Los agentes inteligentes y el futuro de la identidad

AutorThierry Nabeth y Claudia Roda
CargoINSEAD

Los nuevos servicios "inteligentes" que explotan información personal

Muchos comentaristas están ya describiendo algunos de los detalles de cómo Internet puede pasar de ser un medio pasivo, al que se le transfieren datos, a ser una "web semántica" más inteligente y que tenga incorporado conocimiento. Por ejemplo, Tim Berners-Lee, inventor de la World Wide Web, lo define así: "El poder real de la web semántica se conocerá cuando haya gente que cree numerosos programas capaces de capturar el contenido de la web desde diversas fuentes, procesar la información e intercambiar los resultados con otros programas. La eficacia de tales agentes de software crecerá exponencialmente a medida que estén disponibles más contenidos en la web, legibles por ordenador, y más servicios automatizados (incluyendo otros agentes)".

Los "agentes inteligentes" artificiales permitirían ofrecer servicios individuales muy personalizados, que ayuden a los usuarios en una amplia gama de actividades, y servicios orientados a grupos que faciliten las interacciones sociales

Podemos imaginar fácilmente algunas de las categorías de servicios radicalmente nuevas, que los agentes artificiales podrían ayudar a implementar, y sus posibles beneficios para los individuos y para la sociedad: primero, agentes altamente personalizados, que ayudan a los usuarios en una variedad de actividades personales diferentes; segundo, agentes sociales que se instalan en "espacios sociales" digitales para facilitar las interacciones sociales.

En concreto, la primera categoría de agentes consiste principalmente en guías y ayudantes capaces de lograr una buena comprensión del usuario, prever sus necesidades y expectativas y tomar decisiones en su nombre. Un ejemplo de un agente de este tipo sería un tutor interactivo en línea, que conociese las aptitudes y cualificaciones actuales del usuario, sus objetivos y su estilo de aprendizaje, y que fuese capaz de utilizar este conocimiento para proponer la estrategia de aprendizaje más adecuada para cada usuario. El agente continuaría después apoyando al usuario en la ejecución de esta estrategia, seleccionando y entregando el material de enseñanza más adecuado, midiendo la eficacia del proceso de aprendizaje e incluso dando ánimos al usuario. Otros tipos de agentes inteligentes podrían ayudar a la gente en su trabajo, en sus compras o en la elección de las actividades de ocio.

Los agentes sociales, por medio de técnicas tales como el "filtrado colaborador", podrían ayudar a formar grupos de personas con perfiles e intereses similares y por tanto a reunirlas

La segunda categoría incluye a "agentes sociales" que funcionan en "espacios sociales" digitales, tales como "plataformas comunitarias virtuales", y cuyo papel es facilitar un proceso de interacción social. Por ejemplo, la función de alguno de estos agentes es alentar la formación de grupos conectando usuarios con perfiles e intereses similares (lo que se conoce, con frecuencia, como filtrado social o colaborador1). La función de otros agentes sociales es fomentar el intercambio de conocimiento y la colaboración, lo que llevan a cabo favoreciendo la transparencia. En la práctica, estos agentes detectan y muestran la actividad de los usuarios (por ejemplo: quién es activo, quién contribuye, quién es fiable) en los "espacios sociales" digitales. Un ejemplo concreto de esta última categoría de agentes puede encontrarse en el sistema de subastas de eBay o en el mercado independiente eLance, que siguen la historia de las transacciones de todos los participantes (compradores y vendedores), y que ayudan a la gente a formarse una opinión sobre la fiabilidad de establecer una transacción o una relación comercial con otra parte.

¿Qué implicaciones tienen los agentes artificiales para la identidad de las personas?

