II

AutorEnrique Álvarez Cora
Páginas37-52

Page 37

1. Consuetudo (usus)

La costumbre prescribe por un uso continuado: Consuetudinis praescriptio usus continuationem exposcit (12). Ha de tratarse de un uso sin variaciones, de una observancia no diversa: Consuetudo ex his considerari non potest in quibus vsus varius obseruatioque diuersa contingit (30). El uso es un elemento sustancial configurador o generativo de la costumbre, mas no crea ni suprime por sí solo la costumbre: Consuetudo per non vsum, nec tollitur, nec inducitur (14); congruentemente, tampoco la falta de uso puede yugular la plasmación de la costumbre: Consuetudo non introducitur per non usum (15). Lo que concede el uso a la costumbre es una suerte de inimpugnabilidad: Consuetudo qui vsus est, non potest eam impugnare (53). Cuando la costumbre llega a identificarse con un uso longevo, consigue la autoridad máxima: Consuetudo & vsus longaeuus maximam habet auctoritatem (48).

Para que exista costumbre, al uso plural y persistente hay que añadirle una tácita voluntad, ambos respecto del pueblo o de su mayor parte: sicut est consuetudo quae tacita voluntate & vsu plurium inducitur: quia populi vel maioris partis eiusdem (16). La consuetudo no florece en virtud de una scientia superior: Consuetudo inducitur absque scientia superioris (2); la costumbre requiere el consentimiento del pueblo y no del príncipe: Consuetudo consensum populi requirit, & non principis (56). Así, la costumbre se impone a la utilidad pública: Consuetudo valet contra publicam vtilitatem (4); y prevalece siempre: Consuetudo semper praeualet (28). Por este motivo la validez de la costumbre vincula al príncipe, sobre cualquier otra prescripción jurídica: Consuetudo principem ligat, at princeps contra praescriptionem releuat

Page 38

(56); y en consecuencia la validez de la costumbre se mantiene a pesar de la ignorancia del príncipe: Consuetudo valet principe ignorante (7). El hecho de que el príncipe confirme la observancia de la costumbre local no significa que el rescripto regio pueda derogar la costumbre: Consuetudo localis a Rege confirmata seruari debet, nec rescriptum consuetudini derogat (56).

Sed – El príncipe puede suprimir la costumbre, aunque no pueda crearla: Consuetudines princeps tollere potest, & non nouas facere (56). En este sentido la costumbre es anterior a la ley regia: Consuetudo fuit primo quam lex regia (57). Y el ius generale puede derogar la costumbre especial: Consuetudinem specialem iuri generali derogare (66).

La costumbre declara un hecho (geminación del acto) y puede suprimir una obligación, a la manera del pacto: Consuetudo factum declarat, & obligationem tollit, velut pactum (56). Esto significa al alimón que la costumbre se manifiesta en su observancia y que en ella residen actos, positivos o negativos, implícitamente consecuentes con una permisividad de Derecho: Consuetudine quod seruatur, dicitur permissum de iure (26). De ahí que efectivamente se atribuya a la costumbre la fuerza jurídica del pacto, de la ley o del privilegio: Consuetudo habet vim pactis, legis, vel priuilegii (24). Por lo demás, en toda materia jurídica hay que atender al uso común de la expresión: Vsus communis loquendi in omni materia attenditur (28); este uso común de expresión, con el significado propio de las palabras, prevalece, en particular, a propósito de la materia odiosa: Vsus communis loquendi propriae uerborum significationi praeualet etiam in materia odiosa (28). Igual que la forma limita todo acto, la costumbre, así la mercantil, se interpreta estrictamente en cuanto a lo pertinente respecto de su materia: Consuetudo quae est in mercatoribus, intelligitur in his quae sunt pertinentis ad suam mercationem, & non ad alia (4).

La costumbre es considerada ius, en general: Consuetudo ius appellatur (40) Consuetudo venit iuris appellatione (40). Ahora bien, cabe que la costumbre, en concreto, se identifique con el estatuto: Consuetudines & statuta veniunt appellatione iuris (63). Esta concreción se antoja contradictoria (porque el estatuto se escritura) respecto de la especificación prevalente de la costumbre en calidad de ius no escrito: Consuetudo appellatur ius non scriptum (40). La caracterización no instrumentada, contra el fondo de la escritura eventual no imperativa, desemboca en la necesidad de la prueba de la costumbre: Consuetudo licet sit ius, tamen quia non scriptum, debet probari (16); prueba cuya

Page 39

necesidad se descarta cuando se trata de costumbre general y notoria: Consuetudinem loci generalem & notoriam non egere probatione (66). En definitiva, la escritura no cambia la naturaleza ni la persistencia de la costumbre: Consuetudo, & si fuerit in scriptis redacta, non amittit consuetudinis nomen (40); Consuetudo in scriptis redacta, nil minus dicitur ius consuetudinarium (58); Consuetudinem in scripturam redactam, nihilominus manere (66).

