Prólogo

AutorMaricela Gonzáles Pérez de Castro
Páginas17-22
PRÓLOGO
El Derecho de familia era no hace tanto el sector del ordenamiento jurídico
donde primaba la certeza como principio básico. Esta garantía institucional
acabó cayendo en desuso ante un progresivo respaldo normativo a la libre
autodeterminación de los protagonistas de sus relaciones típicas. El orden
público prácticamente ha cedido por completo en la esfera conyugal. Leyes
tan permisivas como las aprobadas acerca del matrimonio entre personas del
mismo sexo (Ley 13/2005) y el nuevo sistema de divorcio sin causa ni plazo
apreciable (Ley 15/2005), difuminan el carácter jurídico de un presupuesto
social tan fundante y lo convierten en un modelo irreconocible antaño.
Ahora bien, una de las facetas esenciales del Derecho de familia parecía
transcurrir al margen de dicho fenómeno de paulatina, pero completa, sociolo-
gización del matrimonio. Trayectoria que parece, además, interesada, en la me-
dida que a menudo responde más bien a modas que a realidades, si atendemos a
la elocuente respuesta de cuantas consultas populares abiertas se ha convocado
sobre dichas materias y en sociedades no precisamente poco desarrolladas. La
f‌i liación como vínculo jurídico seguía cifrada en términos de seguridad, que
reclama entre otros axiomas el favor f‌i lii, reconocido expresamente por textos
internacionales e internos del más alto valor.
La reciente deriva jurídica del asunto, con todo, va tomando el mismo
rumbo de cuanto acontece con el matrimonio. Una vez la propia Constitu-
ción reestableció en nuestro Derecho la pauta de la verdad biológica para el
establecimiento de la paternidad (cfr. art. 39.2 CE), que se había perdido por
inf‌l uencia del Code Napoleon, las cosas no han hecho sino distorsionarse de
forma determinante, y creo que no libre de polémica.
El hecho biológico como punto de partida para def‌i nir el vínculo jurídico
de la f‌i liación se vertebra muy a menudo sobre bases estadísticas o fórmulas
estándar. La presunción de paternidad del marido de la madre supone su mejor

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