Una aproximación socio-laboral al emprendimiento desde la discapacidad
| Autor | Salvador Manzanera-Román, Mª Belén García-Palma, Ángel J. Olaz y Pilar Ortiz |
| Páginas | 291-309 |
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Este capítulo1 tiene por objetivo principal conocer el papel que desempeñan los conocimientos, capacidades y habilidades de las personas con discapacidad física y/o sensorial en la explicación de sus acciones de emprendimiento.
Sobre la base de la literatura especializada en el tema y los datos disponibles, la hipótesis de la investigación considera que las personas con discapacidad están en una posición desfavorable a la hora de conseguir un empleo y de desarrollar una actividad emprendedora. No obstante, la relevancia del emprendimiento como actividad económica en general y el especial significado que adquiere como vía de integración social, sugiere la oportunidad de abordar un análisis diferenciado.
Este capítulo comienza analizando la discapacidad con el propósito de realizar una primera aproximación al perfil del colectivo, profundizando en la situación socio-laboral de las personas con discapacidad a través de aspectos tales como actividad laboral, ocupación, desempleo y condiciones laborales. A continuación, y para finalizar, se identifican cuáles son las barreras al emprendimiento en este colectivo desarrollándose las oportunas conclusiones.
Abordar el término discapacidad implica distinguir entre un conjunto de términos que, no por estar más o menos relacionados, generan los mismos campos de significatividad. Atendiendo a la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM) se aprecian diferentes conceptos, como son enfermedad, deficiencia, discapacidad o minusvalía. En esta clasificación, la discapacidad es entendida como el modo en que se objetiva la deficiencia en la persona, con la consiguiente repercusión directa en su capacidad para la realización de actividades consideradas normales para cualquier individuo de sus características por razón de edad, género, etc.
La discapacidad puede entenderse como toda aquella limitación severa que impida realizar las actividades de la vida cotidiana y que haya durado o se prevea que se vaya a extender más de un año y tenga su origen en una deficiencia.
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Desde otro punto de vista, se entiende por personas con discapacidad aquellas que poseen un grado de ésta superior o igual al 33%, según el procedimiento de valoración establecido por RD 1971/1999 modificado por RD 1364/2012. Este Real Decreto clasifica la discapacidad en tres grandes grupos como son las físicas, las sensoriales y las psíquicas.
Según la operación estadística del INE El Empleo de las Personas con Discapacidad basada en la explotación integrada de la Encuesta de Población Activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad, en el año 2015 el número de personas en edad de trabajar (de 16 a 64 años) en España era de 30.174.500, de las que 1.774.800 personas poseían el certificado de discapacidad, lo que representa el 5,8% de la población total en edad laboral.
La caracterización de la población con discapacidad en edad de trabajar según género indica que existe un sesgo masculino (que no se da entre la población sin discapacidad), pues los hombres representan el 57,7% frente al 42,3% restante de mujeres.
En lo referente a la distribución de personas con discapacidad por tramos de edad, el colectivo más numeroso se concentra en el intervalo de 45 a 64 años que alcanza el 69,9%, seguido del tramo de 25 a 44 años con un 25,7%, lo que parece reflejar el impacto de las discapacidades sobrevenidas. Estos datos varían si se comparan con el colectivo de personas sin discapacidad, que muestra diferencias menos acusadas entre los distintos tramos de edad. Finalmente, resta destacar otra diferencia notable en la población de personas con discapacidad respecto a las personas sin discapacidad. Ésta resulta de especial interés para esta investigación y es, en general, un menor nivel educativo que se manifiesta en una mayor proporción de personas con discapacidad que poseen estudios primarios, 23,9%, frente al 9,6% entre las personas sin discapacidad, así como en una menor proporción de personas con discapacidad que alcanzan estudios superiores, 15,1% frente al 33,2% del resto de población sin discapacidad.
Por tanto, nos encontramos con un colectivo que, en relación a la población sin discapacidad, se caracteriza por una mayor presencia masculina, de edad media y avanzada y que posee un nivel de estudios inferior.
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Una variable específica de notable importancia a considerar del colectivo es el grado de discapacidad de aquellos que se encuentran en edad laboral. La mayor parte, un 32,9% tendría reconocido un grado de discapacidad de entre el 33,0% y el 44,0%, lo que se traduce en un volumen de 583.100 personas. No obstante, cabe destacar un significativo 21,7% sobre el que no consta el grado de discapacidad.
Tabla II. Población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) según grado de discapacidad. 2015
Fuente: elaboración propia a partir de la operación estadística El empleo de las personas con discapacidad (INE).
En relación con el mercado de trabajo, hay una gran diferencia en el colectivo de personas con discapacidad y es su menor actividad. De este modo, solo un tercio es laboralmente activo, 33,9% frente al 78,1% de las personas con discapacidad, lo que representa un elemento clave a considerar en cualquier medida de promoción de su integración sociolaboral.
Tabla III. Población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) en relación con la actividad. 2015
Fuente: elaboración propia a partir de la operación estadística El empleo de las personas con discapacidad (INE).
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La discapacidad es un fenómeno multidimensional que afecta a la persona desde una perspectiva biológica, psicológica y social. De todas ellas, la dimensión social ha sido una de las menos estudiadas (Vázquez, 2008). Los estudios sociológicos sobre el tema están poco desarrollados, de manera que, frecuentemente, se hace referencia a la necesidad de dar visibilidad a un "sujeto ausente" (Morris, 1992). Sin embargo, la determinación de los factores sociales sobre los biológicos y psicológicos es clara. De ahí la oportunidad de estudios que propicien actuaciones encaminadas a la normalización e integración plena de las personas con discapacidad en los entornos en los que interactúan. El entorno laboral resulta clave para conseguir dicha normalización.
A continuación, se analiza la situación de las personas con discapacidad en relación con variables laborales básicas y, en general, las cuestiones relacionadas con las condiciones de trabajo.
Para ello, se ha utilizado la información que contienen las encuestas de empleo de las personas con discapacidad elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el período comprendido entre 2008 y 20152.
El porcentaje de personas con certificado de discapacidad en edad de trabajar en 2015 en España se sitúa en el 5,8% de la población total en edad laboral...
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