Acoso laboral. ¿Víctima o Verdugo?
| Autor | José David Cuenca Gallardo |
| Páginas | 227-253 |
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ACOSO LABORAL:
¿Víctima y Verdugo?
José David Cuenca Gallardo38
RESUMEN
Con un recorrido sobre la situación actual en España, Europa y Estados Unidos sobre el
fenómeno del acoso laboral y sus desastrosas consecuencias en la figura de la víctima y los
efectos sobre la persona agresora, así como la evolución en la empresa, se aterriza en el
contenido.
Algunas teorías sobre liderazgo ayudan a conceptualizar este fenómeno desde la perspectiva
organizacional, mostrando cómo desde la cúspide de la empresa se pueden fomentar
conductas desadaptativas en las personas trabajadoras que conlleven el desarrollo de las
distintas formas de acoso laboral
Se tratarán brevemente los principales factores psicosociales que influyen en las
organizaciones y pueden provocar que tanto la víctima como el agresor acrecienten sus
conductas. Así como se hará un recorrido por las situaciones disruptivas en el entorno laboral
A lo largo de este capítulo se abordarán los hitos más destacados sobre el acoso laboral desde
la vertiente de la víctima y desde el agresor, considerando a este último también como una
víctima de la gran maquinaría de la organización sin olvidar la influencia de la sociedad en
el proceso de victimización de esta figura.
Se analizan en profundidad todos los aspectos relacionados con la víctima, sus efectos,
consecuencias, posibles rasgos de personalidad y la también posible aparición de trastornos
de personalidad asociados. Asimismo, se detallan algunos colectivos profesionales donde el
acoso laboral ocurre con asiduidad.
38 Psicólogo colegiado. Máster en Dirección de Recursos Humanos. Experto en Maltrato. Técnico y Auditor en
Prevención de Riesgos Laborales
Víctimas sociales y víctimas de delitos
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Para finalizar se detallan las posibles respuestas de adaptación, mecanismos de prevención
de conductas violentas, así como actuaciones que mejoren la situación de las personas
trabajadoras en las organizaciones.
INTRODUCCIÓN
La violencia es una característica más del ser humano, y por ello ha sido objeto de estudio
para profesionales de distintas ramas como son la Filosofía, la Política, la Religión y
fundamentalmente la Psicología, como ciencia encargada del estudio del comportamiento
humano.
Debido a la alta competitividad existente en el lugar de trabajo, donde las personas pasan
una gran cantidad de horas al día, que sirven para cubrir las necesidades más básicas del
“homo laboris”
, se ve comprometida la autoestima de la persona trabajadora, esto unido a la
posibilidad de actuar violentamente sin ser descubiertas en principio, y a la importancia /
responsabilidad del puesto de trabajo, constituyen los ingredientes para la aparición de
estrategias de acoso en las organizaciones. En los últimos tiempos ha ido en aumento
exponencial este tipo de comportamiento, generando unas consecuencias perjudiciales en
múltiples ámbitos de actuación, como se verá más adelante.
Se tiene constancia de que el etólogo Konrad Lorenz fue el primero en utilizar el término
“mobbing”
para referirse a las conductas agresivas de los grupos de animales que querían
expulsar a un intruso. Pero no fue hasta el comienzo de la década de los años 80 del pasado
siglo cuando el psicólogo alemán Heinz Leymann lo extrapoló a la psicología organizacional
(Leyman y Gustavson, 1984). El constructo en castellano
“acoso moral en el trabajo”
fue
presentado por primera vez en Hamburgo en el año 1983 en el Congreso sobre Higiene y
Seguridad en el Trabajo, para este autor este fenómeno surge de un conflicto que ha
degenerado y lo categoriza como una forma grave de estrés psicosocial.
SITUACIÓN ACTUAL
Los primeros países en tratar el estudio científico del
“mobbing”
fueron los del norte de
Europa, como Noruega (Matthiesen, Raknes, Rökkun, 1989; Kihle, 1990; Einarsen, Raknes,
1991; Olweus, 1993); Finlandia (Paananen, Vartia, 1991; Björkqvist et al., 1994) o Alemania
(Becker, 1993; Halama, 1995; Knorz y Zapf, 1996).
En la vertiente mediterránea, destaca la psicoanalista francesa Marie France Hirigoyen,
quien conceptualiza a la víctima de acoso moral libre de responsabilidad con respecto al
sufrimiento, por incitar ataques o por permitirlos de alguna manera, dejando de considerar
la situación como una relación sadomasoquista, en la que uno de los participantes juega un
papel activo.
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