Apuntes sobre el liderazgo político en las redes sociales

AutorSantiago Delgado Fernández
Páginas199-212

Page 199

1. Introducción

El liderazgo político, entendido como una interacción entre líderes y seguidores en un determinado contexto, guarda una necesaria y evidente relación con la comunicación política; ésta desempeña una función relevante en la conformación y en el ejercicio del liderazgo político democrático. ,En consecuencia, puede decirse sin ambages que la política demo-crática es inviable e incomprensible sin líderes que comunican; que el rol del líder político democrático se encuentra estrechamente ligado al del comunicador político. Tal es la relación, que ni uno sólo de los enfoques de estudio del fenómeno del liderazgo político -de los rasgos, conductual, situacional, nuevo liderazgo, etc.- han dejado de reconocer el papel de la comunicación política, llegando a poner el acento este último enfoque en la necesaria capacidad de la que debe disponer el líder en su labor de transmitir su particular «visión»1. En tanto que son cada día más evidentes las exigencias de personalización y de espectacularización de la política, se refuerza sin remedio la necesidad del liderazgo comunicador, del liderazgo mediático.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los denominados medios de comunicación tradicionales —televisión, radio, periódicos, etc.— copaban en exclusiva el espacio comunicativo de la política democrática. Los líderes se hacían y eran en la medida en que estaban y participaban en dichos medios. En ellos, como afirmaba Del Rey Morato, se consolidaba el personaje carismático y, llegado el momento, era donde se advertía una

Page 200

posible crisis de su liderazgo2. Hoy estos medios tradicionales singuen ocupando un espacio muy relevante, pero a ellos se les han sumado, con extraordinaria fuerza, medios propios de la era Internet, primero los de la web 1.0 y, más tarde, los de la web 2.0. ambos han venido a transformar el sistema de la comunicación política en su conjunto. Precisamente sobre esta cuestión, hace tan sólo unos años, Ramón Cotarelo advertía de la importancia de la expansión de un novedoso espacio comunicativo de la política, el de la Red. al respecto, afirmaba que: «[la] política se hace ahora crecientemente en el ciberespacio, en el ámbito de la red y esto tiene unas consecuencias que todavía no hemos sido capaces de aquilatar con exactitud»3.

Pues bien, no cabe duda de que la revolución digital, antesala e impulsora de la que Manuel Castells ha denominado era de la información4, ha venido para modificar el escenario político tradicional de la comunicación política. En este tiempo, junto a los medios de comunicación tradicionales, hay que tener muy en cuenta la presencia y auge de las redes sociales y otros formatos de comunicación online tales como: Facebook, YouTube, Whatsapp, Instagram Twitter, Google+ etc. En esta nueva era o tiempo digital, las opiniones de todos se plantean y se expresan libremente en la Red. En ella es esperable que lo dicho obtenga respuesta prove-niente desde el ámbito en el que se proyectó la opinión o el parecer, en nuestro caso, del líder político. Una generación entera se educó en los medios de comunicación, televisión, prensa y radio, donde la información era transmitida en una sola dirección. ahora, este mundo unidireccional de la comunicación ha periclitado para siempre5.

En la actualidad, las redes sociales son las que con mucha frecuencia alimentan a los medios tradicionales de comunicación con la información a tiempo real de lo que está aconteciendo en el espacio público. La rapidez y la fluidez de la información y la generación de ciberactivismo son las características de estos nuevos espacios virtuales. Nuestros líderes han incorporado de manera creciente el uso de estas redes sociales como herramientas multimedia de comunicación y, en particular, en n periodo de elecciones. Se trata de medios capaces de influir en la opinión pública, mediando sobremanera en las decisiones políticas, también en las que suponen la toma de postura sobre a quién seguir, en quién confiar políticamente. En definitiva, la irrupción de Internet y, más concretamente, el citado uso de las redes sociales por parte de los líderes políticos, ha veni-

Page 201

do a modificar la forma tradicional de hacer política y de comunicarla6.

Algunos líderes políticos, cada vez menos, aún se resisten por no entender suficientemente el nuevo medio o por no sentirse cómodos en él. Pero, ¿acaso se puede dudar en nuestro tiempo de que quién está llamado o tenga la vocación de influir, tiene muy difícil poder prescindir de estar en las redes sociales?

