Aproximaciones filosóficas a la noción de don

AutorMartín Rocha Espíndola
Páginas27-126
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1. Conceptualización del donar
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recibir nada a cambio. Estas palabras contribuyen a distinguir dos
términos que, a veces, pueden confundirse: el donar y el dar11.
En un primer momento, puede distinguirse en tal acto, por
una parte, la acción propiamente de entrega. Luego, el qué se en-
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tal entrega.
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na en el presente epígrafe.
En el acto de dar que se produce en una venta, un inter-
cambio, un préstamo, puede implicarse, no siendo siempre nece-
11 Vid. GUILARTE MARTÍN-CALERO, C. «Capacidad para donar» en Egus-
quiza Balmaseda, M. A. (dir.), Pérez de Ontiveros Baquero, M.C. (dir.), BER-
COVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R. (pr.), Tratado de las Liberalidades: homenaje al
Profesor Enrique Rubio Torrano, Aranzadi, Madrid, 2017, págs. 193 a 213.
CAPÍTULO I
Aproximaciones f‌ilosóf‌icas
a la noción de don
LO JUSTO COMO DON EN LA FILOSOFÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XXI
HACIA UNA ÉTICA DEL DON EN CLAVE PERSONALISTA, HERMENÉUTICA Y EXISTENCIAL Martín Rocha Espíndola
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sario, el donar; pero, para ello, se requerirá de la gratuidad de la
conducta. Vale decir que, en un primer momento, tendremos el
género, que consiste en el dar, y, luego, ya a nivel de la especie, el
donar. Por consiguiente, su especialidad, aquello que lo distingue
de otros actos que participan de tal género, podría estimarse en
un primer momento que sería básicamente la gratuidad de tal ac-
ción. Y esto es correcto; pero, en un segundo momento, también
cabría la posibilidad de que tal acto contuviera en su esencia un
elemento que posiblemente provoque otro salto más en su inten-
sidad de ser. Tal elemento sería lo que se da, una realidad, pero
cuando esta a su vez puede llegar a ser lo más: el propio sí mismo.
Justamente, cuando se dona no un objeto, sino que es el sujeto
mismo quien se da, nos hallamos ante la mayor donación posible,
en términos personales.
En el donar tiene lugar, sin duda, un desplegar la fecundidad
del ser personal en el mundo. Si bien, el dar humano, en general, se
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hace con reservas y tiene pérdidas. Mas, entonces, surge la pregun-
ta por si acaso se puede considerar esto un verdadero dar12. Sin em-
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no eliminan por completo el dar como actividad personal humana,
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Para empezar, puesto que el dar puro es comunicación inter-
personal y la persona humana no puede comunicarse más que a
través de sus productos y acciones, no resultará posible una comu-
nicación interpersonal inmediata entre los sujetos humanos. El dar
personal humano ha de ser mediado por el cuerpo, aunque lo que
se dé no sea corporal. He ahí una primera limitación, derivada del
12 FALGUERAS SALINAS, I. «El dar, actividad plena de la libertad trascen-
dental» en Studia Poliana, Nº. 15, Pamplona, 2013 (ejemplar dedicado a: Li-
bertad trascendental), pág. 70.
CAPÍTULO I APROXIMACIONES FILOSÓFICAS A LA NOCIÓN DE DON
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estado en el que se encuentra la persona. Pero, también, es impor-
tante la limitación temporal.
FALGUERAS declara que la persona humana está como cas-
tigada con la muerte de su cuerpo, y que ésta le amenaza desde el
primer instante de su existencia, pues la primera necesidad y obli-
gación de la misma es la de sobrevivir. Eso introduce una pérdida
constante, la del tiempo, que es limitado, y afecta de tal manera a su
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sobrante ni sobreabundante13.
De todo ello, derivan varios tipos de objeciones al dar perso-
nal. Por una parte, se estima que el dar humano no es más que una
forma de intercambio económico; y, por otra, se considera que el
dar humano no supera la ética, o sea, no supera el reconocimiento
práctico del otro como otra persona.
La criatura personal es don, antes que implique un dar; es
libre, antes de poder aceptar su libertad; es espíritu, antes de go-
zar de plenitud. Por esto, se ha escrito que, como toda criatura, la
criatura personal es idéntica. Da desde lo que ha recibido, acepta
el dar en un segundo momento, y no puede darse a sí misma la
plenitud14.
Ahora bien, en el acto de donar, por consiguiente, una per-
sona, el donante, con plena libertad, no forzado y por pura gene-
rosidad, e inclusive en algunos casos por amor, hace un don a otro,
independientemente de la respuesta que reciba. Y tal don puede ser
él mismo. Importante, de todas maneras, es aquí acentuar la idea
13 FALGUERAS SALINAS, I. Ibíd, pág. 70.
14 Cfr. MONTIJO RIVAS, C. «Don y criatura. La creación personal según
la estructura donal en la Antropología trascendental de Leonardo Polo» en
Cuadernos doctorales: Filosofía, Nº. 21, 2011, págs. 321 a 423.

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