La aprobación del programa QE 3

AutorJuan Calvo Vérgez
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Financiero y Tributario. Universidad de Extremadura
Páginas72-82

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Durante la primera semana del mes de marzo de 2012 se suscitó la posibilidad de que la FED estuviese considerando la aprobación de un nuevo modelo de programa de compra de bonos diseñado para tranquilizar los temores sobre la inflación futura si finalmente decidiese adoptar nuevas medidas para impulsar la economía. El objetivo de este nuevo programa no sería otro que la compra de deuda hipotecaria o bonos del Tesoro a largo plazo para, a continuación, proceder a "atar" dichos fondos al tomar el dinero prestado durante cortos periodos de tiempo a unos tipos de interés bajos.45Los bancos norteamericanos adquirieron los meses de enero y febrero de 2012 más deuda pública que en todo 2011, impulsando la demanda de bonos estadounidenses, incluso con el rendimiento cerca de mínimos. En total, durante dicha fecha el sector bancario estadounidense adquirió deuda por valor de 78.200 millones de dólares, frente a los 62.600 millones de todo 2011. Los depósitos realizados superaron a los préstamos, hasta alcanzar un récord de 1,63 billones de dólares en febrero de 2012, por encima de los 1,17 billones de enero de 2011. De este modo las entidades financieras norteamericanas aprovecharon la diferencia entre los bajos tipos de interés de la FED para los préstamos a un día y los rendimientos del Tesoro para obtener beneficios. Se originaba así una situación en virtud de la cual los

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bancos estaban comprando más bonos del Tesoro incluso con el rendimiento del bono a diez años en torno a los 35 puntos básicos por encima de los mínimos históricos del 1,67% registrados en septiembre de 2011.46Con fecha 13 de marzo de 2012 la FED anunció la no introducción de cambios en su programa de cambio de la deuda a corto plazo que tenía en su balance por títulos a largo plazo por valor de 400.000 millones de dólares (operación Twist), que vencía en junio de 2012, anunciándose además el mantenimiento de su programa de reinvertir los vencimientos de los bonos hipotecarios. La FED tenía intención de mantener los tipos de interés en niveles mínimos hasta que estuviese claro que la economía empezaba a remontar. Esta estrategia parecía sensata, aunque el principal problema estribaba en desconocer cuándo llegaría el momento de la revisión y garantizar así que el mercado de bonos estuviese controlado. En principio, a pesar de que la economía estadounidense había logrado recuperar terreno en los últimos seis meses, el núcleo del Comité de la FED encargado de fijar los tipos creía que seguía existiendo una falta de actividad en la economía, lo que contribuiría a contener la inflación.

En opinión de la FED sería un error efectuar ajustes en la política monetaria en base a la teoría no probada de que, por ejemplo, la tasa de desempleo no puede bajar tanto sin inflación. Así las cosas, si resultase que la economía pudiese soportar un índice más bajo de paro, la FED se habría conformado con una recuperación débil. Debido a ello se prefería esperar hasta que existiesen signos inconfundibles de que la inflación salarial estaba aumentando, actuando entonces. Ahora bien con independencia de lo anterior se ha de señalar que los inversores de bonos establecen los precios en base al clima que prevén en el futuro, circunstancia que en los últimos tiempos se ha visto alterada por los programas de compras de bonos del Tesoro. Y, una vez que se estimase que la FED ha dejado de intervenir en el mercado, procederían a establecer los precios en base a sus propias expectativas de inflación, las cuales podrían divergir respecto a las de la FED.47

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Volviendo a la aplicación de la Operación Twist y a su prolongación, ciertamente se ha de reconocer que la citada Operación no tuvo un efecto netamente positivo.48Sin embargo, el hecho de que la FED pudiese abrir la puerta a prolongar el programa de compra de bonos podría ser positivo para que los inversores recuperen el interés por el riesgo. En este sentido una eventual continuación de la Operación Twist antes que una QE3 parecía más beneficioso. En primer lugar, porque el deterioro económico de Estados Unidos no era tan severo como para poner a funcionar la máquina de imprimir billetes. Y, en segundo término, porque, como hemos tenido ocasión de analizar, las dos rondas de estímulo cuantitativo que puso en marcha la FED generaron mucha más polémica que la Operación Twist.

Lo cierto es que, con fecha 20 de junio de 2012, la FED acordó ampliar su programa ‘Operación Twist’ hasta finales de 2012 por un valor de unos 267.000 millones de dólares (211.000 millones de euros), debido a la desaceleración del crecimiento económico. Se extendió así hasta finales de 2012 el citado programa de compra de bonos del Tesoro a largo plazo mediante los rendimientos de la venta de los títulos a corto plazo que tiene en su cartera. No obstante la cantidad que la FED acordó destinar resultaba inferior al volumen del plan aprobado en septiembre de 2011, que estuvo valorado en 400.000 millones de dólares.49Ahora bien, a pesar de esta extensión acordada por la FED de la Operación Twist (venta de bonos del Tesoro a corto plazo y uso de los fondos recaudados para comprar deuda a más largo plazo), la Reserva Federal bajó el listón de la aplicación de nuevas medidas, señalando en su Comunicado que estaba dispuesta a hacer más para favorecer "una recuperación econó-mica más sólida y una mejora prolongada de las condiciones del mercado laboral". Y, en las previsiones publicadas al respecto, la FED explicó que la tendencia en los cálculos de los miembros del Consejo sobre la tasa de

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desempleo a finales de 2012 oscilaba en un rango de entre el 8% y el 8,2%, frente a entre el 7,8% y el 8% que vaticinaban en abril de 2012. El índice de paro se situó en mayo de 2012 en el 8,2%. En este sentido, unas futuras actuaciones de la FED para afrontar esta situación podrían conducir hacia una tercera ronda de medidas de expansión cuantitativa (QE3), lo que implicaría compras directas de bonos del Tesoro y, especialmente, de valores respaldados por hipotecas.50Como ya se ha analizado, el principal objetivo perseguido con la aplicación del mecanismo de la Operación Twist fue flexibilizar la refinanciación de hipotecas y rebajar los costes de los préstamos que conceden los bancos, al rebajar los tipos de interés a largo plazo. Y es que la aplicación de la citada medida habría de posibilitar rebajar las presiones en los tipos de interés a largo plazo y ayudar a que las condiciones financieras generales sean más expansivas.

Ciertamente a través de la aprobación de los programas QE1 y QE2 los mercados lograron descontar acontecimientos para adelantarse a la oficialidad de los mismos. Y, en este sentido, había que plantearse si una eventual implantación por parte de la FED de un QE3 como medida monetaria expansiva podía terminar devaluando igualmente al dólar, al imponerse una presión vendedora que debilitaría a la divisa norteamericana, favoreciendo al euro. Téngase presente además que dichos programas han provocado una inflación de activos con riesgo, con incremento de la propensión marginal al riesgo de los...

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