Antecedentes históricos y normativos a la Ley de Jornada de la Dependencia Mercantil (1900-1918)

AutorMª Jesús Espuny Tomás - Guillermo García González - Olga Paz Torres
Páginas45-92

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2.1. La acción sindical

El estamento mercantil se encuentra disperso en multitud de pequeños establecimientos, aspecto que favorece el individualismo. La ausencia de conciencia asociativa de la dependencia mercantil, que se ha desarrollado en el capítulo anterior, se transforma en acciones encaminadas a reivindicar el lugar diferenciado de aquella dentro de la sociedad trabajadora. A pesar de ello empiezan a aparecer grupos con voluntad de encaminar a los trabajadores mercantiles hacia una acción sindical, como la Unió Ultramarina (1902), o la Associació de la Dependència Mercantil (1898), sin duda la más activa durante los primeros años del siglo XX, que bajo la dirección del socialista Badia Matemala, participó en la fundación de Solidaritat Obrera en190770. Otro ejemplo significativo es la Primera Asamblea de Dependientes del Comercio y de la Industria de Cataluña, celebrada en Barcelona los días 12 y 13 de abril de 1913.

La mentalidad de los trabajadores mercantiles analizada no favorece su integración en una acción sindical. Se consideran una "aristocracia obrera", un grupo distinto del resto de los obreros de fábrica, quienes a su vez los ven como un apéndice de la patronal. La ambición del dependiente catalán es llegar a ser el dueño de un comercio o a ascender en la escala profesional: "El joven meritorio que entra hoy en el escritorio o en el almacén, puede ser el día de mañana el jefe de la casa comercial"71.

En líneas más generales, el sindicalismo mercantil experimenta notables dificultades internas hasta 1914. El período de la Gran Guerra y la crisis de los años veinte provocan un aumento de dependientes, procedentes de la migración interior de Cataluña. El cambio del panorama se produce, entre otras causas, por la inflacción, la disminución del poder adquisitivo de los salarios de los empleados mercantiles, la concentración empresarial y la creación de

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grandes almacenes. A partir de entonces se manifiestan las tendencias sociales más radicales entre los dependientes. Cada vez era menos factible su ingreso en la burguesía a causa de las escasas posibilidades de obtener un capital. La aparición del Sindicato Mercantil de la CNT a finales de 1918, el surgimiento de una minoría joven de oposición a la dirección del CADCI y la creación de la Federación de Dependientes de Cataluña en enero de 1921, son ejemplos de la sindicalización creciente de los trabajadores mercantiles y de su toma de conciencia de clase, que después del paréntesis de la Dictadura de Primo de Rivera, se acentúa durante la Segunda República con el Front Únic de Treballadors Mercantils72.

Un ejemplo de la falta de interés de los dependientes de comercio de pertenecer a ninguna asociación aparece en un artículo de Nuestro Programa, que reproduce el encuentro entre dos trabajadores mercantiles en la Rambla barcelonesa, lugar tradicional de paseo después del cierre de las tiendas. El diálogo denota la apatía del que manifiesta no hallarse asociado por la lucha de sus derechos: "El descans dominical el compleixo amb tota regla, a les vuit en punt surto de la botiga, el sou mínim, no m’interesa".

La primera Asociación de la Dependencia Mercantil se forma en el año 1899 por un grupo de dependientes que establecen su sede en la calle Elisabets de Barcelona. Allí germinaron las primeras campañas en beneficio del proletariado mercantil, y surgió el programa que sirve de lema a la asociación: "Descanso Dominical, Limitación de horas de trabajo, Vida Externa, Salario Mínimo". El portavoz es Nuestro Programa, un periódico quincenal en la primera época, a partir de 1902, y mensual desde julio de 1914, cuando inicia una nueva etapa. Los días 23 al 25 de octubre de 1902 se celebra en Barcelona una asamblea donde asisten delegados de la mayoría de sociedades de dependientes de España, en la que se firma un pacto federativo que las aglutina a todas en la Federación Nacional Española de Dependientes73.

