¿El antropoceno y el fin de la biodiversidad?
| Autor | Agustín García Ureta |
| Cargo del Autor | Universidad del País Vasco/Euskal-Herriko Unibertsitatea |
| Páginas | 163-194 |
¿EL ANTROPOCENO Y EL FIN
DE LA BIODIVERSIDAD?
Agustín
GARCÍA URE TA
*
Universidad del País Vasco/Euskal-Herriko Unibertsitatea
I. INTRODUCCIÓN: LA REALIDAD Y LA TENDENCIA
A PROCRASTINAR
1. La realidad
1. La capacidad de la humanidad para afectar negativamente al
entorno resulta cada día más conocida. Ha sido durante el siglo
XX
cuando la constatación de los daños causados al medio ambiente se ha
documentado con mayor precisión, en parte por un mejor conocimiento
del entorno y, en particular, porque la capacidad de afección ha aumen-
tado exponencialmente. Cualquier persona que se asome a los sucesivos
el caso de la biodiversidad, esta circunstancia resulta especialmente
grave, con un evidente declive de hábitats y ecosistemas y unas ratios
de desaparición de especies que no se habían podido apreciar hasta
estos tiempos. Cierto es que se siguen desconociendo muchos aspectos
de los sistemas ambientales 1, ya no solo los mecanismos atmosféricos
* El autor agradece a Marta Múgica (Europarc-España) la información y referencias pro-
porcionadas. Errores u omisiones son solo atribuibles al primero.
1 La Comisión señala en el caso español que «tiene el mayor porcentaje de evaluaciones
-
madamente el 25 por 100) entre los Estados miembros». Documento de trabajo de los servicios
de la Comisión, «Revisión de la aplicación de la normativa medioambiental de la UE Informe
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y oceánicos sino, en particular, las especies que están presentes en el
planeta. En efecto, de acuerdo con las estimaciones actuales, existen
casi nueve millones de especies, de cuales solo se conocen menos
de dos millones. Por tanto, aproximadamente más un 80 por 100 de
las especies terrestres y un 91 por 100 de las marinas (todavía más
desconocidas) está esperando su catalogación (si es que esta pueda
llegar a efectuarse algún día) 2. El cambio climático está acelerando
el incremento de temperaturas, trayendo con ello importantes varia-
ciones en los procesos reproductivos de las especies 3, así como en su
distribución, y, en última instancia, en su capacidad para adaptarse a
una nueva situación, lo que no se logrará en numerosos supuestos 4. El
hecho de que el cambio climático afecte a los procesos atmosféricos
(v. g., sequías o inundaciones) plantea una mayor presión sobre la
biodiversidad, en la medida en que la humanidad quiera asegurar su
propia existencia a costa de ella 5. En realidad, ya se está produciendo
una adaptación a la variabilidad de las estaciones (v. g., adelanto de
siembras o empleo de semillas más resistentes). En este contexto ha
(a pesar de las discusiones sobre cuándo haya podido tener lugar) 6 que
se caracteriza, precisamente, por los efectos de la huella de la huma-
nidad en los ecosistemas terrestres o marinos (v. g., la presencia de
residuos en la fosa de las Marianas o el estado del Lago Baikal) 7. El
hecho de que diversas especies se encuentren afectadas por tal huella
(v. g., insectos) 8 puede tener serias consecuencias sobre procesos que,
simplemente, se han dado por naturales en la historia de la humanidad
de España que acompaña al documento Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo,
al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones Revisión de
la aplicación de la normativa medioambiental de la UE: problemas comunes y cómo combinar
2 C.
MORA
et al., «How Many Species Are There on Earth and in the Ocean?», 2011, 9
PLoS Biol: e1001127. doi:10.1371/journal.pbio.1001127.
3 D.
LAFFOLEY
y J. M.
BAXTER
(eds.), Explaining ocean warming: Causes, scale, effects
and consequences (IUCN, 2016); -
ments/2016-046.pdf. A.
TROUWBORST
, «Transboundary Wildlife Conservation in A Changing
Climate: Adaptation of the Bonn Convention on Migratory Species and Its Daughter Instruments
to Climate Change», Diversity, 2012, 258.