La identidad, en este contexto, se refiere a algo más que solamente la "información sobre la identidad" (tal como el número de la seguridad social o el código de identificación fiscal de una persona). Más bien representa un concepto más general que se relaciona con el desarrollo del individuo y su sentido de pertenencia. Además, la próxima generación de agentes artificiales personales o sociales no debería confundirse con los "brujos antropomorfos" básicos (tales como los agentes de Microsoft) que proporcionan ayuda en algunas tareas sencillas y muy concretas. Los agentes "inteligentes" desarrollan un conocimiento muy profundo de los usuarios con el fin de proporcionar una guía sofisticada en áreas esenciales de sus vidas (por ejemplo ayudando al usuario a través del proceso educativo o iniciando y apoyando el desarrollo de una relación humana).

En este contexto, los agentes artificiales, con una comprensión de los individuos y de los contextos sociales, pueden tener importantes implicaciones para la identidad personal, tanto a nivel individual como social.

Los agentes artificiales, con una comprensión de los individuos y de los contextos sociales, pueden tener importantes implicaciones para la identidad personal, tanto a nivel individual como social

A nivel individual, los agentes personales pueden transformar la propia construcción personal de los usuarios, creando un alter ego simbiótico. En la práctica, los agentes personales pueden contribuir al autodesarrollo de un individuo, proporcionando retroalimentación y guía y liberando al usuario de las tareas repetitivas. Estos agentes pueden tener también algunas implicaciones negativas, tales como el riesgo de pérdida de autonomía del usuario y de excesiva dependencia ("delegar demasiado en los agentes puede significar que dichos agentes no sigan la trayectoria del individuo en la vida"). Pueden asimismo fomentar la aparición en la sociedad de actitudes pasivas ("por qué preocuparme de hacer un esfuerzo") e individualistas ("no necesito a otras personas").

Aunque el papel de un agente artificial puede no diferir fundamentalmente del de los agentes humanos, tales como amigos o instructores, su disponibilidad probablemente dependerá menos de factores socioeconómicos

La influencia que los agentes artificiales puedan tener en los individuos no es de naturaleza muy diferente de la de los agentes humanos, tales como compañeros, amigos o instructores. Los buenos agentes humanos, sin embargo, pueden ser difíciles de encontrar incluso entre las clases sociales relativamente favorecidas (pocos pueden permitirse un tutor personal, desarrollar una relación de confianza puede llevar tiempo, y gestos aparentemente "amistosos" pueden obedecer a otros motivos). Además, los agentes humanos accesibles a un individuo reflejan con frecuencia (y perpetúan) las circunstancias socioeconómicas del mismo. Hay razones para creer que los agentes artificiales son menos propensos a estas dificultades, incluso teniendo en cuenta que los individuos más ricos pueden disponer de agentes personales más sofisticados.

Finalmente, hay que destacar que, en algunos casos, los agentes artificiales pueden desempeñar un papel que el individuo no encontraría en un agente humano. Por ejemplo, las personas tienden a compartimentar su vida (separando la laboral, familiar, de ocio), a fin de preservar algunas áreas de libertad, y por lo tanto pueden no querer desvelar a un solo agente humano toda la información sobre sus "múltiples identidades". Además, hay ciertos límites en lo que un ser humano quiere desvelar a otro ser humano (debido a la autoestima, la timidez, la vergüenza, etc.). Estas restricciones es menos probable que se den en el caso de un agente artificial.

Al permitir que los usuarios mejoren sus interacciones sociales, tales agentes artificiales podrían ser especialmente útiles para los usuarios con capital social limitado

A nivel social, los agentes sociales pueden transformar radicalmente la dinámica de las interacciones sociales, y en consecuencia el desarrollo de la(s) identidad(es) social(es) del usuario.

Primero, porque el usuario puede obtener un apoyo personal para sus actividades relacionadas con lo social (consiguiendo asesoramiento sobre cómo comportarse en sociedad y cómo forjarse relaciones útiles con otros, delegando en algunos agentes tareas relacionadas con la actividad social, tales como la selección de los contactos sociales). Las consecuencias pueden ser variadas: en primer lugar, los agentes ayudarán al usuario a mejorar la calidad de sus interacciones sociales. En particular, los agentes podrían beneficiar a las categorías de usuarios con acceso limitado al capital social2, que no tienen la posibilidad de encontrar en su ambiente un mentor "humano" que les ayude a "encontrar su lugar" en la sociedad. En segundo lugar, los agentes permitirán que el usuario maneje más eficazmente la interacción social. Por ejemplo, los agentes pueden actuar como "delegados" de un usuario y ayudarle a manejar un mayor conjunto de identidades. Pero las consecuencias también podrían ser negativas: los agentes pueden reducir las posibilidades de "encuentros por casualidad" e introducir otro obstáculo a la diversidad de la interacción social.

