor armonice los valores en conflicto (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2006, 4-5).
4. Las normas. El objeto de la ética es la búsqueda de la solución óptima y no simplemente una que no sea mala (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2006, 6). No obstante, aun cuando el objetivo del método deliberativo es el análisis ético de los problemas, al final del proceso debemos contrastar la decisión con la norma jurídica, a fin de asegurar que no traspase los límites establecidos por el Derecho (Gracia y Rodríguez Sendín (dir.): 2012, 6).

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2. Deliberación y bioética

El procedimiento deliberativo empleado por los comités de bioética (sobre todo comités de ética asistencial y, más recientemente, comités de ética en intervención social) presenta una serie de rasgos que explica su razón de ser, su estructura y su modo de funcionamiento.

1. La toma de decisiones biomédicas necesita un método, pues las cuestiones éticas no pueden ser ignoradas ni tratadas intuitivamente, y tampoco bastan la experiencia clínica, una decisión en conciencia, el sentido común o la imitación. Es necesario un procedimiento para identificar, analizar y deliberar sobre los hechos, los valores, los deberes y las normas en la práctica clínica o asistencial y para justificar racionalmente la decisión.
2. La deliberación es un método, es decir, un camino para llegar a una decisión (metá, hacia; hodós, camino). El método deliberativo establece un criterio estable y sistemático para decidir racionalmente, alejándolo del azar y de la decisión ocasional. En todo caso, desempeña una función instrumental, subordinada a un fin superior que es la decisión prudente que proponga una solución para el caso real.
3. El procedimiento deliberativo es más que un método para la toma de decisiones biomédicas; es reflejo de una concepción de la bioética como ética cívica. La deliberación es la lógica de la vida (Gracia: 2001b, 30-31), una herramienta pedagógica para la vida individual y la construcción de la sociedad (Gracia: 2011b, 108-113) que integra el núcleo de la Ética, la Política y toda la Filosofía práctica (Gracia: 2001b, 30-32).
4. La deliberación es el...

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