Ante el alud inmigratorio: pacto de Estado y de UE o fracaso total de cualquier medida

AutorEduard Sagarra Trias

Ante los luctuosos sucesos de Ceuta y las avalanchas humanas en Melilla, cabe preguntarnos si es posible, hoy, poner puertas al campo o fronteras en el mar Mediterráneo y en el Océano Atlántico para atajar la previsible, probable y segura entrada ilegal de inmigrantes irregulares desde el norte y el oeste de África, dirigidos y liderados con sagacidad por los mercaderes de esclavos como lo son “las mafias”.

Sobre lo ocurrido en Ceuta, el Ministro del Interior de España justificó, en un primer momento, el uso de medidas de prevención y protección de las fronteras, defendió la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado y a la guardia civil por el uso de pelotas de goma “disuasorias”; pero lo que fue sorprendente es que inventó un concepto nuevo y “alegal” de frontera marítima, que entiendo, no es acorde con el derecho internacional ni con el derecho del mar, y a la par es contraria al derecho Internacional de los derechos humanos. El derecho del mar obliga al socorro y salvamento de cualquier persona esté donde esté, y sea del color o religión que sea, esté embarcado, sea polizón o llegué a nado a una costa. Con posterioridad a esta osada teoría, el delegado del Gobierno en Ceuta, Antonio González, afirmó que quien “llegue a una playa española no significa que esté en España”. Ante ello debe de afirmar y recordar a aquella autoridad que, de acuerdo con el derecho internacional público general, el territorio de un Estado y donde ejerce su soberanía y competencia territorial y personal está integrado por el territorio terrestre, el marítimo y el aéreo, sin exclusiones temporales o coyunturales.

Afortunadamente tras algunas diferencias con las autoridades europeas, las ONG y las asociaciones defensoras de los derechos humanos, otras fuerzas políticas españolas y no españolas, finalmente el Ministro del Interior reconsideró su posición inicial, reconoció el uso injusto de las medidas disuasorias que comprendían el uso de las pelotas de goma , pero lo más importante es que puso manos a la obra en buscar salidas al alud humano previsible .Sin embargo nadie ha resultado ni culpable ni puestas en entredicho oficial las autoridades que ordenaron el uso de escopetas con pelotas de goma contra quienes intentaban alcanzar la “playa y costa española” a nado. La intención, loable, era ver como se podía recomponer y afrontar este puzzle, impenitente y difícilmente solucionable, de la afluencia masiva de inmigrantes.

Todos en este país sabemos que no...

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