Introducción

AutorAlberto José de Nova Labián
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas23-24

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Resulta evidente que nos hemos convertido en testigos de excepción de la gran revolución tecnológica que nos ha tocado vivir en los últimos años, y que ha supuesto que cambiemos nuestros hábitos más cotidianos para adaptarlos a esas nuevas tecnologías.

Así podemos enumerar algunos de esos cambios, como el cada vez mayor número de lectores de libros o revistas en formato electrónico, el consumo de música y vídeo en formato digital y en múltiples dispositivos portátiles, nuestra participación e interactuación en redes sociales, la compra de productos a través de páginas webs o de portales de subastas, la presentación de declaraciones tributarias a través de Internet, así como de un gran número de gestiones ante la Administración, búsquedas de empleo, peticiones de citas sanitarias, etc.

Dichos cambios se han producido por tanto, en los aspectos más lúdicos de nuestra vida, pero también en aquellos de carácter más formal e incluso profesional.

Pues bien, el mundo empresarial no ha sido ajeno a todos estos cambios de hábitos que hemos experimentado, y se ha producido una auténtica fiebre por parte de la mayoría de las empresas por adaptarse a los nuevos tiempos, y no perder el tren de la vanguardia de las nuevas tecnologías.

Para ello, las empresas crean páginas webs que les permitan dar publicidad a sus productos o servicios, al mismo tiempo que puedan funcionar como portales de compra On-line; formalizan los contratos con los clientes captados por la web mediante formularios; emiten facturas electrónicas; realizan campañas publicitarias a través del envío masivo de e-mails; insertan banners publicitarios en otras webs; crean perfiles en redes sociales con el fin de crear comunidad con sus potenciales clientes, etc.

Sin embargo, esta adaptación no está resultando sencilla en todos los casos, ya que además del desarrollo tecnológico necesario, se plantean innumerables cuestiones de ámbito legal que generan incertidumbre e inseguridad a las empresas que quieren desarrollar estas actividades en un entorno como Internet. Así nos encontramos con las cuestiones relativas a la formalización y validez de contratos electrónicos, los requisitos para la emisión de facturas en formato electrónico, las obligaciones de información que debe recoger la página web, los límites en el uso de contenidos de la propia web, la forma de recabar datos de carácter per-

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sonal, los requisitos legales para poder hacer envíos de publicidad por medios...

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