Segundo, porque algunos agentes artificiales ayudarán a conseguir que el proceso de interacción social sea más transparente (detectando y mostrando el comportamiento de la gente) y eficiente (menos arriesgado). La transparencia social generada por los "agentes sociales" en el espacio social digital transformará ciertamente el comportamiento del usuario, por ejemplo proporcionando información más fiable sobre otras personas, con lo que el usuario puede más fácilmente establecer una interacción/transacción con ellas; por otro lado, el conocimiento de que sus acciones personales quedan registradas y puestas al alcance de otros durante un largo período de tiempo, puede también entorpecer sus acciones (los errores pueden no ser perdonados con facilidad en un sistema que no olvida). Como ha ocurrido con otros sistemas de control en el pasado, sin embargo, es probable que las personas y la tecnología encuentren vías para evadir/desorientar al sistema de control, especialmente a medida que aumenten las ventajas de estos evasores.

La consecuencia de esta "transparencia social" puede ser un incremento de presión del entorno en estos espacios sociales, cuyo resultado puede ser un cumplimiento más rígido y una homogeneización de los valores sociales existentes, que conduzca potencialmente a una mayor conformidad y que limite la aparición de nuevos valores.

Entre los inconvenientes, la "transparencia social" que tales agentes introducen puede llevar a una mayor presión del entorno hacia una uniformidad en los valores sociales

Las implicaciones exactas (ya sean positivas o negativas) de los agentes artificiales para la identidad de las personas son extremadamente difíciles de determinar, y dependerán de un conjunto complejo de factores que incluye la funcionalidad que estos agentes proporcionan y su capacidad de satisfacer las necesidades y deseos de la gente (tales como realización personal, seguridad, esfuerzo reducido, relaciones interpersonales); la percepción por la gente del valor de los análisis de riesgo/beneficio que pueden obtener de estas funcionalidades; y las limitaciones sociales, tecnológicas y económicas.

Captura, manejo y protección de la información personal

La información personal incluye potencialmente toda la información que se relaciona directamente con un individuo concreto y que puede ser explotada para ofrecer servicios que tengan en cuenta las características de dicho individuo. Cuanta más información de un usuario concreto pueda extraer un agente personal, más capaz será de ofrecer algo que satisfaga adecuadamente las necesidades del usuario. Del mismo modo, cuanta más información tenga un agente social sobre un grupo de usuarios, más eficaz será este agente a la hora de apoyar sus interacciones sociales.

La información personal cubre una amplia gama de aspectos, y cuanta más información tenga un agente más eficazmente podrá operar tanto a nivel individual como de grupo. Sin embargo, al mismo tiempo, esto plantea problemas de privacidad

La información del usuario cubre un espectro muy diverso de facetas tales como su identidad (su nombre, dirección, número de teléfono, correo electrónico), preferencias (por ejemplo qué tipos de letra prefiere, grandes o pequeños), aptitudes y cualificaciones (en qué campos tiene experiencia, qué títulos universitarios posee, etc.), intereses (qué áreas le motivan), metas y expectativas (¿tiene un "programa" para su carrera o su desarrollo vital?), personalidad (introvertida o extrovertida), estilo cognitivo (le gusta la abstracción o se siente más cómodo con los casos concretos) o actitud (acepta riesgos o los evita).

