Apuntes sobre la vida de John Jay (1745-1829) en el aniversario de su fallecimiento

AutorJorge Pérez Alonso
CargoAbogado, Investigador del Seminario Martínez Marina de Historia Constitucional
Páginas1075-1095
APUNTES SOBRE LA VIDA DE JOHN JAY (1745-1829) EN
EL ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO.
NOTES ON JOHN JAY´S LIFE (1745-1829) ON HIS DEATH
ANNIVERSARY.
Jorge Pérez Alonso
Abogado
Investigador del Seminario Martínez Marina de Historia Constitucional
SUMARIO: I.- INTRODUCCION. II.- JOHN JAY Y SU INFLUENCIA EN LA
HISTORIA CONSTITUCIONAL ESTADOUNIDENSE. 1. Ejercicio de la abogacía
(1764-1774). 2.- Independencia y creación del Estado de Nueva York (1774-
1779). 3.- Diplomático en los reinos de España y Francia (1779-1784). 4.-
Secretario de Asuntos Exteriores y Teórico Federalista (1785-1789). 5. Al frente
de la judicatura federal (1789-1795). 6.- Gobernador de Nueva York (1795-1801).
7.- Posicionamientos durante su retiro (1801-1829). III.- BREVE REFERENCIA A
LA PERSONALIDAD DE JOHN JAY
Resumen: John Jay fallecía el diecisiete de mayo de mil ochocientos veintinueve,
hace justo ciento noventa años. Tras diez años de ejercicio de la abogacía y un
cuarto de siglo desempeñando los cargos públicos más importantes, se retiró de
la vida pública en 1801 para estar con su familia. En este breve artículo tratamos
de resumir la vida de Jay y los logros alcanzados para su país.
Abstract: John Jay passed away just one hundred and ninety years ago, on may
seventeenth, one thousand eight hundred and twenty nine. After ten years of
practicing law and a quarter of century in the most important offices, he retired
from public life in 1801 to stay with his family. In this brief article we try to
resume Jay´s life and the accomplishments to his country.
Palabras clave: Padres fundadores – Estados Unidos
Key words: Founding Fathers – United States
I.- INTRODUCCIÓN
El pasado día diecisiete de mayo se cumplió el centésimo nonagésimo
aniversario del fallecimiento de John Jay, uno de los más influyentes founding
fathers y, sin embargo, de forma harto paradójica, el más desconocido para el
gran público. La sombra de personajes coetáneos como George Washington, John
Adams, Thomas Jefferson, Alexander Hamilton y John Marshall fue tan alargada
que oscureció inmerecidamente a Jay, hasta tal punto que tan sólo a partir de la
década de los cincuenta del siglo XX comenzó a recuperarse tímidamente su
figura, no siendo hasta bien entrado el siglo XXI cuando podemos decir que Jay
ha vuelto a ocupar, cuando menos en su país de origen, el lugar que en justicia le
corresponde.
Revista de Historia Constitucional
ISSN 1576-4729, n.20, 2019. http://www.historiaconstitucional.com, págs. 1075-1095
Lamentablemente en nuestro país no ha sido así, y continúa sumido en el
olvido, perpetuando en cierta forma el injusto trato que recibió como ministro
plenipotenciario de los Estados Unidos en el reino de España durante los años
1780 a 1782. Aun cuando el redactor de estas líneas ha intentado modestamente
abrir un boquete en ese grueso muro de silencio erigido en torno Jay, utilizando
como ariete una breve antología de sus textos políticos más significativos
(antología que, con el título Independencia, Estado y Constitución ha tenido el
inmenso honor de ver la luz en la benemérita colección Clásicos Políticos” del
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales), dicho golpe tan sólo ha
supuesto la apertura de una débil brecha en esa muralla que aún le rodea.
Llama poderosamente la atención el relativo paralelismo que existe entre
John Jay y Francisco de Goya. Los dos nacen prácticamente en las mismas
fechas, pues Jay lo hace el 12 de diciembre de 1745 y Goya el 30 de marzo de
1746. Los dos viven el esplendor de un mundo que está llamado a desaparecer y
el tránsito hacia un nuevo orden político-social, pues Jay es testigo del ocaso del
dominio colonial británico en Norteamérica y los orígenes del constitucionalismo
norteamericano, mientras que Goya contempla personalmente la agonía del
Antiguo Régimen y los balbuceos del constitucionalismo español. Jay, aun
cuando inicialmente opuesto a la independencia, toma parte activa en la lucha
frente a los británicos, mientras que Goya también se ve inmerso en el conflicto
entre patriotas y afrancesados. Tras haber ocupado los cargos más importantes
en su país, los últimos años de la vida de Jay transcurren plácidamente recogido
en su mansión en Bedford totalmente alejado de la primera escena política; Goya,
por su parte, también ocupó los más altos cargos a los que podía aspirar en su
condición de pintor, e igualmente pasó los últimos años de su existencia alejado
de la vida pública, primero en la denominada “Quinta del Sordoy finalmente
exiliado en Burdeos. Por último, ambos fallecen tan solo con un año de
diferencia, pues Goya lo hace en abril de 1828 y Jay en mayo de 1829. Así pues,
tanto Jay como Goya se mueven en dos mundos físicamente separados por un
océano, pero los dos se vieron enfrentados al ocaso de una época y al nacimiento
de otra. Lógicamente existen diferencias notorias entre ambos, más que nada
porque en la lucha por la independencia del país Jay, pese a que en los estadios o
fases iniciales del conflicto se constituyó en firme defensor de reconducir la
situación propiciando un acuerdo con Gran Bretaña, finalmente se comprometió
con la independencia estadounidense situándose en vanguardia de la misma; en
el caso de Goya, sin duda alguna su postura en la guerra de independencia
española fue bastante más tibia. Pero ambos personajes históricos tienen unas
vidas paralelas” en una misma franja cronológica.
Jay nace el 12 de diciembre de 1745 en la ciudad de Nueva York, en el seno
de una familia que, dos generaciones atrás, se había afincado en las colonias
americanas huyendo de la persecución que los hugonotes franceses sufrieron a
manos de Luis XIV cuando éste revocó el edicto de Nantes en 1685. Durante ese
periodo que oscila entre el tercio final del siglo XVII y la mitad del siglo XVIII, la
familia Jay tuvo dos claras fidelidades: la actividad comercial (con alguna
incursión puntual en la actividad de contrabando de bienes) y la religión
protestante. John no continuó la tradición familiar en lo que respecta al
comercio, pero se mantuvo durante toda su vida fiel a la religión de sus padres,
que no sólo le proporcionó un consuelo espiritual cuando las desgracias
familiares hicieron su aparición, sino que inspiró muchas de sus tomas de
Jorge Pérez Alonso
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