Artículo 13. Técnicas terapéuticas en el preembrión.

AutorFernando Marina; Dra. Beatriz Verdera Izquierdo
Cargo del AutorEmbriologo Clínico; Profesora titular de Derecho Civil
Páginas203-211

Page 203

Comentario científico

Fernando Marina

Embriologo Clínico Director del laboratorio Instituto de Reproduccion CEFER

¿A que nos referimos con el término "técnicas terapéuticas en el preembrión"? En el propio artículo 13 define este término como toda intervención con fines terapéuticos sobre el embrión vivo in vitro. Estas intervenciones tendrán la finalidad de tratar o impedir la transmisión de enfermedades. Este objetivo puede ser conseguido pasando por la modificación de la constitución genética del embrión. Hasta la fecha, sólo se habían permitido técnicas de diagnóstico, pero, esta ley da un paso más y abre la posibilidad de tratar defectos genéticos para evitar que se desarrollen o transmitan enfermedades. Es importante que esta definición diferencie el hecho de tratar un embrión que sepamos con seguridad, por su dotación genética, que desarrollará una posible enfermedad, del hecho de impedir que un embrión transmita una enfermedad. En este último caso puede ser un embrión portador de la enfermedad, que si se trata de una enfermedad genética de herencia recesiva, el niño que naciera de este embrión Page 204 no sufriría la enfermedad pero la podría transmitir a sus hijos. Recordemos que la especie humana posee 23 pares de cromosomas. Tenemos, por lo tanto, el material genético duplicado. Nuestro padre nos aportó 23 cromosomas y nuestra madre otros 23. Las enfermedades de herencia recesiva aparecen sólo cuando las dos copias de un determinado par de cromosomas presentan el gen alterado. Por lo tanto, cuando sólo una de las copias está alterada, no se padece la enfermedad pero se puede transmitir. Si un individuo portador concibe hijos con otro individuo portador, existe la posibilidad del 25% que uno de los hijos reciba de cada progenitor el gen alterado y por lo tanto desarrolle la enfermedad. Según la redacción de este artículo, estaría permitida la intervención con fines terapéuticos en los preembriones tanto si están afectos como si son portadores.

Desde un punto de vista científico sería más correcto hablar de ingeniería genética en la línea germinal, es decir en las células germinales o reproductivas (óvulos y espermatozoides) En la práctica esta ingeniería pasa por alterar al óvulo fecundado, embrión de una célula o zigoto, para conseguir que la modificación sea heredada por todas las células del futuro adulto.

Aunque en un futuro ideal el objetivo sea tratar el embrión afecto de una anomalía genética en lugar de lo que ahora es posible, diagnosticarlo y descartarlo, en la actualidad estamos muy lejos de este objetivo. La ingeniería genética actual podrá avanzar gracias al estudio del modelo experimental animal y pasa por destruir muchos embriones antes de lograr "curar" uno.

En el año 2000, la American Association for the Advancement of Science, prestigiosa sociedad Americana que edita la revista Science, hizo un llamamiento para establecer una moratoria en los intentos de cambiar los genes de las personas alegando posibles efectos en generaciones futuras. Sin embargo, dejó la vía abierta a que la terapia génica en la línea germinal podría ser algún día aceptada si se utiliza una metodología segura y siempre bajo una estricta supervisión (Frankel y Chapman, 20001) Esta ley en su artículo 13 es exactamente lo que propone, establece los límites y requisitos para poder aplicar técnicas terapéuticas en el preembrión.

En el año 2001, se hizo famoso un joven mono rhesus llamado ANDi. Este mono fue el primer primate transgénico. Fue modificado genéticamente para expresar una proteína de medusa que produce una coloración verde brillante. Este gen se seleccionó porque es muy fácil identificar si el gen funciona, basta con apreciar el color. Su nombre proviene de invertir las palabra inglesas inserted DNA (ADN insertado) Aunque sus creadores consiguieron insertar en su dotación cromosoma un gen de Page 205 otra especie animal, fracasaron en el objetivo de que este gen se expresara, es decir, que pasara de ADN a proteína. El sobrepasar las barreras que impiden corregir genes alterados en la línea germinal humana pasa por la investigación y la experiencia con animales transgénicos. Estamos lejos no solo de alcanzar una seguridad suficiente para la aplicación en humanos, sino, de la eficiencia de estos procedimientos. En modelos animales se han conseguido éxitos importantes pero con una muy baja eficiencia.

El procedimiento más básico de terapia génica consiste en la inyección de fragmentos de ADN dentro de uno de los pronúcleos que se forman en las primeras fases de la fecundación. Cuando un espermatozoide ayudado por su cola entra en un óvulo, éste descondensa el material genético que lleva perfectamente empaquetado en su cabeza. Este material genético paterno forma un núcleo llamado pronúcleo masculino. El pronúcleo masculino formado por el espermatozoide junto al pronúcleo femenino que se forma dentro del óvulo con el material genético materno que aporta el óvulo constituirán el material genético del futuro embrión. La técnica de inyección de ADN en los pronúcleos del embrión recién fecundado fue descrita por Gordon y colaboradores (Gordon y col. 19802) Esta técnica, sin embrago, es muy poco eficiente ya que solo alrededor de uno de cada 100 embriones manipulados es capaz de incorporar una copia operativa del gen.

Otro mecanismo utilizado para generar embriones que incorporen genes externos es la utilización de retrovirus (Chan y col. 19983). Aunque solo la mención de la palabra retrovirus pueda crear un rechazo tajante para la aplicación de esta técnica en humanos, es necesario conocer los beneficios que estos virus nos pueden aportar a la hora de incorporar genes de forma eficaz en el genoma del huésped. Los retrovirus empleados para estos propósitos son modificados para inhabilitar su capacidad de replicación. De esta forma, los investigadores aprovechan su capacidad para insertar de forma eficaz copias funcionantes de transgenes. Esta fue la técnica empleada para crear a ANDi. Los retrovirus que transportaban el gen deseado fueron inyectados en los óvulos y posteriormente fueron fecundados y transferidos al útero de la madre receptora.

Estos mecanismos de inserción de genes presentan grandes problemas derivados de la inserción aleatoria en regiones que pueden causar supresión, sobreexpresión o expresión en tejidos incorrectos. También la inserción aleatoria puede ocasionar alteraciones en genes importantes. Por lo tanto, todo intento de reparar genes en embriones humanos pasa por asegurar que una sola copia del trasgen es incorporada en Page 206 la posición correcta desplazando con pulcritud el gen defectuoso. La llamada recombinación homóloga viene a solucionar este problema, esta técnica se emplea en ratones y consiste básicamente en introducir genes flanqueados con secuencias homólogas al lugar de inserción deseado. Enzimas reparadoras de ADN se encargan de reemplazar el gen alterado por la secuencia correcta.

Otra posibilidad es la creación de cromosomas artificiales. Esta técnica evita los problemas de inserciones aleatorias de múltiples copias. El crear un cromosoma artificial también facilita la posibilidad de introducir múltiples genes sin limitación de tamaño de los genes que quieran ser incorporados. Esta tecnología esta siendo aplicada en la producción de animales transgénicos. Telenius y col.4 (1999) han conseguido que cromosomas artificiales repliquen normalmente en células de varias especies incluyendo la...

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