A principios de marzo de 1903, en el café de Els Quatre Gats se funda el CADCI. Los catorce dependientes que firmaron el acta constitutiva manifestaron su voluntad de crear una fuerza más que luchara por las reivindicaciones catalanas, y acertaron al ofrecer un proyecto que ligaba perfectamente con las condiciones y expectativas de los trabajadores mercantiles de la época: la instrucción como elemento de promoción, el mutualismo, el deporte, el excursionismo y el nacionalismo dentro de un estilo unitario y pluralista. Los estatutos configuraban una entidad estructurada en secciones permanentes, representadas en el consejo directivo del Centro, y subsecciones representadas en las juntas directi-

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vas de cada sección permanente. El catalán era la lengua oficial. El boletín Acció del Centre Autonomista de Dependents del Comers y de l´Indústria es su portavoz. A las tres primeras secciones permanentes de Propaganda Autonomista, Educación e Instrucción y Socorros Mutuos, se añaden a partir de 1910 la de Deportes y la de Relación y Trabajo, que más tarde se llamará de Organización y Trabajo, y que juega un papel importante en todas las cuestiones sociales que afectan a los trabajadores mercantiles74.

La única asociación catalana de dependientes de comercio, que se califica como sindicato, es la Unión Profesional de Dependientes y Empleados de Comercio de Barcelona, adherida a la acción y al programa sindicalista del Secretariado de Obras Sociales de Barcelona. Tiene su domicilio social en el primer piso del número 12 de la calle Duque de la Victoria de Barcelona. Su objeto es el estudio y la defensa de los intereses profesionales de los socios a través del fomento de la instrucción, de la realización de conferencias dirigidas a "elevar la cultura de clase", del apoyo a la resolución pacífica de los conflictos, y de la ayuda en cuestiones legales y pecuniarias de los socios, entre otras. También constituyen objetivos de primer nivel lograr la influencia para que se ordenen las condiciones de trabajo en diferentes aspectos: jornada, descanso dominical, higiene, etc, así como la realización de acciones encaminadas a las reformas sociales y a la promulgación de leyes conformes a las exigencias de la dependencia mercantil75.

Las diversas categorías que forman este grupo social provocan también una proliferación de asociaciones. Los medios que utilizan son prácticamente idénticos: instrucción y acción social. Los socios numerarios y activos son los trabajadores asalariados, pero existen también socios protectores, de otros nucleos profesionales o antiguos socios76.

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2.2. La educación, la instrucción y la acción social

Los bajos índices de alfabetización de las clases obreras y campesinas se traducen en un analfabetismo en las ciudades del 17 por ciento de la población, siendo los porcentajes mucho más elevados, alrededor del 80 por ciento, en las zonas agrícolas. Si bien, y sin perder de vista estos datos, con los pocos medios de que disponen, los trabajadores llevan a cabo una tarea significativa desde el punto de vista educativo. Entre los centros culturales creados por los trabajadores en Barcelona, destacan el Ateneu Català de la Classe Obrera y la Aliança del Poble Nou. No se puede tampoco olvidar la tarea que lleva a cabo Josep Anselm Clavé quien, con el en su objetivo de "arrancar al obrero de la taberna", organiza y da vida a los famosos coros y orfeones, que jugaron un papel muy importante en las barriadas barcelonesas, extendiéndose por las demás poblaciones catalanas.

Estas iniciativas no evitan que el aprendiz que llega a la ciudad procedente del medio rural, con una escasa escolarización e inexperiencia en el mundo urbano, sufra a menudo las consecuencias de la falta de instrucción77. Tampoco ayuda a subsanarla la rápida inserción en el mundo laboral del comercio, con largas jornadas de trabajo, sin descanso dominical, con escasa o ninguna retribución durante los primeros años, aspectos todos ellos que no le permiten formarse.

Para conseguirlo, se presentan programas con conferencias educativas, visitas culturales y, sobre todo, la implantación en las entidades asociativas de secciones de estudios mercantiles donde, como hemos visto en el informe sobre las actividades docentes de las dos asociaciones catalanas de la Cámara de Comercio de 1912, se imparten también clases de idiomas78. La enseñanza de las Escoles Mercantils Catalanes, de la Sección de Instrucción y Educación que dependen del CADCI y de la Asociación de la Dependencia Mercantil, permiten un reciclaje para asumir una categoría superior en un gran almacén, o para abandonar el mostrador de una tienda y pasar a un escritorio o a una oficina. Las clases nocturnas y las cuotas módicas favorecen la asistencia de trabajadores mercantiles79.

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Dentro de las asociaciones se da mucha importancia al ejercicio físico, que se concentra en la práctica de la gimnasia o de algún deporte, extremo que justifica la relevancia que llegan a alcanzar las secciones de deportes y excursiones80.

En otro orden de cosas, el establecimiento de un régimen de prestaciones mutuas es el complemento del proyecto asociativo y social. Tienen...

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