Llegados a este punto, podemos preguntarnos varias cosas. En primer lugar, ¿qué ventajas aporta al ejercicio de liderazgo político la irrupción de las redes sociales? y ¿cuál es el papel real que las redes sociales están jugando ya en la faceta comunicativa de la generación y el mantenimiento del liderazgo político? Por otro lado, en segundo lugar, ¿cómo deben los líderes políticos adaptar sus comportamientos y estrategias al nuevo contexto que proporcionan las redes sociales?

Tan sólo como hipótesis de trabajo, nos atrevemos a pensar, por un lado, que las redes sociales son en buena medida un complemento relevante del papel que siguen teniendo las vías tradicionales de comunicación-mediación entre los ciudadanos y los políticos; que aquéllas no han sido capaces de acabar del todo con los instrumentos de comunicación tradicionales. Por otro lado, creemos que en el nuevo contexto en el que se desarrolla la política en la era de la información es preciso que los líderes se adapten rápidamente mediante estrategias específicas y que, si no lo hacen, estarán renegando de la posibilidad de tener una trayectoria exitosa. En las siguientes páginas nos ocuparemos de estas cuestiones.

2. Algunas ventajas del liderazgo político en la red

Las redes sociales son una herramienta de primer nivel y, por ello, más allá de que hoy sean moda, no pueden considerarse la exclusiva manifestación de una novedad. En el que suele identificarse como universo «Web
2.0», las redes sociales se constituyen en herramientas donde el usuario es el verdadero protagonista; son comunidades virtuales que proporcionan información e interconectan a personas, en su mayoría, con afinidades comunes, y es por ello que son muy atractivas para el ejercicio del liderazgo político. Tal es así que, la mayoría de líderes políticos no han podido resistirse a hacer su particular incursión en las redes, creando sus propios blog, canales de video en YouTube o participando más o menos activamente en las redes sociales más populares.

Las redes sociales han logrado extenderse en poco tiempo de forma muy significativa entre los ciudadanos. Cuestiones tales como la facilidad en el acceso a la Red, la masificación en el uso de ésta en el espacio doméstico, el abaratamiento de las tarifas ofrecidas para navegar, la gene-

Page 202

ralización de nuevos instrumentos desde los que acceder, tal es el caso de los smartphones, han dotado a las redes sociales de un potencial impensado7.

Existe cierta coincidencia en señalar que las redes sociales constituyen en la actualidad un espacio deliberativo de primer nivel; posiblemente como jamás se había conocido hasta el momento. Son, en lo fundamental, mera comunicación política, pero también aportan un espacio para la participación política. Como bien ha señalado David Caldevilla, puede decirse que estamos ante un tipo de política y de comunicación más participativa, en la medida en que, en apariencia, los ciudadanos y potenciales votantes se retroalimentan informativamente en el ejercicio de su liderazgo8.

Las redes, pese a algunas limitaciones, son una forma de comunicación bidireccional o incluso multidireccional, que ha irrumpido para democratizar la influencia. Estas posibilitan el ejercicio de actitudes propias del buen liderazgo tales como el saber escuchar y preguntar para llegar a saber el trasfondo de las necesidades e intereses de los seguidores. Los líderes políticos pueden aproximarse a sus seguidores de forma efectiva, inmediata, continuada y dialogal. Da igual que aquellos sean militantes de un partido, simpatizantes del mismo, adherentes, votantes habituales o, simplemente, ciudadanos interesados. Todos ellos, en el nuevo contexto digital que proporcionan las redes, pueden dar su opinión en muy pocos segundos y, además, pueden obtener respuesta rápida también en breve tiempo. así, se garantiza un mayor conocimiento de su «público» por parte de los líderes y además, éstos disponen de una fuente de información muy relevante para poder ajustar sus propuestas programáticas y sus estrategias de acción en función de los cambiantes contextos y de la variación de las opiniones que manifiestan los seguidores.

El empleo de las redes por los líderes puede llegar a garantizar, incluso, un cierto trato personalizado, en tanto que aquéllas y otros canales de Social Media permiten hablar a todos dirigiéndose de manera personal a cada uno. atendiendo a todas estas características es posible decir que el empleo de las redes sociales, consecuentemente, supone una oportunidad inmejorable para incrementar la calidad democrática. Esto es así, en la medida en que gracias a la posibilidad de participación en términos de semi-gratuidad, inmediatez y facilitad de lectura, es posible...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR