Advertencia previa: el lenguaje taurino y el conocimiento de la realidad social en que consisten los festejos taurinos populares

AutorMaría Medina Alcoz
Cargo del AutorDoctora en Derecho Profesor Ayudante Doctor de Derecho Civil Universidad Rey Juan Carlos, Madrid
Páginas101-102

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El presente capítulo está redactado a partir de una casi completa ignorancia sobre la fiesta de los toros y, en concreto, sobre los festejos taurinos populares. Pese a no ser aficionada a las corridas1, el análisis jurídico que realizo me ha obligado a adquirir un conocimiento mínimo sobre la consistencia y la estructura de estos festejos, en los que se producen accidentes que motivan las reclamaciones de los afectados. Sin él se corre el riesgo de que la falta de comprensión del supuesto de hecho se erija en factor distorsionador de la solución debida, según puede detectarse en algunas resoluciones judiciales que vamos a reseñar, dictadas, en unos casos, por el Tribunal Supremo, y, en otros, por las diversas Audiencias Provinciales.

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Por eso me he visto obligada a consultar de forma arbitrariamente selectiva algunas publicaciones referentes a tales regocijos, descubriendo su enorme variedad 2 y los problemas normativos que ésta genera. Ello me ha llevado a captar que estamos ante una realidad multisecular que se afirma frente a la uniformidad burocrática a la que ha sido tan propensa la Administración Central del Estado, mediante medidas prohibitivas, primero, y limitativas, después.

Como iremos viendo, el hiato existente entre la regulación administrativa de estos festejos y la multiforme realidad de su existencia ha repercutido en el tratamiento de la responsabilidad civil por los daños que se causan en ellos, al darse primacía, en muchos casos, a los incumplimientos de unas normas administrativas ajenas a la realidad regulada, sin que se haya valorado, por tanto, el sentido de la aceptación popular de unos festejos celebrados en tales condiciones. Pero, en los últimos años, se detecta un doble fenómeno positivo, pues, de un lado, los festejos se ajustan a unos requisitos administrativos estrictamente razonables (los relativos a la seguridad de las personas —participantes y terceros— y los relativos a la protección de las reses utilizadas, evitando los ensañamientos y maltratos); y, de otro, las regulaciones autonómicas se han adaptado, en general, a las exigencias sociales de las variadas tradiciones, suprimiendo las cortapisas y prohibiciones que, abstraídas de la realidad, eran sistemáticamente desatendidas por la población y por las autoridades locales.

Por otra parte, es sabido que «el planeta de los toros» 3 cuenta con su propio lenguaje. Toma palabras del lenguaje común y las dota de un sentido específico; y...

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