I

AutorMiguel Ángel Loriente Rojo
Páginas70-79
MIGUEL ÁNGEL LORIENTE ROJO
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Esa gran renuncia se traduce, a su vez, en pequeñas re-
nuncias, sean éstas materiales o espirituales. Uno ha de acep-
tar que, a consecuencia del camino elegido, tendrá menos
tiempo para buscar pareja (si no la tuviese de antes), para
hacer deporte, para leer un libro, para ir al cine, para viajar,
para quedar con amigos… así como que accederá a su primer
coche o casa unos años más tarde que la mayoría de sus amis-
tades de igual edad (y lo mismo vale para el hecho de casarse,
tener hijos…).
Pero en definitiva, se trata de tener una visión a medio-lar-
go plazo. Porque como mencioné al principio, quizás todos
esos hitos en la vida de una persona, que en un opositor es
probable que sucedan más adelante, se produzcan rodeados
de un entorno de una mayor calidad de vida, a nivel personal
y económico. Así como estabilidad profesional. Baste echar
una mirada socioeconómica a nuestro país, que ha padecido
la peor crisis económica de las últimas décadas, con repercu-
sión en el mercado laboral, con tasas de paro desorbitantes.
Una crisis económica inesperada puede acabar con cientos o
miles de puestos de trabajo en la empresa privada. En clave
de oposición, como dice el viejo refrán «bien está lo que bien
acaba».
IDIOMAS
«Si habláramos un idioma diferente, percibiríamos un
mundo en cierto modo diferente»
(Ludwing Wittgenstein)
Lo cierto es que son pocas las oposiciones que exigen, pre-
vio examen, el conocimiento de algún idioma extranjero.
Como botones de muestra, podríamos mencionar las de Abo-

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