La captura de la información sobre el usuario puede tomar una variedad de formas distintas, desde la más sencilla que consiste en pedir al usuario que introduzca la información manualmente, hasta técnicas más avanzadas mediante las cuales se extrae información de las bases de datos, o incluso técnicas muy sofisticadas, por las cuales las acciones de los usuarios se registran automáticamente y la información se extrae y clasifica utilizando herramientas de captación de datos.

La información personal de un usuario es muy delicada y necesita ser protegida. En especial, es importante que el usuario tenga garantizado que la información muy personal (tal como su perfil psicológico) sólo se utilice dentro de los límites definidos. Esta clase de protección puede asegurarse por medios legales (en general, prohibiendo el registro de ciertos tipos de información privada). Sin embargo, la reglamentación excesiva en esta fase podría evitar el desarrollo de estos nuevos servicios, y sería más deseable que la protección se lograse mediante una combinación de tecnología (para manejar el almacenamiento y suministro de esta información de un modo seguro) e informando a los usuarios y poniendo el manejo de su información bajo su control (dejando muy claro qué sistemas tienen de hecho acceso a esta información personal).

Una combinación de soluciones tecnológicas y suministro de información y control a los usuarios es probablemente preferible a implantar reglamentaciones excesivas en esta fase

Conclusión: los agentes inteligentes representan una oportunidad, pero no carecen de riesgos

Los agentes inteligentes representan una oportunidad importante para el desarrollo de servicios radicalmente nuevos (guías, apoyos, etc.) que tienen la posibilidad de transformar (o incluso revolucionar) la vida individual y social de las personas. Representan una oportunidad para que los menos favorecidos puedan mitigar algunas de las limitaciones de su entorno tanto a nivel individual como social: (1) prestándoles asistencia individual (educación, asesoramiento, motivación) que, de otro modo, no podrían sufragar o a la que no podrían acceder y, (2) ayudándoles a adquirir aptitudes sociales y, en especial, a cómo relacionarse con otros y superar su carencia de capital social.

Los agentes inteligentes también representan una oportunidad para que la sociedad, en su conjunto, se beneficie de servicios más personalizados y más eficaces, y desarrolle una vida social más rica en los muchos espacios digitales que están emergiendo, y que ocupan, cada vez más, una parte mayor de sus vidas. En particular, ofrecen a los usuarios la posibilidad de desarrollar y manejar un conjunto de identidades mucho mayor y más diverso, incrementando así su nivel de realización personal.

Sin embargo, estos agentes también plantean varios riesgos; entre ellos: 1) riesgo de dependencia creciente del usuario; 2) transparencia creciente del comportamiento de las personas, pérdida de privacidad y posibilidad de ejercer un control social; 3) riesgos relacionados con la revelación de información personal.

Aunque las implicaciones precisas (positivas o negativas) de los agentes artificiales para el futuro de la identidad personal son aún algo confusas, algunas medidas preliminares pueden sugerirse, al menos, para facilitar el desarrollo de estos sistemas y al mismo tiempo limitar los riesgos, en particular el uso de medios tecnológicos para proteger la información, y fomentar la máxima transparencia en relación a cómo y por quién se accede a esta información personal.

Palabras clave

agentes artificiales, perfil del usuario, personalización, guía personal, transparencia social

Notas

  1. El filtrado colaborador es un modo de guiar las opciones de las personas, basándose en la información recogida de otras personas. El método básico incluye el registro de las preferencias de un amplio grupo de gente. Se selecciona un subgrupo cuyas preferencias sean similares a las preferencias de la persona a la que se va a ofrecer asesoramiento o recomendaciones. Se calcula una media (a ser posible ponderada) de las preferencias de tal subgrupo y la función de preferencia resultante se utiliza para hacer las recomendaciones.

  2. El concepto de capital social descansa en la idea de que las redes sociales tienen valor para sus miembros. Por tanto, el capital social se refiere al valor colectivo de todas las "redes sociales" (es decir a quién conocen los miembros de las redes) y las "normas de reciprocidad" entre los miembros de las redes, que dan forma a la extensión y tipo de acciones que están dispuestos a emprender unos por otros.

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