Si la costumbre es ius, genera ius, desparramada su esencia: Consuetudo facit ius (40). Así los iura resultan adquiribles en virtud de la costumbre vetusta: Consuetudine vetustissima regaliarum iura quaeruntur (30). Puede sostenerse que esta generación de ius sea una consecuencia de la observancia de la costumbre en calidad de ley: Consuetudo est pro lege seruanda, & ex ea ius oriri uidetur (69). En cualquier caso, se colige que la costumbre está en situación complementaria de derogar los iura: Consuetudo localis derogat iuribus feudorum (28). La validez de la costumbre contra ius procede de su exclusivo vigor: Consuetudinis vigore aliqua contra iuris dispositionem tolerantur, quae alias non tolerarentur (48); acaso requiere racionalidad: Consuetudo contra ius ita demum valet, si sit rationabilis (67); y de hecho así funciona, en efecto contra ius, con un plazo de prescripción de cuarenta años, o praeter ius, con un plazo de diez años: Consuetudo contra ius requirit 40. annos, praeter ius decem, si sit rationalis
(8), Consuetudo contra ius requirit 40. ann. (12). Mas en cualquier caso esta costumbre contra ius excluye la analogía y ha de interpretarse literal y restrictivamente: Consuetudo contra ius non extenditur ad casus similes, imo nec rationem minorem habentes (47), Consuetudo cum est contra ius, est restringenda, & tenenda in suis terminis (70). Acotando ahora el ius, la costumbre puede mutar el positivum: Consuetudine omne ius mere positiuum mutari potest (32), Ius positiuum omne mutari potest consuetudine (58), Ius positiuum consuetudine mutari potest
(58); y acotando todavía más, si la costumbre se mantiene persistente el ius scriptum no tiene por qué alterarla: Consuetudine stante uaria, non est a iure scripto recedendum (55).

Sed – La costumbre imita o se asemeja al ius: Consuetudo imitatur ius (40). No es válida la costumbre contra el Derecho divino: Consuetudo contra Ius diuinum nihil ualet (37); ni la contraria al Derecho natural: Consuetudo non ualet, vbi quid de iure naturali competit (56); ni contra el Derecho de gentes: Consuetudo contra ius gentium nihil potest (56). Tampoco tiene validez la costumbre opuesta al Derecho positivo, aunque puede que solo si la costumbre es irracional: Consue-

Page 40

tudo contra ius positiuum non valet, si sit irrationalis (57); lo mismo vale decir respecto de la corrección de la ley: Consuetudo irrationabilis, veluti quod inferior corrigat legem superiorem, non valet (46). Y no es válida la costumbre que contraviene el Derecho escrito: Consuetu-dines non valent contra Ius scriptum (41). La costumbre no puede yugular los iura quaesita: Consuetudine quaesitum ius non tollitur (30); ni es válida la costumbre que suprime el ius privado: Consuetudo quae tollit ius priuati non valet (57).

2. Consuetudines (usus)

La costumbre posterior elimina o se prefiere a la anterior: Consuetudo posterior praefertur priori (53); Consuetudo posterior praescripta tollere potest priorem (58).

Sed – Toda costumbre debe interpretarse conforme al resto de las costumbres, incluso si una de ellas opera contra el ius commune: Consuetudo una secundum aliam debet intelligi, etiam si ea sit contra ius commune (62).

La costumbre especial se impone o deroga la costumbre general: Consuetudo specialis generalem superat (30), Consuetudo specialis derogat generali (58).

Sed – La costumbre general de nueva generación, pero no la especial, suprime la costumbre: Consuetudo generalis necnon specialis de nouo inducta, etiam consuetudinem tollit (56).

La costumbre es suprimida por una costumbre contraria: Et ea quidem consuetudo contraria tollitur consuetudine (15).

Sed – La supresión de la costumbre antigua ha de legitimarse en una causa nueva: Consuetudinem antiquam ex causa noua licet omittere (30). Desde luego, esta causa justa es necesaria para mutar una costumbre inmemorial: Consuetudo immemorabilis sine causa mutari non debet (8); porque la costumbre vetustísima tiene la fuerza jurídica del asentimiento regio: Consuetudo vetustissima habet uim regij assensus (26).

Sed – Una observancia distinta de la costumbre da lugar a una causa justa de dispensa de la propia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR