La administración digital y la buena administración. El mal funcionamiento de la administración digital

AutorMario Alguacil Sanz - Agustí Cerrillo i Martínez - Sandra González Aguilera - M. Ascensión Moro Cordero
Páginas84-87

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El principio de buena administración debe guiar las actuaciones de las Administraciones públicas en sus relaciones con la ciudadanía. Hoy día a través del reconocimiento de la buena administración se persigue dar una respuesta adecuada a las necesidades de la ciudadanía ante los nuevos retos a los que deben hacer frente las Administraciones públicas. En esta dirección, la buena administración se refiere al conjunto de valores desde los que la ciudadanía juzga la legitimidad de las Administraciones públicas.

La buena administración se instrumentaliza a través de diferentes principios y derechos. Así, por ejemplo, el Estatuto de Autonomía de Cataluña recoge el principio a una buena administración reconociéndolo como el derecho de todas las personas a que los poderes públicos las traten de una manera imparcial y objetiva, y que la actuación de los poderes públicos sea proporcionada a las finalidades que la justifican (artículo 30 EAC21). Asimismo, la Ley 26/2010, de 3 de agosto, de Régimen Jurídico y de Procedimiento de las Administraciones Públicas de Cataluña incluye, al regular el derecho a la buena administración, un amplio catálogo de derechos de los ciudadanos en sus relaciones con las Administraciones públicas entre los que se incorpora el derecho a que la actuación administrativa sea proporcional a la finalidad perseguida o el derecho a que las decisiones de las Administraciones públicas estén motivadas (artículo 2222).

Como recuerda la Recomendación (2007) 7 sobre buena administración del Consejo de Europa, "la buena administración depende de la calidad de la organización y la gestión que debe cumplir con requisitos de eficacia, eficiencia y relevancia a las necesidades de la sociedad". En esta dirección está ampliamente aceptado que gracias al uso de los medios electrónicos, las Administraciones públicas son más eficaces y eficientes, más abiertas y transparentes, más cercanas a los ciudadanos y facilitan la comunicación y la participación de estos en las Administraciones públicas. De este modo, los medios electrónicos constituyen un instrumento idóneo para lograr una buena administración. El uso de los medios electrónicos permite delimitar un nuevo contenido de la buena administración que aún tiene un acomodo muy incipiente en nuestro ordenamiento jurídico, pero que desde el punto de vista práctico ya se está desarrollando en numerosas Administraciones públicas.

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En efecto, si bien actualmente, aunque ya hay un reconocimiento formal de algunas...

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