4 E.
KOLBERT
, The Sixth Extinction: An Unnatural History, Henry Holt, 2014, p. 189.
5 D. A.
FARBER
, «Separated at Birth? Addressing the Twin Crises of Biodiversity and
Climate Change», Ecology Law Quarterly, 2016, 841.
6 L.
SIMON
, S. L.
LEWIS
y M. A.
MASLIN
Nature, 2015,
p. 171.
7 A. J.
JAMIESON
, «Bioaccumulation of persistent organic pollutants in the deepest ocean
fauna», Nature Ecology & Evolution, 1, 2017, 0051; New York Times, «Vast and Pristine,
Russia’s Lake Baikal Is Invaded by Harmful Algae», 14 de noviembre de 2016; https://www.
nytimes.com/2016/11/15/science/lake-baikal-russia-algae.html.
8 C. A.
HALLMANN
et al -
sect biomass in protected areas», 2017, PLoS ONE12(10): e0185809. https://doi.org/10.1371/
journal.pone.0185809.
¿EL ANTROPOCENO Y EL FIN DE LA BIODIVERSIDAD? 165
(polinización) 9. Ciertamente, la situación de la biodiversidad no de-
pende únicamente de aquellas actuaciones que directamente le puedan
afectar, sino de una plétora de causas que inciden sobre ella en un
mundo que no conoce de posibles fronteras ante la proliferación de la
contaminación en sus diversas manifestaciones y otros fenómenos fuera
de control (v. g., un tsunami tiene como efecto añadido que las especies
viajen a otras latitudes situadas a miles de kilómetros de distancia, sin
que poco se pueda hacer para evitar tal «invasión») 10.
2. Conjugando el verbo procrastinar
reconducir la situación descrita, se ha tomado como ejemplo a la Unión
Europea (UE). Sin negar los compromisos adquiridos (a diferencia de
otras jurisdicciones en las que los procesos son los contrarios) 11, las me-
la tendencia a conjugar el verbo procrastinar (del latín cras, mañana)
como mecanismo para demorar la toma de decisiones o para acogerse a
esquemas temporales amplios, posiblemente a sabiendas de que, incluso
con ellos, no se puedan cumplir los compromisos adoptados (y, claro,
sin que los poderes públicos actuales tengan que responder). Así, como
es sabido, la UE adoptó en 2001 el objetivo de poner «freno al declive
de la biodiversidad [en la UE] (...) para 2010» y «recuperar los hábitats
y sistemas naturales»]. En 2011 la constatación fue que tal objetivo no
se había logrado, lo que llevó a las instituciones europeas a adoptar un
nuevo marco temporal, esta vez 2020, con el compromiso de detener la
pérdida de la biodiversidad y la degradación de los servicios ecosistémi-
cos de la UE, y restaurarlos «en la medida de lo posible». Por tanto, ya
no se trataba de frenar una pérdida incesante sino también de restaurar
9 Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services (IP-
BES), «The assessment report of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity
and Ecosystem Services on pollinators, pollination and food production» (2016), Secretariat
of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services,
Alemania; accessible en -
ters_pollination_20170305.pdf. Sobre los efectos de los pesticidas empleados a escala industrial
y su aparente necesidad a toda costa en la agricultura, A. M.
MILNER
e I. L.
BOYD
, «Toward
pesticidovigilance», Science, 22 de septiembre de 2017, vol. 357, Issue 6357, pp. 1232-1234.
10 J. T.
CARLTON
et al., «Tsunami-driven rafting: Transoceanic species dispersal and im-
plications for marine biogeography», Science, 29 de septiembre de 2017, vol. 357, Issue 6358,
pp. 1402-1406.
11
de importancia natural requerida por la correspondiente orden ejecutiva; https://www.whitehouse.
-
ties-act; https://www.washingtonpost.com/national/health-science/under-scott-pruitt-a-year-of-
tumult-and-transformation-at-epa/2017/12/26/f93d1262-e017-11e7-8679-a9728984779c_story.
html?hpid=hp_hp-top-table-main_pruittimpact-1141am%3Ahomepage%2Fstory.
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